Por: Jhonatan Ortiz
Se abre una esperanza para encontrar la cura contra una de las enfermedades más mortales en el mundo, el cáncer. En esta ocasión un grupo de científicos estadounidenses al mando del doctor, Stanley Riddell, usaron las propias células del sistema inmunológico de pacientes con cáncer en estado terminal, logrando en uno de sus estudios que los síntomas de la enfermedad desaparecieran en el 94% de los casos, describiéndola como una terapia que podría revolucionar el tratamiento del cáncer en el futuro.
El tratamiento descubierto por el equipo del Dr. Riddell modifica mediante ingeniería genética a células del sistema inmunológico llamadas linfocitos T o células T, las cuales coordinan la respuesta inmune celular. Los científicos extrajeron estas células de pacientes con cáncer y les adjuntaron moléculas receptoras que reconocen como blanco un tipo específico de cáncer. Luego las células modificadas fueron reintroducidas en el paciente.
Estas moléculas se denominan receptores de antígenos quiméricos, chimeric antigen receptors o CARs por sus siglas en inglés, y disminuyen la capacidad del cáncer de defenderse del sistema inmunológico.
Los estudios involucraron a pacientes con diferentes tipos de cáncer en la sangre en estado avanzado. En el estudio más prometedor, de 35 pacientes con leucemia linfoide aguda, los síntomas desaparecieron en un 94%. En un segundo estudio con más de 40 pacientes de linfoma, los síntomas disminuyeron el 50% y en un grupo de pacientes con linfoma no hodgkiniano, el 80% respondió al tratamiento, presentando una reducción de síntomas. Sin embargo los científicos aclararon que estos resultados no quieren decir que los pacientes estén curados.
Además el equipo de especialistas aseguró que el principal problema del estudio ha sido el riesgo de un serio efecto secundario asociado con una respuesta inmune excesiva. Durante el estudio 20 pacientes desarrollaron cuadros de fiebre, hipotensión, náuseas y neurotoxicidad a causa de una reacción inmunológica defensiva potencialmente mortal. De ellos Siete debieron ser hospitalizados en una unidad de cuidados intensivos, de los cuales dos murieron.
Por el momento los estudios se han limitado además a cánceres en la sangre y se espera que los científicos prueben la terapia en pacientes con tumores sólidos, como el cáncer de mama, lo que se convierte en un paso importante para la cura de esta enfermedad que en Colombia cobra la vida de más de 40 mil personas al año.