Las zonas para cultivar alimentos sufrirán grandes cambios de temperatura por cuenta de la crisis climática que vive el mundo.
Por: Redacción 360 Radio
Los graves efectos del cambio climático continuarán haciendo estragos, si las personas no adoptan medidas para mitigarlos. Un estudio reciente señala que un tercio de la producción mundial de alimentos se verá amenazada por la actual crisis climáticas a finales del siglo actual.
De acuerdo con el estudio de la Universidad Aalto en Finlandia, las áreas de producción de alimentos tendrán que enfrentar tanto el aumento de la temperatura como el incremento de las lluvias, si estas primeras aumentan 3,7 grados centígrados o incluso más, como se tiene previsto.
Cabe mencionar que actualmente, el cultivo de alimentos se lleva a cabo en lugares considerados como «espacios climáticos seguros», es decir, en los que los niveles de calor, aridez y las lluvias están en los rangos científicamente considerados como normales.
Si lo anteriormente expuesto llegara a suceder los continentes más afectados serían África y Asia, según este estudio que fue publicado en la prestigiosa revista One Earth.
Sin embargo, hay un lado positivo, pues los investigadores señalan que en caso de que los líderes mundiales cumplan a cabalidad los objetivos del Acuerdo de París, entre ellos el hecho de reducir el aumento de la temperatura hasta 1,5 o 2 grados centígrados, tan solo entre el 5 % y 8 % de las zonas de cultivo de alimentos se verían afectadas.
LEER TAMBIÉN: El cambio climático podría estar cambiando el eje sobre el que gira la Tierra
Además de la producción de alimentos, la ganadería sería otro sector afectado por la crisis climática. La investigación señala que los terrenos dedicados a este negocio sufrirán una escasez de recursos hídricos, que dificultarán la tenencia, crianza y cuidado de las reses.
Es por esto que los investigadores llaman también a la generación de una consciencia colectiva sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia de las consecuencias que tendremos que enfrentar si no se reduce el daño que causamos diariamente a la naturaleza.