El potente terremoto de magnitud 8.8 que sacudió el pasado 29 de julio la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, y que generó alertas de tsunami en varios países del Pacífico, volvió a poner sobre la mesa el poder destructivo de la actividad sísmica en el mundo. Aunque el evento ocurrió a miles de kilómetros de Colombia, su fuerza trajo a la memoria los terremotos más intensos registrados en Antioquia a lo largo de la historia.
El fenómeno geológico en Rusia provocó olas de hasta cuatro metros y movilizó a autoridades de países como Japón, Chile y Estados Unidos, que activaron protocolos de evacuación. Expertos internacionales advirtieron que podrían presentarse réplicas superiores a los siete grados en los días siguientes, dada la energía liberada por el sismo.
En el caso de Antioquia, su historial sísmico no es ajeno a movimientos telúricos de gran magnitud. Aunque el departamento no se encuentra en una de las zonas más activas sísmicamente del país, ha sido escenario de terremotos significativos que han dejado huella en la memoria colectiva de sus habitantes.
Los sismos más fuertes registrados en Antioquia
- Murindó (1992): considerado el más intenso del que se tenga registro reciente en el departamento. Alcanzó una magnitud de 7.1 y tuvo una profundidad superficial de apenas 10 kilómetros. Su epicentro en el Urabá antioqueño generó graves afectaciones en la región.
- Apartadó (1977): con una magnitud de 6.5, este sismo fue sentido en gran parte del norte del departamento y provocó daños estructurales en zonas rurales.
- Yarumal (1911): uno de los terremotos más antiguos documentados en Antioquia. Alcanzó los 6.4 grados y causó alarma en la subregión norte.
- Mutatá (1952): otro evento significativo, con una magnitud de 5.9. Su baja profundidad amplificó la intensidad con la que fue percibido por la población local.
Estos episodios demuestran que, aunque con menor frecuencia que en otras regiones del país, Antioquia no está exenta de movimientos sísmicos de consideración.
Prepararse ante lo improbable
El reciente sismo en Rusia y el recuerdo de los terremotos históricos en Antioquia refuerzan la importancia de mantener una cultura de prevención frente a fenómenos naturales. Instituciones como el Servicio Geológico Colombiano y los comités de gestión del riesgo han insistido en la necesidad de contar con planes familiares de emergencia, conocer rutas de evacuación y no bajar la guardia, incluso en zonas que no presentan actividad sísmica frecuente.
El planeta tiembla en distintos puntos y momentos, pero cada sacudida que ocurre en el mundo es también un recordatorio de lo fundamental que es estar preparados, incluso en regiones donde el suelo parece estar en calma.
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