Colombia se encuentra en un momento decisivo de su historia reciente. A poco más de un año de las elecciones presidenciales de 2026, el país vive un escenario de contrastes: por un lado, indicadores económicos que muestran signos de recuperación; por otro, una grave crisis de seguridad y un creciente deterioro institucional que han puesto a prueba la confianza ciudadana.
Colombia entre la recuperación económica y el deterioro institucional, según The Economist
El prestigioso medio inglés The Economist publicó un análisis titulado “¿Está Colombia a las puertas del infierno?”, en el que examina los desafíos inmediatos para la nación y advierte que “un desastre fiscal aguarda al próximo presidente”.
El artículo recoge la visión opuesta de dos de los principales candidatos. La periodista Vicky Dávila, aspirante de derecha, lanzó una de las frases más contundentes: “Colombia está a las puertas del infierno”. En contraste, el senador Gustavo Bolívar, aliado del presidente Gustavo Petro y figura clave de la izquierda, aseguró que “los últimos seis meses han sido fabulosos para la economía colombiana”.
Estas posturas, según el medio británico, reflejan la profunda división del país. Mientras la derecha insiste en que el deterioro institucional y la violencia amenazan con llevar a Colombia a una crisis sin precedentes, la izquierda resalta logros económicos que, aunque palpables, enfrentan cuestionamientos sobre su sostenibilidad.
El informe de The Economist resalta varios datos positivos que respaldan el discurso del Gobierno actual:
- El desempleo en julio se ubicó en 8,8 %, el nivel más bajo para ese mes en casi 25 años.
- La Bolsa de Valores de Colombia fue la cuarta de mejor desempeño mundial en el último año, con un crecimiento del 54 % en moneda local.
- El turismo alcanzó los 7 millones de visitantes en 2024, dos millones más que en 2022.
- La inflación se redujo a la mitad desde que Petro asumió la presidencia.
No obstante, el medio advierte que estos avances tienen matices. El crecimiento proyectado para 2026 es de 2,4 %, una cifra positiva frente a otros países de la región, pero insuficiente para resolver problemas estructurales como la informalidad laboral —que afecta al 60 % de los trabajadores— y la baja inversión privada.
Además, la decisión del Gobierno de prohibir nuevas exploraciones de petróleo y gas generó desconfianza entre los inversionistas y amenaza con reducir los ingresos fiscales de mediano plazo.
El mayor reto económico para el próximo presidente será el manejo del gasto público. El déficit fiscal alcanzará el 7 % del PIB en 2025, mientras que la deuda pública ya supera el 60 %. La suspensión de la regla fiscal, una medida tomada por el Gobierno para tener mayor margen de maniobra, fue calificada por el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) como innecesaria y riesgosa.
En este punto, The Economist alerta que tanto un eventual gobierno de izquierda como de derecha podrían verse obligados a aumentar impuestos para sostener el gasto social.
Si en la economía existen señales mixtas, en la seguridad el panorama es mucho más sombrío. El asesinato del candidato Miguel Uribe en junio y los recientes atentados en Cali —incluido un camión bomba— marcaron un retroceso en la lucha contra la violencia.
Los datos son alarmantes:
- 22.000 miembros conforman hoy los grupos armados, un 45 % más que en 2022.
- La extorsión aumentó un 50 % entre 2021 y 2024.
- Los secuestros crecieron un 75 % en el mismo periodo.
- Los homicidios alcanzan 25 por cada 100.000 habitantes, la tasa más alta de Sudamérica después de Ecuador.
Para el candidato centrista Sergio Fajardo, la política de “Paz Total” de Petro fue un error estratégico: “Si no eres lo suficientemente fuerte, no negocies”, afirmó en declaraciones citadas por el medio británico.
El análisis también hace énfasis en la fragilidad institucional. Los frecuentes cambios de ministros —en promedio, uno cada 20 días— han generado desorientación en la administración pública.
El enfrentamiento con la Corte Suprema tras la elección del fiscal general terminó en febrero de 2024 con un tribunal rodeado por manifestantes, una escena que recordó momentos de gran tensión política en América Latina.
A ello se suma la insistencia de Petro en convocar una asamblea constituyente, incluso sin aprobación del Congreso, lo que ha encendido las alarmas sobre el respeto al orden democrático.
El descontento ciudadano también se refleja en las cifras migratorias. En los últimos tres años, un millón de colombianos dejaron el país, el doble que en el trienio previo a la pandemia. La inseguridad, la falta de oportunidades y la incertidumbre política son las principales razones detrás de este fenómeno.
En conclusión, el análisis de The Economist pinta un escenario de claroscuros: un país con potencial económico, pero golpeado por la violencia, el déficit fiscal y la polarización política.
El próximo presidente, advierte el medio, deberá enfrentar un reto mayúsculo: recuperar la seguridad, restablecer la confianza institucional y garantizar la sostenibilidad económica, sin caer en los errores del pasado ni exacerbar la división social.
Colombia, dice el informe, aún no ha caído en el abismo, pero la ventana para evitarlo se cierra rápidamente.
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