El Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá no solo es un pilar clave para la conectividad de Colombia, sino también para su desarrollo económico. Concentra el 33% de los vuelos comerciales del país y gestiona el 60% del tráfico aéreo nacional. Aunque su capacidad actual para procesar vuelos, declarada en 74 operaciones por hora, es de primer nivel, como reflejo de considerables inversiones hechas en las últimas décadas, tiene posibilidad de maximizarse y seguir propiciando eficiencias a todo el sistema de transporte aéreo del país, para satisfacer la creciente demanda del sector aéreo.
El estudio realizado por IATA en 2023 destaca que El Dorado tiene un potencial significativo para aumentar su capacidad operativa, superando las 90 operaciones por hora, para lo cual plantea un conjunto de acciones diversas, presentadas a consideración de las autoridades. Estas medidas, que en total son 23, incluyen mejoras en el campo de vuelo y el espacio aéreo, necesarias para incrementar la eficiencia operativa y contribuir a un sistema más seguro y competitivo.
Para alcanzar este objetivo, es fundamental que las aerolíneas trabajemos en equipo con la Aerocivil y otros actores clave, desde un enfoque eminentemente técnico y bajo un ambiente colaborativo, requerido para elevar la eficiencia de todo el sistema. Acciones como reducir tiempos de ocupación de pista por parte de nuestras tripulaciones, optimizar el uso de pistas paralelas y adoptar tecnologías que ya tenemos en Colombia como el A-CDM/DMAN (Airport Collaborative Decision Making) / (Departure Manager), entre otras, requieren un esfuerzo coordinado y un compromiso conjunto. Estas mejoras no solo son técnicas; representan un cambio hacia una gestión más colaborativa y eficiente, que redundará en beneficio de los usuarios del transporte aéreo del país.
El impacto de estas iniciativas debe ir más allá del solo interés del aeropuerto. Para los viajeros, significaría más oferta de vuelos, mayor competencia que inducirá mejores tarifas, reducción en los tiempos de viaje que se traducen en menores costos, una mayor conectividad y más opciones de destinos. Para el país, impulsaría el turismo, el comercio y, en última instancia, el crecimiento económico.
En este contexto, es fundamental propiciar y facilitar que aerolíneas de bajo costo como Wingo, puedan seguir expandiendo su oferta de vuelos, para que el consumidor cuente con más alternativas de viaje, sobre todo en las horas de mayor demanda, y de esta manera continuar fortaleciendo la competencia, que finalmente beneficia al pasajero.
Sería muy desafortunado para el país que se terminen adoptando propuestas o acciones encaminadas a reducir la capacidad actual de El Dorado, pues iría en contra del interés colectivo. Limitar la capacidad del aeropuerto perjudicaría la competencia, restringiendo las opciones disponibles para los usuarios y afectando el crecimiento del mercado aéreo.
Es momento de priorizar el beneficio común. Implementemos un plan de acción conjunto y colaborativo entre las aerolíneas, las autoridades y los demás actores involucrados en la administración y gestión del aeropuerto, y transformemos El Dorado en un modelo de eficiencia y competitividad regional. Solo así lograremos un aeropuerto que esté a la altura de las necesidades del país y de sus ciudadanos.
Por: Eduardo Lombana – CEO Wingo
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