Por María Claudia Lacouture
En la construcción de una Colombia moderna, sostenible y productiva, la paz juega un papel fundamental. El Gobierno ha venido haciendo los cálculos de los réditos que nos traerá este nuevo panorama. Nos encontramos en la recta final para hacer el triple salto que nos pondrá a la par con los competidores de talla mundial.
La paz cambia la imagen de Colombia en el mundo, facilitando el comercio con los mercados, y mejorando el intercambio con los países vecinos.
Un primer salto por la industria. Con la paz, se estima que este sector crezca 20 por ciento, jalonado por una visión más optimista del sector privado. El 70 por ciento de los empresarios está dispuesto a invertir más en mejorar la productividad, innovar y emplear más trabajadores.
En un entorno de paz, se podrán aumentar los recursos públicos y privados para emprendimiento, innovación y productividad. Así es viable generar riqueza y empleo de calidad, lo que hará posible mejorar las redes de distribución y las condiciones para el transporte de mercancías.
Precisamente, la nueva Política de Desarrollo Productivo contempla las estrategias que apuntan a la sofisticación y diversificación del aparato productivo, para hacer más y mejores productos que permitan ampliar nuestra canasta exportable, con una oferta de más valor para el país. Esto, a través del fomento de la innovación y la transferencia de conocimiento y tecnología, de crear un entorno de emprendimiento favorable, de ampliar las posibilidades de financiamiento, de formar capital humano pertinente a las necesidades de los sectores, de establecer encadenamientos productivos, de buscar la mejora continua a través de certificaciones de calidad, que además abran nuevos mercados, y de facilitar el comercio exterior.
Sin conflicto habrá más desarrollo productivo e inversión en las regiones. Esto representa oportunidades laborales. Por ejemplo, bajo un entorno más seguro, se prevé que Colombia produzca 700.000 toneladas de alimentos adicionales, se cultiven 1’000.000 de hectáreas nuevas en dos años, y se generen 250.000 nuevos empleos en el sector agrícola.
De hecho, las estrategias planteadas en la Política de Desarrollo Productivo serán usadas en las regiones, haciendo énfasis en las cadenas productivas priorizadas en cada zona, las cuales están llamadas a jalonar las economías locales y están siendo concertadas con las autoridades locales, gremios, academia y demás actores. Entre ellas, se han identificado seis que son las más constantes en el territorio nacional: Agroalimentos, Químicos, Metalmecánica, Sistema Moda, Industrias 4.0 y Turismo.
Un segundo salto por el turismo. Con este sector, las regiones tendrán dividendos únicos gracias al fin del conflicto, con una industria que jalonará destinos que anteriormente no era posible visitar y que son atractivos por su riqueza y belleza extraordinaria, a donde podremos llevar turistas nacionales y extranjeros que nos permitirán ampliar la oferta que hoy tenemos.
Se calcula que este sector crezca 30 por ciento. Con ello llegará más inversión extranjera a ramos como, el hotelero. Podrán prestar servicio 2.600 nuevos operadores que generarían 47.000 empleos adicionales. El flujo de viajeros internacionales hacia nuestro país se duplicará, gracias a la oferta de nuevos productos turísticos y al fortalecimiento de los destinos a lo largo y ancho de Colombia.
Para esto, los Corredores Turísticos que venimos trabajando desde el Ministerio serán fundamentales, pues articulan lugares del país que ya tienen un potencial atractivo y una infraestructura desarrollada con aquellos con alta posibilidad para desarrollar y ofrecer experiencias más completas a nuestros visitantes en las diferentes regiones.
La llegada de más visitantes y la apertura de nuevos destinos significarán desarrollo regional, a través de un sector que se está estructurando para ser una de las bases de la reconstrucción de tejido social, y el cual ya brinda sustento al 8,3 por ciento de la clase trabajadora a nivel nacional.
Un tercer salto por el comercio exterior. La inversión extranjera directa será tres veces mayor a la presentada en el 2014, lo cual significa que en el 2024 entraría al país cerca de 36.000 millones de dólares. También se calcula que las ventas externas jalonarán 12 por ciento más la economía, llegando a exportar en ese año cerca de 61.370 millones de dólares en bienes y servicios.
La paz cambia definitivamente la imagen de Colombia en el mundo, facilitando el comercio con los mercados, mejorando el intercambio de mercancías con los países vecinos, que también se veían afectados por nuestro conflicto, y ayudándonos a aprovechar nuestros acuerdos comerciales.
Sin embargo, para esto también es importante arraigarnos a la cultura de la legalidad. Legalizar la mercancía que ingresa al país, garantizar los estándares de calidad, contratar según las normas establecidas, pagar impuestos y funcionar de acuerdo a los requisitos exigidos para cada actividad económica son maneras en las que los empresarios juegan limpio y crean un entorno legal y competitivo.
Avanzamos en esta recta y estamos a punto de dar ese paso que nos proporcionará el impulso para hacer este triple salto, un paso decisivo, con el que el futuro está en las manos de cada uno de los colombianos.
De manera firme y contundente, confiamos en tomar una decisión acertada, para que con el mayor optimismo y esperanza, podamos celebrar este nuevo capítulo de nuestra historia que nos abre las puertas al mundo del desarrollo.