Un ingeniero para seguir construyendo un mejor país

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Evidenciamos en la campaña de Rodolfo Hernández más y mejores garantías para la economía, la democracia, la justicia, las instituciones, la libertad y el orden en Colombia. Vemos con miedo y desconfianza a Gustavo Petro, a quienes los rodean y a sus propuestas inviables que afectarían el bienestar de la sociedad colombiana. 


Hoy 19 de junio Colombia despierta con esperanza, incertidumbre, y también un poco de frustración. La sociedad acude a las elecciones más importantes de los últimos 26 años, la más respetada de toda latinoamérica. Aunque para muchos hoy Colombia sea un barco a la deriva, supuestamente bajo un régimen o dictadura, lo que se ha hecho a lo largo de estos años no ha servido para nada, cierto es que hoy nuestro país es uno de los que mejores se encuentra si comparamos la situación actual en materia económica,, y libertad. 

Los colombianos que acudirán hoy a las urnas lo harán con total convicción de ejercer su derecho al voto de la mejor manera, que sea fiel a sus convicciones, sus creencias y pensamientos, un voto libre que le dé a la mente y al alma tranquilidad y plenitud. Nosotros la primera invitación que hacemos desde nuestro Consejo editorial es a que voten, masivamente, a que en las tempranas horas de este domingo depositen su voto y no esperen hasta el último suspiro del evento democrático que hoy invita a los colombianos a decidir. 

Hemos analizado todas las hojas de vida de quienes se han postulado al cargo de presidente de la nación colombiana, los hemos entrevistado a la mayoría de ellos, aunque Petro nunca ha aceptado nuestras invitaciones, demeritando de manera directa nuestro trabajo y mostrando una vez más su desprecio por la prensa libre, y alternativa. Creemos que la opción que ese candidato representa no le conviene a Colombia, candidatura que es altamente nociva para la salud de la patria, siempre hemos tenido muchas preguntas para hacerle pero luego de cientos de intentos hemos entendido que en esta modernidad los políticos escogen a los periodistas que más les hacen sentir cómodos, y les favorecen. 

Sin lugar a duda Colombia podría tener mejores opciones para escoger hoy al nuevo presidente, los múltiples defectos de la democracia,  la política, abundante y la seducción que temas banales y figuras populistas generan en las personas, a esto. Sin embargo, sí es necesario identificar y entender la profunda necesidad de un cambio que la sociedad colombiana ha expresado en distintos momentos de los últimos años. 

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Ahora bien, ¿qué cambio es el que queremos y necesitamos? Como en toda nación en vía de desarrollo existen múltiples frentes que trabajar y mejorar, elementos y proyectos que no funcionan bien, nuevas ideas y propuestas que refresquen la dinámica pública, todo lo anterior está alejado abismalmente de la palabra destrucción y lo que se le parezca. Como en la vida, qué políticos con ínfulas de mesías y redentores son una amenaza muy grave para cualquier sociedad, ético y una carta constitucional. Primero, seguir depositando todas las esperanzas en un político. Uno tiene que ser consciente de qué el cambio de un país comienza en la responsabilidad personal, y el impacto que tiene cada uno de ellos en la vida de los demás. 

Como medio de comunicación defendemos la propiedad privada, libertad y el orden, la economía de libre mercado. La independencia de las ramas legislativas, ejecutiva y judicial, ligado al respeto de las instituciones. No creemos que ninguno tenga el derecho de negociar el modelo económico actualmente vigente en Colombia, poco la justicia y todo su ordenamiento, menos la improvisación siendo amiga de la demagogia y el populismo, una bomba de relojería para cualquier economía de mercado. Rechazamos todas las propuestas políticas que se burlan de los colombianos, de la ignorancia, y esperanza de miles de colombianos que la han pasado mal. Propuestas inviables, ir y que sean imposibles de ejecutar, porque ya han sido probadas y han fracasado o porque sencillamente en las capacidades del Estado está limitado. 

Vemos en la opción que representa Rodolfo Hernández como candidato presidencial, la carta más conveniente para los colombianos que creen en los valores democráticos, justicia, el respeto de los derechos pero también de los deberes, la economía que progresa eficazmente generando verdadero impacto real en la mayor cantidad de colombianos posibles, y la profunda necesidad de reformas estructurales en el Estado colombiano en donde han envejecido de muy mala manera muchísimos elementos que han convulsionado el orden público y social de nuestra nación.

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Hernández ha sido empresario, todas las vicisitudes que un emprendedor tiene que enfrentar en nuestro país. Empleo, y con esta labor ha logrado mejorar la calidad de vida de muchos colombianos. Desarrolló una alcaldía con índices óptimos, la gestión que hizo y las propuestas que hoy pone sobre la mesa son sumamente importantes porque patean el status quo que se estaba manejando en el Estado colombiano.

La amenaza constante que la campaña de Gustavo Petro ha hecho a la sociedad colombiana de no ganar las elecciones este domingo es francamente inaceptable. Desde los comicios electorales millones de colombianos tenían que ir a supermercados aprovisionarse de víveres por el temor que tienen a que hoy las calles del país ardan en llamas y en disturbios por cuenta de las turbas que serían convocadas para provocar un nuevo “estallido social”, pero en una campaña democrática. Adivinar cómo sería la vida bajo un gobierno que desprecia y ataca a quienes no piensan como él. 

Para culminar, Rodolfo Hernández le brinda unas garantías esenciales, muchas, sumamente importantes en este momento de la vida democrática colombiana. Hernández entregará el poder en cuatro años, no piensa cambiar el modelo económico colombiano, atacar a las empresas y a las personas que han forjado un patrimonio en nuestro país. En su campaña de resentimiento y rencor. Buenas personas en su entorno, por rodearse bien, personas que por el contrario rondan a su contendor, en las cárceles del país, y así no prontuario, los 20 años han sido vampiros del erario público que no es más que el bolsillo de los colombianos. 

Colombia tiene que dar un mensaje una vez más a las personas que creen que a través de las armas, la violencia y la venganza, se puede acceder al poder por encima de todos, resiliente, a partir de muchas tragedias y que merece vivir tranquilo, una justicia real, económica, y muchísimo trabajo colectivo para sacar a los colombianos que se encuentran en las condiciones más deplorables de la vida y llevarlos a tener una mejor calidad de vida.

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