Una propuesta para EPM y una emisión de acciones

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De entrada es impopular plantear esta propuesta debido al desconocimiento, la ignorancia y la prevención de mucha gente, pero descartarla solo por esos tres elementos resulta siendo más irresponsable que cualquier otra cosa.

Por: Andrés Gaviria

Alguna vez la entonces concejala de Medellín, María Paulina Aguinaga, quien siempre fue muy acuciosa, estricta y seguidora de los temas de Empresas Públicas, dijo que EPM ya no les pertenecía a las personas, sino a los bancos y tiene mucha razón.

Desde hace mucho tiempo nos han pintado a EPM como si fuera una fundación, empresa solidaria u organización distinta a las demás; y tendría que tener un manejo completamente diferencial bajo un régimen de ensaño y error.

EPM tiene que manejarse como una empresa privada y empezar a trabajar como una compañía de talla mundial, pero sin descuidar el núcleo principal y el territorio que la vio nacer. Para esto se requieren grandes inversiones y mucho musculo financiero.

De manera que pedirle a la empresa que crezca y siga dando grandes cifras de dinero a Medellín en detrimento o con la consecuencia de quedarse estancada y sin evolucionar, es una situación de la cual la ciudad se arrepentiría en muchos años.

Durante mucho tiempo he creído y lo que ha hablado con varias personas que me han ayudado a pulir un poco mejor lo que pienso que EPM necesita, y se trata de una inyección de capital por parte de ciudadanos antioqueños, quienes puedan comprar acciones de Empresas Públicas de Medellín. Que logren adquirir un 15% de acciones de esta empresa, en un proceso donde solo se les venda a personas naturales nacidas en el departamento o que residan allí en los últimos 15 años.

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Así mismo, uno de los puntos importantes se basa en que estas acciones no se puedan vender. Esto quiere decir que si Juanito Alimaña compró 500 movimientos, no se los puede vender a otra persona que tiene acciones. Esto lo podría hacer si los negocia con EPM o con un ciudadano que no cuente con ellas y cumpla con estos requerimientos.

Sería, no solo la posibilidad de recibir un flujo importante para la compañía, sino que sería un nuevo comienzo en el modelo de negocio, podría la ciudadanía tener un asiento en la junta de Empresas Públicas, y para mí, un instrumento nada despreciable que los antioqueños deberían considerar. Aquí no hay peligro de que las empresas o un multimillonario compren acciones. Se cierran todas esas posibilidades.

El último argumento que escuche fue que solo los ricos podrán participar de este negocio. EPM necesita dinero y el que lo tenga que lo ponga. Así de sencillo. No le podemos meter corazón a un negocio tan importante. Incluso, podemos crear formatos donde se puedan comprar las acciones en las cuentas de los servicios públicos, que se libren paquetes de mil acciones o como bien se quiera vender.

Además, es necesario revisar el plan de empresa EPM, el cual está consagrado y que reposa en el edificio y donde dice para dónde va la compañía, los proyectos que hoy tienen en la nevera como lo es incursionar en el modelo Hidrogeno Verde, que para iniciar con esta obra se requieren casi cuatro Hidroituangos porque requiere mucha agua, pero el mundo le está apuntando a estas nuevas tecnologías entonces esta entidad ya está pensando cómo vivir en los años futuros y trascender del modelo convencional de negocios: agua – energía – gas.

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Otro de los inconvenientes que se presenta es afina, que hoy estamos operando en varios departamentos de la costa Caribe y se requieren unas inversiones muy grandes, y sobre todo, si EPM lograra seguir expandiéndose en otras regiones del país.

Van a ser importante los números que se conocerán antes de la junta de diciembre, y sin lugar a dudas, el mayor reto que tendrá la nueva administración es llegar rompiendo con prácticas corruptas internas, sobre todo en algunas gerencias y vicepresidencias que durante muchos años han impedido que ingresen nuevos contratistas.

Hay que garantizar que la transparencia de la compañía no solo sea un eslogan, sino que en la práctica sea una realidad.

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