Una reforma laboral altamente inconveniente

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A pesar de las tesis que defiende la ministra Gloria Inés Ramírez, la realidad en el mundo dicta otras líneas que deben ser consideradas para seguir. Las reformas en ese ámbito sí tienen que estar encaminadas a buscar la formalización y la generación de nuevos empleos.

Editorial

No son pocos los empresarios que han manifestado su grave preocupación por cuenta de la reforma laboral que se viene planteando en distintos escenarios, y que tendrá su curso en el Congreso de la República con unas cargas mucho más divididas con el ánimo crispado entre el ejecutivo y el legislativo con alta desconfianza y el desgaste que han generado las reformas a la salud y la pensional.

El Gobierno de Petro ha acusado cansancio y desgaste en los últimos días en lo que se refiere a la socialización de estos proyectos. No solo el de salud generó que se reventara el Gobierno de unidad que había conformado, pese a que logró rescatar a la U y una gran parte de los liberales que apoyaron esta reforma la semana pasada en la Comisión Séptima de la Cámara, pero estos son unos apoyos que pueden ser altamente efímeros.

Los congresistas han estado recibiendo distintas llamadas y atendiendo a varios empresarios del país que les han pedido sensatez, y sobre todo mucha presencia a la hora de analizar esta reforma porque consideran que va atentar de manera directa el ya deteriorado mercado laboral colombiano.

Uno de los principales puntos que esta sobre la mesa concierne a que esta reforma y el debate será muy centralista. Esto generará que tenga un “tinte” demasiado bogotano, desconociendo lo que ha venido sucediendo en las regiones hace más de 30 años. Esto ocasiona que medio país quiera ir a Bogotá a buscar empleo y que nos acostumbremos a tener informalidades encima del 50 %. Eso sin contar que existe preocupación por las declaraciones de la ministra hace un tiempo, en las que señaló que esta reforma no tenía como objetivo fomentar la creación de empleo.

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Cuando se observa que un Gobierno es más proclive a entregar subsidios que a buscar la creación de empleo, es un mal mensaje para los mercados, el empresario y los ciudadanos. Sugiere esto que tendrán que hacer una socialización y una revisión a este proyecto, que le permita dar en debate, por lo menos en términos sensatos y de equilibrio, en donde se deshagan esas llamadas a perder puestos de trabajo con tal de ganar más formalizaciones.

Miles de empleados serían liquidados en los próximos meses si esa reforma avanza con éxito, y sería nefasto para la economía, la inseguridad del país, en general sería una pésima noticia.

Ojalá el Gobierno se desligue de teorías fundamentalistas que no tienen aceptación y que por fin haga caso a las mismas palabras que el mismo presidente Gustavo Petro menciona en sus alocuciones, en las que habla de acuerdos, sensatez, comunicación y de buscar el beneficio para los colombianos, pero esto no se encontrara si se desconoce que la generación real de empleo deriva de las empresas privadas, no del Estado.

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