Quizás el mayor objetivo que debería tener el país desde hace más de 15 años es formalizar el empleo. Más del 50 % de los colombianos sigue en la informalidad y se nos volvió paisaje.
Podríamos mencionar que uno de los principales factores que han originado o que han desencadenado la gran informalidad en Colombia es la centralización del país; la inmensa mayoría de empresas de gran tamaño se encuentran asentadas en las principales conurbaciones Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena y desde luego en ciudades intermedias como Manizales y Pereira.
Hay unas ciudades a las cuales se le tiene como referente. Estas ciudades son cerca de 11 de 1.102 municipios, un porcentaje que es una ridiculez. Y esa es una razón para que mucha gente históricamente migre a esas grandes ciudades o las ciudades intermedias para buscar un empleo.
Indirectamente ha hecho que el campo, el sector agrícola, no tenga el mejor desempeño del que pudiese tener. Mucha gente abandonó el campo en los últimos 16 años, 18 años sobre todos los jóvenes, y obviamente hay un exceso; hay una gran demanda de trabajo con una oferta muy limitada.
La oferta limitada es porque más del 70 % de las empresas legalmente constituidas del país y que operan no son de papel, que operan Son micro, pequeñas y medianas empresas, y según esa clasificación son empresas que tienen desde 1 y 2 trabajadores con que se puede contar con autoempleo, hasta máximo 50 empleados.
Entonces, el número de empresas es insuficiente para la demanda laboral que hay y, peor aún, el tamaño de la mayoría de las empresas en su capacidad financiera y su capacidad instalada es insuficiente para el mercado laboral colombiano«.
Ese es un problema y es un problema que no tiene ideología y es un problema que no tiene color político; es un problema que ha permanecido, ha germinado, ha estado ahí y nadie se atreve a tocarlo porque lo que se debería hacer es demasiado impopular en este país de manera que nadie lo hace.
Hablamos de bajar impuestos a empresas, flexibilizar la contratación laboral, que eso no quiere decir informalidad laboral, facilitar la contratación y el despido de empleados y desde luego mejorar el ambiente de negocios en Colombia: confianza inversionista, seguridad jurídica, seguridad física e infraestructura. Esos puntos pueden representar quizá el escollo laboral o la radiografía laboral de Colombia.
Esta reforma que el gobierno logra probar en la Cámara de Representantes nunca atacó, y así lo reconoció la ministra, la informalidad; tampoco buscó que se crearan empleos Que recordemos, los empleos que generan valor que realmente impulsan el crecimiento del país son los que crea el sector privado, no la burocracia que crea el Estado con salarios, puestos y actividades artificiales.
Entonces, esta reforma laboral lo que al día de hoy hace, de no sufrir modificaciones en el Senado, es golpear a las pequeñas empresas con los costos operativos que van a subir cerca de un 12% en una situación económica del país muy compleja, con una inflación todavía alta, con tasas de interés todavía altas con el dólar alto, con un crecimiento económico paupérrimo y con una confianza en la economía muy diezmada.
Esto no resultará en otra cosa que a que las empresas contraten menos, a que despidan más, porque van a seguir buscando la forma de sobrevivir… Recordemos que en este año 2024 y 2023 se han marcado récords en el número de empresas que se liquidan y también se han marcado récords en el bajo número de empresas que se crean. Entonces las empresas para sobrevivir seguirán buscando margen mínimo.
Con impuestos todavía muy altos, tanto municipales como nacionales; eso seguramente seguirá costando la sangre al mercado laboral colombiano. Entonces, la hora extra diurna por reducción de la jornada, el recargo sobre la hora diurna del 25%, el número de horas a la semana y dos costos mensuales de un porcentaje de costos salariales 1.4. Entonces, el impacto mensual total en los costos mensuales de los costos salariales es cerca del 11,9 %.
Ahora se habla de la reforma de la licencia de la paternidad de 2 a 4 semanas; el problema es que toda licencia y todo entre comillas, regalo, alguien lo paga. Un sistema de salud que hoy está frágil y muy debilitado va a terminar pagando estas licencias.
Hay alegría porque los estudiantes del SENA celebraron la aprobación del artículo 23 que reconoce la elaboración del contrato de aprendizaje. Van a recibir el 100% del salario mínimo y tendrán prestaciones sociales; creemos que eso es positivo, pero sin duda la mayor deuda de esta reforma es que es anacrónico que no combate la informalidad y que por el contrario va a aumentar la dificultad de los costos para contratar personas.
Entonces se siguen aumentando las cargas impositivas contra el empresario, sin duda va a crecer la informalidad, sin duda van a elevar los costos laborales, las indemnizaciones por despidos se van a volver muchísimo más costosas, entonces, como lo ha hecho Fenalco, en el primer año se podrían perder hasta 500.000 empleos, que ojalá no sea así, pero mientras tanto seguirán más de 2.5 millones de personas desempleadas y más de 13 millones en la informalidad.
Ojalá el Senado tenga la capacidad de revisar esta reforma, de hacer unos ajustes y de entender que el mayor problema del país es la informalidad.