Uribe y el panorama político para el 2018

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Un pez grande quedará por fuera de la segunda vuelta, la única forma de ganar en primera es una unión máxima, absoluta e indivisible de la derecha o la izquierda, cosa que parece imposible por aquello de los egos.


Por: Redacción 360 Radio

Uribe ahora sí que tiene una encrucijada, pero no la tiene en el centro de la decisión, sino en serios aprietos y con el cristo de espaldas. Nadie en Colombia podría ocultar que el expresidente es un caudillo que puede sacar miles de votos sentado en una silla y sin mover un solo dedo, pero ese capital electoral se ha venido desvaneciendo con el pasar de los años, el claro desgaste que ha sufrido y la aparición de nuevos liderazgos de derecha. Se ha mostrado más sereno ante las situaciones mas tensas, ha elegido mejor sus peleas y tantos errores políticos que ha cometido, lo han terminado de curtir y volverse más riguroso con todos los procedimientos tanto al interior como por fuera de su partido político. Se podría decir que está por encima del bien y del mal, ya probó el sabor de la indiferencia, la traición y la guerra en todas sus formas.

Su participación en política hace tres años y medio fue exitosa a nivel nacional, logró una cantidad de escaños considerables en el Congreso, ganó la primera vuelta presidencial, pero por falta de un buen candidato no ganó en la segunda y fue derrotado por el presidente Santos. En los comicios electorales locales no tuvo éxito, muchos errores de forma, manera y elección fueron determinantes para que en las capitales no ganara ni un solo puesto de importancia. Hoy el expresidente Álvaro Uribe puede contar con una votación considerada entre 3 y 3.5 millones de votos, que son personas que votan a ciegas por el que señale el expresidente, una gran votación pero que en el 2018 no alcanzaría para llegar a segunda vuelta, así en el Congreso obtenga entre 28 y 32 senadores. Lo anterior ha originado una preocupación ante el mapa electoral colombiano, pues en los cinco precandidatos uribistas ninguno tiene la “vena” o el suficiente reconocimiento para enfrentar a personas como Sergio Fajardo o Germán Vargas Lleras.

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Colombia está políticamente dividida así: (En promedios) 3.2 millones de votos Uribistas; 3.1 millones de votos de centro-derecha (No encasillados políticamente); 3.4 millones de votos de centro-izquierda; 2.5 millones de votos de maquinaria, engrasados, de absoluta fuerza mecánica política, o el llamado voto amarrado; en el aire queda en promedio 1.0 millones de votos que son las personas que toman su decisión en los últimos días luego de varios pulsos políticos, debates, entrevistas, etc. La anterior cuenta la han hecho en todas las corrientes y sin que entre ellos se sepa, todos coinciden en que nadie ganará solo, que un pez grande se puede quedar por fuera de la segunda vuelta, y que en esa segunda vuelta Germán Vargas Lleras es quien tiene todas las opciones de ganar por A o por B.

La idea de la coalición del NO para ir a buscar la Presidencia es un acierto, el problema es que no hay quien arme el muñeco y la pelea de egos es absolutamente latosa y desgastante. En primer lugar porque ningún precandidato de Uribe tiene los quilates para ser el candidato y porque les parece muy absurdo e imposible que cedan ese puesto a un líder conservador no miembro y fiel seguidor Uribista. Por el otro bando están quienes sí tienen más peso, como Alejandro Ordoñez y Martha Lucía Ramírez, siendo el primero quien tiene más experiencia, reconocimiento y aunque sí mas polarizador, puede servir para reasegurar los votos de derecha que tengan dudas ante Vargas Lleras y otras opciones. El nombre de Luis Alfredo Ramos hoy está descartado, pero algunos esperan que la CSJ falle y pueda participar, que de pasar eso, sería quien supere con creces, incluso a los conservadores, para ser el candidato a la Presidencia.

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Una alianza entre Germán Vargas Lleras y Álvaro Uribe no es imposible, quizá sí mal vista, pero que los dos ya tienen cómo excusarla y es con la flamante frase; “intereses superiores de la patria”. Los dos ideológicamente no son distantes, coinciden en muchas cosas, incluso en el carácter y temperamento, además de sus enemigos. Vasos comunicantes existen, mensajes han ido y han venido, pero hasta ahora todo ha sido con el mayor hermetismo posible. Vargas sabe que hoy tampoco tiene fija la clasificación a segunda vuelta, necesitaría conseguir más de un millón de votos adicionales a los que tiene y no es tarea fácil, situación en la que también se encuentra Uribe.

¿Cómo sería la alianza?

Fuentes consultadas por 360 han manifestado que una de las estrategias de Uribe es ir con candidato débil a primera vuelta, no pasar a segunda, y ahí oficializar su apoyo a Vargas, pues el contendor sería la izquierda.  De no llegar a este punto, el cargo de vicepresidente de Germán Vargas sería para el Centro Democrático y estaría listo para María del Rosario Guerra o Iván Duque.

¿Qué harían los que no van con Vargas?

Existe una parte de la derecha que no quiere nada con Germán Vargas ni Iván Duque, escenario donde nacería una segunda candidatura de derecha que buscaría un golpe de suerte y pasar a segunda vuelta.

¿Y Juan Carlos Pinzón?

El exministro de Defensa está haciendo un ejercicio seductor que puede tener frutos en el futuro. Su discurso ha gustado en varios sectores y empresarios han tenido buenas impresiones de él. Hoy Germán Vargas lo considera como una buena fórmula vicepresidencial.

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