Nuestro editorial para hoy 16 de junio tiene que referirse a las declaraciones que la señora Verónica Alcocer difundió privadamente y ahora se filtraron sobre las mujeres que son periodistas. Como medio de comunicación nos vemos en la obligación de dar no solamente respuesta sino de rechazar tajantemente esas palabras que indican que toda mujer que ingresa a un medio de comunicación tiene que «acostarse con el dueño», tal y como dijo ella, para poder crecer y ascender al interior de la empresa.
En primer lugar, es una muestra más de total incoherencia y contradicción en los postulados que la campaña de su esposo, Gustavo Petro, ha lanzado sobre las mujeres; la famosa política a favor de la mujer, de que el cambio es con la mujer, con líderes feministas, con toda una parafernalia que se ha montado para mostrarse como la campaña que está a favor de este género.
No solamente es nombrar una mujer vicepresidenta y hablar todo el tiempo de defender a las mujeres, es también demostrarlo con el ejemplo, con los hechos y con las palabras, y más cuando se habla en privado. Asumir que toda mujer estudia comunicación y que entra a un medio tiene que acostarse con el dueño para poder ascender en diferentes niveles de la organización no solamente es un insulto a los medios sino en primer lugar a las mujeres, a sus capacidades, cualidades, aptitudes y desdeluego al desarrollo que ellas alcanzan en una compañía.
Es insultante para cientos de mujeres que hoy están no solamente en la dirección de medios de comunicación, sino en cámaras, en salas de redacción, salas de edición, como reporteras, como presentadoras, como jefes de prensa, entre otros puestos, insinuando que ese puesto en el que están lo han conseguido no por sus méritos, por la inteligencia que poseen, por los conocimientos y las destrezas que desarrollan en los días de su vida, sino por otras cualidades que lamentablemente aunque siguen reinando en muchas partes del mundo, creemos firmemente que se ha ido erradicando, se ha ido acabando poco a poco eso de que vende más un cuerpo que un cerebro, de que una mujer tiene que someterse a los vejámenes de un jefe para poder ascender y mantener un cargo.
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Queremos destacar primordialmente el valor que tienen todas las mujeres que estudian comunicación social, periodismo, que acuden con su hoja de vida a un medio de comunicación porque tienen la esperanza no solamente de seguir formándose sino también desarrollando cientos de capacidades de las que seguramente muchas otras que las acusan de ser mujeres fáciles, que tienen que acudir a otras maniobras para ascender.
Está muy mal visto que en privado se maneje un discurso y en público otro, es otro punto más en la campaña de Petro que demuestra una absoluta falta de coherencia y de consecuencia, son solapados, irrespetuosos al denigrar el gran trabajo que cientos de mujeres hacen en todas las empresas del país. Ellas merecen respeto, los medios de comunicación merecen respeto y no se trata de tergiversar, no se trata de sacar de contexto, no se trata de una campaña política como ellos lo quisieron hacer ver.
A la mujer hay que respetarla, al hombre hay que respetarlo y hoy más que nunca en una lucha que cientos de mujeres han dado desde sus puestos de trabajo para defender los ascensos, las promociones, los beneficios y sobre todo las realizaciones con base en el trabajo meritorio y no con otras facilidades.
En la actualidad hay cientos de mujeres que han sido víctimas de acceso carnal violento, de acoso sexual, de acoso laboral, que tienen traumas no solamente físicos sino sicológicos por cuenta de una práctica que efectivamente ha existido en muchos sectores de la vida económica del mundo, no se circunscribe solo a Colombia. Eso afortunadamente se ha ido erradicando, las denuncias son mayores que las de tiempos atrás, la vehemencia para que las mujeres hagan valer su derecho es de destacar con los más grandes estándares de ética, de valor, de moral y de servicio.
No puede haber alguien, y mucho menos la esposa de un candidato a la presidencia que tiene serias opciones de ganar este domingo, que piense, denigre y sobre todo tenga en semejante concepto a mujeres que se han hecho a pulso en carreras de comunicación social y periodismo.
No basta solo con el afiche publicitario, con el boletín de prensa, con la campaña de decir que están a favor de las mujeres; con el solo ejemplo basta, y es lo que verdaderamente importa en la vida y ante los ojos de quienes están viendo ese tipo de acciones.