La controversia alrededor de la integración entre Tigo y Movistar volvió a tomar fuerza luego de que WOM enviara una carta al presidente Gustavo Petro solicitando su intervención directa en el proceso. La compañía advirtió que la eventual aprobación de esta unión transformaría por completo el mercado de las telecomunicaciones en Colombia y crearía un escenario de duopolio que, según afirma, sería contrario a la visión del Gobierno sobre la libre competencia.
En la comunicación, WOM hace referencia a una publicación del mandatario del pasado 16 de octubre de 2025, en la que rechazaba la existencia de monopolios y carteles empresariales en el país. Con base en ese mensaje, la empresa aseguró que la integración entre Tigo y Movistar “creará una estructura duopolística” en telecomunicaciones, dominada por dos grandes operadores: Claro y la eventual Tigo–Movistar. Según la compañía, ambos controlarían más del 90% del mercado móvil y fijo, un nivel de concentración que afectaría directamente a los usuarios.
WOM pide al presidente Gustavo Petro frenar la integración entre Tigo y Movistar
Entre las consecuencias señaladas por WOM, la carta menciona cuatro riesgos principales: un posible aumento en los precios al consumidor, una reducción en la cobertura en zonas apartadas, el ensanchamiento de la brecha digital y una profundización de las desigualdades territoriales y socioeconómicas en el acceso a internet y telefonía. Para la empresa, cualquier decisión regulatoria debe evitar que las condiciones de competencia se deterioren.
La integración entre Tigo y Movistar ha estado bajo estudio de las autoridades por su impacto en el mercado. Ambas compañías argumentan que la unión les permitiría consolidar infraestructura, optimizar inversiones y competir en mejores condiciones contra Claro, cuya posición dominante ha sido objeto de debate durante años. Sin embargo, sectores del mercado consideran que la operación puede desplazar a los operadores más pequeños, limitar la innovación y concentrar aún más el poder en pocas manos.

En su carta, WOM reconoce que la decisión final aún no ha sido tomada, pero pide que cualquier autorización esté sujeta a “condicionamientos estrictos” que garanticen la supervivencia de los operadores alternativos. Estas medidas, señala, serían claves para mantener un entorno competitivo que incentive mejores precios, mayor cobertura y servicios de calidad.
La empresa también afirmó compartir la visión del presidente sobre evitar estructuras empresariales que afecten la libre competencia. Por eso, insistió en que el Gobierno debe rechazar la integración tal como ha sido planteada o, en su defecto, imponer regulaciones que eviten que los pequeños actores queden en desventaja frente a los grandes conglomerados.
La discusión sigue abierta y se espera que en los próximos meses el Gobierno y los organismos de control definan el futuro de la operación, una de las más relevantes para el sector en la última década.
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