Por: Redacción 360 Radio
Escasean las palabras para describir los hechos ocurridos en las cercanías del estadio Antonio Vespucio Liberto, mejor conocido como El Monumental, el pasado sábado 24 de noviembre, en donde los mal llamados hinchas de River Plate lanzaron objetos contundentes contra el bus de Boca Juniors, acérrimo rival ‘Millonario’, ocasionando lesiones en varios de los jugadores de la escuadra dirigida por Guillermo Barros Schelotto.
Después de tantísimas idas y vueltas, sin ponerse de acuerdo, el máximo rector del fútbol sudamericano, Conmebol, resolvió este martes jugar la segunda final «en el exterior» el próximo 8 o 9 de diciembre sin ningún chance de disputarse en territorio argentino. Así mismo, el fallo de la Confederación Sudamericana de Fútbol resolvió que el encuentro se jugará con público, cuando en las últimas horas se especulaba que fuera sin espectadores.
Sobre la mesa se han sugerido como sedes, desde diferentes actores, ciudades como Asunción, Santiago de Chile, Mendoza, Medellín, Génova y hasta Abu Dhabi por la cercanía del equipo ganador para afrontar el Mundial de Clubes, que tendrá dentro de sus equipos a Chivas de Guadalajara y a Real Madrid, entre otros.
Sin embargo, el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, señaló en la tarde de este martes: «Macri quiere y pretende que se juegue en River». Aseguró que tiene la información de que el presidente de la Nación, Mauricio Macri, quiere que la final sea en el Monumental y apuesta a que la Conmebol cambie su postura de jugar en el exterior.
Por otro lado, el propio Boca Juniors está abocado a no aceptar jugar ningún partido e intenta por estas horas resolver la consecución del título en el escritorio, teniendo en cuenta el antecedente en 2015, cuando el equipo ‘Xeneize’ quedó descalificado por cuenta de un mal llamado hincha que lanzó gas pimienta a los jugadores de River Plate en plena cancha. Corrían los octavos de final del certamen continental y se dio por ganador al conjunto que después se consagró campeón de esa edición de la Libertadores.
Teniendo en cuenta el actual panorama, ¿cómo se reivindicará al fútbol haciendo jugar la final de vuelta de la Libertadores?, ¿qué soluciones se avecinan para minimizar o controlar estas situaciones? Sí, es cierto, en 2019 la final se jugará a partido único en una ciudad neutral, pero parece demasiado tarde el haber llegado a estas decisiones con el fin de garantizar la seguridad en los estadios y sus alrededores, cosa que también podría fallar si no se implementan mecanismos de seguridad propicios.