Y llegarán los radicales

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En ningún momento, pensaríamos en objetar el derecho inalienable que tiene el presidente Petro de escoger a sus colaboradores, él ganó las elecciones y puede hacer lo que quiera. Por lo que, hemos visto, es lo que va a suceder, pero si es necesario, advertir escenarios peligrosos.


EDITORIAL

Cuando nos referimos a escenarios peligrosos, quisiéramos ser enfáticos, en decir que si viene el presidente Petro puede hacer lo que le dé la gana con su gabinete, pero las decisiones que se toman de fondo en distintas materias tan importantes como la salud, la seguridad, la economía, la justicia, entre otras, pues tienen que estar al escrutinio de la opinión pública desde cada uno de los colombianos y de las instituciones.

Uno entendería que no siempre el presidente, sea él, que sea, comienza con pie derecho al conformar su equipo. Esto se ha vuelto más normal que en los últimos años, alcaldes y gobernadores, se demoren tres años para encontrar un buen gabinete, ya para terminar sus periodos logran encontrarle algún sentido. Petro lo demostró cuando fue alcalde y ahora vuelve y lo hace, claramente pierde el país, pierde su gobierno, perdemos todos, porque están perdiendo tiempo y el tiempo es oro, el tiempo es preciado ahora más que nunca.

En poco tiempo, sin extrañarse, Petro estaría cumpliendo casi un año de haber ganado las elecciones y es necesario entender qué es lo que vamos a mostrar como ejecución de su gobierno.  Y es que esto nos trae a una discusión sobre la idoneidad de las personas para los cargos públicos que son designados, ¿por qué tanta equivocación al nombrar personas?¿Por qué una improvisación cada vez más notoria es el patrón de conducta de la conformación de los cargos públicos?.

Acaso no tienen la suficiente gente, expertos, asesores y dinero para confirmar un gran equipo. 

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Cualquier empresa sería muy feliz con esa posibilidad y lo que aconteció hace pocas horas, con los cambios de ministros, nos deja ver una frase, una sentencia de Petro que así hace varias semanas, en la cual le está haciendo honor. Las formas y las maneras, no importa, Petro nunca ha sido apegado a ellas.

De manera que vamos a ver todo su gobierno, situaciones similares a esta o incluso peores.  Gente que la echan por la puerta de atrás, que las hagan con un mensaje de texto, gente que creía estar en ese curumito de Petro que luego es extraída, sin previo aviso e insistimos es válido el presidente lo puede hacer. Ya cada quien sacara sus conclusiones.

Cuando anunciamos que van a llegar los radicales, pues ahí sí nos preocupamos, hay si tenemos que tener cuidado, porque una cosa es que cambie gente por otra gente, sin que represente peligros, pero otra es cuando ya se radicaliza la forma de gobernar y los ministros, líderes, parecen más fundamentalistas, activistas y radicales que ministros. 

Al ser ministros no solo están gobernando para quienes votaron por ellos, están gobernando para todos los Colombianos. Sus decisiones, antes de perjudicar o beneficiar a alguien, no van a preguntar si voto por Petro o no voto por Petro y eso es lo que ellos no han entendido.

En ese sentido, Petro puede escoger a la  personal que considere capaz, hábil y competente para un cargo, pero sí debería considerando nosotros con respeto, debería hacerle énfasis en que fundamentalismo y la camiseta de política del activismo se deja en la casa, ya sabemos que estamos pidiendo mucho pero hay que decir las cosas.

Como lo dijimos en nuestra primera editorial, luego de la victoria de Petro, nosotros queremos que a Petro le vaya bien, nosotros queremos que al gobierno le vaya bien, porque es a cada uno de los colombianos a los que les va a ir bien, acá nadie tiene interés de que a Petro le vaya mal, ojalá tenga las decisiones acertadas, correctas, visionarias, responsables y sobre todo estrictamente ligadas a los datos, a la ciencia, a la prueba, a lo que sabemos que funciona, no experimentos, a estas alturas de la vida.

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Sobre el particular de Alejandro Gaviria, mucha gente lo criticó por el gobierno Petro y estaban haciendo festín por su salida, mientras otros, vimos que Gaviria, como Ocampo, como Cecilia López, eran esos puntos que le daban equilibrio a un gobierno, que tenía pues más incertidumbre que certezas.

Y a nosotros sí nos preocupa, insistimos, las formas, las maneras y qué personas sensatas, capaces, inteligentes, apegadas a la ciencia, abierta a la discusión democrática, a la apertura del conocimiento, llevar la contraria, mantener el diálogo como un camino de construcción, pues lo voten por pensar distinto eso realmente está muy mal absolutamente mal.

Pero ya ha ido Gaviria, nuestra alarma se prende en que va a pasar con Ocampo López y el director del DNP, que son el reducto del bloque de sensatez que queda en este gobierno, porque al parecer ganar el fundamentalismo.

Por último, primero, ¿qué necesario sería para que a este gobierno le vaya bien, el presidente Pedro trate de entender que si no tiene un buen equipo para gobernar su proyecto político a fracasar?, y segundo, que las necesidades que tiene el país hoy en día son bombas de relojería que le pueden explotar en la mano, Petro tiene Sí o sí que ponerle ojo a la inflación, a la inseguridad y sobre todo al estado anímico del país. Un país triste, desilusionado y con pesimismo es muy difícil de conducir. 

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