2025: El fin de la encrucijada

Petro asumió la presidencia de Colombia con una promesa ambiciosa de transformación. Con más de 163 propuestas en su Plan de Gobierno, buscaba redefinir múltiples aspectos de la vida en Colombia.

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Su gobierno, que inició con gran ímpetu en 2022, ha ido perdiendo fuerza y pasó de congregar multitudes en la Plaza de Armas del Palacio de Nariño para presentar sus proyectos a introducirlos sin mucho alboroto.

Este contenido hace parte de la 9° edición de la Revista 360, producto periodístico anual y exclusivo elaborado por 360 Radio.

Hoy vemos cómo el Gobierno, que aprobó la Reforma Tributaria más grande de la historia en 2022, cierra 2024 sin el apoyo suficiente para aprobar la más modesta.

Esta situación se debe a que la gran ambición inicial del gobierno se transformó en una camisa de fuerza: el Congreso no aprueba sus proyectos sin concesiones, pero tales concesiones podrían alienar a su base política. Al final, es el gobierno del Cambio, con «C» mayúscula. 2025 será el punto de quiebre.

Con las elecciones a la vista, el Gobierno deberá decidir si opta por radicalizarse, lo que podría obstruir resultados, o moderarse para alcanzarlos. Mi tesis es que el Gobierno irá por un punto medio: hará concesiones en lo menos visible y se radicalizará en lo visible.

Ya hay señales de moderación en lo menos visible. Las concesiones han permitido y seguramente permitirán que se apruebe una versión moderada de la Reforma Laboral en el primer semestre de 2024, así como una Reforma Política, que hoy es útil para todos los partidos. Una señal adicional de moderación parece ser la renuncia tácita a proyectos polémicos como las reformas a la minería y los servicios públicos, nunca concretados.

Sin embargo, ceder en áreas más visibles será complejo. La Reforma a la Salud se volvió un punto de honor al que el Gobierno no podría renunciar sin ser una derrota estruendosa. Por lo mismo, también es previsible que el Congreso rechace su propuesta, como ya lo hizo en 2024.

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También debemos esperar una radicalización en el discurso: en un año preelectoral, cualquier presidente ve cómo su popularidad se somete a debate, y seguramente Petro será enfático en su defensa.

Más allá de lo inmediato: 2025 determinará la composición de la Corte Constitucional, pues el Senado elegirá tres nuevos magistrados a una corte que ha mantenido un balance entre magistrados que tienden a apoyar al Gobierno y aquellos que lo controlan más rígidamente. Particularmente, el Presidente podrá nominar a uno de esos tres relevos y, anticipando que nomine a una persona cercana a él (como lo han hecho todos los presidentes), podría alterar el balance a su favor.

2025 se posiciona como un año decisivo para el gobierno. De cara a las elecciones de 2026, la administración buscará hábilmente navegar entre la necesidad de moderación y la persistencia en cambios más visibles y aún podrá anotarse victorias importantes como la Laboral.

Mientras Petro busca consolidar un legado de cambio, seguramente la necesidad política de mostrar resultados le llevará a concretar acuerdos de moderación para un cambio, así sea con «c» minúscula.

Juan Manuel Santos Arango – Country Manager para Colombia, GDP Consultores

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