Miles de prótesis fraudulentas fueron vendidas en todo el mundo, su mayoría en América Latina.
Por: Johan Sebastian Herrera Palacio
Una corte de apelación francesa negó hoy la petición de suspender la ejecución de pena a la empresa certificadora alemana TÜV, quien fue condenada a pagar 60 millones de euros a 20.000 demandantes, 5.000 de ellas colombianas, por los inconvenientes presentados en las prótesis mamarias PIP.
De esta manera, la empresa alemana deberá pagar 3.000 euros a cada afectada antes de que se conozca el resultado de un procedimiento de apelación. «Exigiremos que los pagos se hagan rápidamente, o en caso contrario pediremos a las instituciones europeas que suspendan sus actividades de certificación con TÜV Rheinland», dijo Laurent Gaudon, representante de 7.000 demandantes.
El escándalo saltó a la opinión pública cuando se conoció que la compañía francesa Poly Implant Prothèse (PIP) utilizó desde 2001 un gel de silicona no homologado para uso médico, un vez del gel Nusil autorizado, que declaraba usar. Miles de prótesis fraudulentas fueron vendidas en todo el mundo, su mayoría en América Latina.