El Gobierno colombiano se encuentra en alerta ante un posible escenario de descertificación por parte de Estados Unidos en materia de lucha contra el narcotráfico.
Gobierno colombiano enfrenta posible descertificación de EE. UU. en lucha contra el narcotráfico
Así lo confirmó la Cancillería colombiana en su más reciente pronunciamiento, donde destacó que, aunque se han realizado esfuerzos significativos en erradicación y sustitución de cultivos ilícitos, aún no se ha «ganado la batalla».

Cada año, Estados Unidos evalúa el compromiso de diferentes países en la lucha contra el narcotráfico. Esta certificación no solo tiene implicaciones diplomáticas, sino que también influye en el acceso a programas de cooperación y asistencia financiera.
En el caso de Colombia, una descertificación podría afectar acuerdos estratégicos, el flujo de recursos destinados a combatir el crimen organizado y la imagen del país en el ámbito internacional.
«Nos preparamos para obtener la certificación, ese es nuestro objetivo con cada acción que implementamos. Sin embargo, también estamos listos para afrontar una posible descertificación, aunque no quiero ahondar en un escenario hipotético», explicó Sarabia.
Desde la Cancillería se insistió en que la estrategia colombiana no solo se centra en la erradicación forzada de cultivos ilícitos, sino también en la búsqueda de soluciones sostenibles para las comunidades afectadas.
«Nuestro propósito es reducir el impacto del narcotráfico y mejorar la calidad de vida de los campesinos, ofreciéndoles alternativas económicas viables», afirmó la funcionaria.
En ese sentido, el Gobierno ha promovido programas de sustitución voluntaria de cultivos y desarrollo de proyectos productivos en regiones vulnerables. No obstante, las discrepancias con Estados Unidos radican en el método de erradicación. Mientras el país norteamericano ha abogado en ocasiones por la aspersión aérea con glifosato, el Gobierno colombiano ha enfatizado en enfoques manuales y sostenibles.
Durante la intervención, Sarabia también subrayó la importancia de mantener un diálogo fluido y respetuoso con la administración de Donald Trump. «La relación entre Colombia y Estados Unidos es de respeto y cooperación mutua. No se trata de quién cede más, sino de cómo trabajamos en conjunto para enfrentar desafíos comunes», puntualizó.
A su vez, destacó que el escenario global ha cambiado y que Colombia no es el único país que ha debido reconfigurar sus estrategias en función de las nuevas dinámicas geopolíticas. «Todos los países enfrentan un contexto inédito.
Lo que buscamos es construir una relación equilibrada donde se aborden temas clave como el cambio climático, los derechos humanos y la migración», agregó.

A pesar de las diferencias y desafíos actuales, la Cancillería mantiene una visión optimista sobre la estabilidad de las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Sarabia recordó que Colombia y el país norteamericano han sostenido una cooperación cercana por más de 200 años y que esta relación seguirá fortaleciéndose en el tiempo.
En los próximos meses, el gobierno colombiano continuará implementando estrategias para consolidar su lucha contra el narcotráfico, a la espera del informe que definirá su certificación o descertificación por parte de Estados Unidos. Mientras tanto, la Cancillería reitera su compromiso con una política antidrogas integral, que combine la erradicación con el desarrollo social para ofrecer soluciones a largo plazo.
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