En Colombia, el ciudadano cada día pierde poder adquisitivo frente a los bienes del mundo con el incremento del dólar, lo que hace que los productos sean cada vez más caros.
Por: Redacción 360 Radio
El dólar alcanzó los $4.512 pesos en el intradía de la jornada de este lunes 11 de julio. Cifra histórica que los colombianos comienzan a sufrir paulatinamente y que sin pensarlo hace más pobres a los ciudadanos que se acuestan una noche y al otro día amanecen con una devaluación más amplia de su moneda. El peso colombiano ya ha perdido el 17% en las dos semanas anteriores, mientras que las demás monedas de la región permanecen estables.
Adquirir bienes y productos hacen parte del día a día, pero esto hace que se hable del mercado global, todos los días se compran cosas en plataformas como Amazon, y se importan artículos desde distintos países. Si el ciudadano es un exportador, seguramente las rentas aumentarán, pero de lo contrario todo será muy preocupante. En el caso de los asalariados el tema es más complicado, partiendo de la premisa de que siempre se gana lo mismo, por ejemplo: si una persona ganaba $10.000.000 de pesos con el dólar a $3.000, pues tenía en su poder $3.333 dólares; muy distinto a lo que está pasando ahora, pues al ganar ese mismo valor en pesos, solo está logrando conseguir $2.222 dólares.
Los ciudadanos cada vez están teniendo menor capacidad adquisitiva para consumir bienes del mundo al tener como base que la moneda oficial para negociar en el mundo es el dólar. Se encarece todo, desde la movilidad, el combustible de aviones, hasta una cita médica odontológica donde se deben importar los elementos usados por estos profesionales. Los fertilizantes, el maíz, entre otros también hacen parte de los cientos de productos que encarecen con la devaluación del peso colombiano.
La economía de cada país y del mundo se mueve gracias a la importación y exportación de distintos elementos necesarios. El nuevo Gobierno plantea la idea de un abastecimiento propio de alimentos para el país, pero es una teoría bastante criticada y muy poco argumentada. Un ejemplo claro de esta situación es el maíz, pues Colombia importa siete millones de toneladas de este producto mientras que aquí solo se produce una, lo que confirma la importancia de tener una balanza comercial positiva respecto a la economía del mundo.
Dentro de esta balanza positiva entra un ingrediente adicional y son las exportaciones que benefician solo al Gobierno. Los hidrocarburos han aumentado su mercado de exportación pero el ciudadano no ve frutos de estos negocios que prácticamente son para pocos sectores.
La idea de una economía es que sea diversificada, que las exportaciones no tradicionales sean las que prosperen. El presidente electo ha sido enfático en bajar la proporción de exportaciones, sin embargo, su discurso también debe ser analizado desde la visión de poder generar nuevos productos y diversos elementos que se puedan exportar también, que no toda la participación de la exportación sea el petróleo.
Años atrás, en el Gobierno de Álvaro Uribe, Colombia alcanzó un equilibrio 50-50 de exportaciones de productos tradicionales como el café, banano, carbón, oro, petróleo, flores, entre otros; y los no tradicionales como la leche, el aguacate o la lima Tahití.
Críticos y analistas expertos han pedido mensajes de calma a Gustavo Petro para poder alivianar y tranquilizar los abruptos movimientos del mercado y el dólar en las últimas semanas, no obstante, utilizar como ‘bombero’ -entendida desde la expresión coloquial- al Presidente no es una buena estrategia al comprender que estos mercados se mueven gracias a la ley de la oferta y demanda de los productos. Hoy el escenario mundial es crítico, Estados Unidos hizo una inyección a la base monetaria y eso podría demorar entre 18 y 24 meses para que haga efecto y Colombia no es ajeno a ese escenario.
El dólar está fuerte porque hay una tendencia al alza y la oferta está pagando precios altos, lo que hace que se consolide. Colombia amanece más pobre cada día porque el dolar aumenta y la renta en pesos es constante, lo que hace que haya pérdida de poder adquisitivo frente a los bienes en el mundo.
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