La temperatura de Cartagena el sábado 10 de mayo, tuvo uno de los episodios más críticos de su historia climática reciente. En el sector industrial de Mamonal, la sensación térmica alcanzó los 53 grados centígrados, la más alta jamás registrada en la ciudad, según datos confirmados por la Oficina Asesora Distrital para la Gestión del Riesgo (OAGRD) y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM).
Este récord no fue un hecho aislado. Ese mismo día, otros puntos del Caribe colombiano reportaron cifras alarmantes de calor extremo: Tucurinca (Magdalena) llegó a 54 °C, Bosconia (Cesar) a 50 °C, Cereté (Córdoba) a 49 °C, Barranquilla a 48 °C, Plato (Magdalena) a 46 °C, y Santa Marta a 42 °C. La región vive una ola de calor sin precedentes, que despierta profundas preocupaciones sobre la adaptación urbana frente a la emergencia climática global.
¿Qué está provocando este calor extremo?
El Ideam explicó que la sensación térmica no solo depende de la temperatura del aire, sino también de altos niveles de humedad y escasa circulación de vientos, condiciones que se han intensificado en las últimas semanas. Estos factores han creado un ambiente bochornoso, en el que el cuerpo humano percibe temperaturas mucho más elevadas que las reales.
Adicionalmente, la entidad advirtió que entre junio y julio de 2025 se espera un aumento generalizado de las temperaturas y una reducción en las lluvias, particularmente en las regiones Caribe y Andina. Esto podría generar anomalías térmicas de hasta 1,5 °C por encima del promedio histórico, con el agravante de que estos cambios pueden intensificarse durante julio.
Por qué es importante: Aunque se trate de medidas básicas, para muchas personas en condiciones de pobreza extrema, cumplirlas no es tan sencillo: no hay ventilación en sus viviendas, las construcciones suelen tener techos de zinc y hay un serio déficit de espacios verdes que podrían mitigar el calor. En este contexto, la crisis climática se convierte también en una crisis social.
Ante este panorama, el Ideam reiteró algunas recomendaciones para la ciudadanía:
Evitar la exposición directa al sol entre las 11:00 a. m. y las 4:00 p. m.
Mantenerse hidratado constantemente.
Prestar especial atención a niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Disminuir actividades físicas al aire libre en las horas críticas del día.
Temperatura de Cartagena: el impacto del cambio climático en Colombia
El fenómeno de calor extremo en Cartagena y en otras ciudades del Caribe colombiano no debe entenderse como un evento aislado. Por el contrario, forma parte de una tendencia sostenida de calentamiento regional prevista por los modelos climáticos del Ministerio de Ambiente desde hace más de una década.
De acuerdo con los inventarios climáticos oficiales, para el año 2030 se espera que al menos el 60% de los municipios del Caribe colombiano experimente un aumento sostenido de temperatura, especialmente durante ciertas horas del día. Este tipo de fenómenos no será una rareza, sino una nueva normalidad.
La situación no se limita al Caribe. En ciudades como Medellín, Neiva e Ibagué, se proyectan incrementos significativos en las temperaturas promedio, con consecuencias graves para la salud pública. El Plan de Acción Climático de Medellín advierte que a partir de 2040, la ciudad podría tener hasta 150 días al año por encima de los 29 °C, una cifra alarmante para una ciudad históricamente conocida como “la eterna primavera”.
En Medellín, como en Cartagena, también se presenta el fenómeno de isla de calor urbana, donde los barrios más pobres sufren temperaturas más elevadas por la falta de vegetación, la mala calidad de las construcciones y la imposibilidad económica de acceder a mecanismos de refrigeración. Esta situación evidencia una forma clara de injusticia climática, donde las poblaciones más vulnerables cargan con el mayor peso de los impactos del cambio climático.
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