A votar para preservar la democracia y apostar por un mejor país

Compartir

EDITORIAL

No quisiéramos que los llamados en cada elección fuesen infructuosos cantos a la bandera y alertas comunes que se pierden en la normalidad; por el contrario, quisiéramos creer que el colombiano cada vez es más consciente de la necesidad de votar bien y hoy es un deber hacerlo.

Cuando llegamos a la hora cero de cada elección, normalmente nos acompañan muchísimas tormentas, variedad de opiniones, discrepancias en las ideologías, en las formas de ver el país, de creer lo que es más conveniente. Todo lo anterior, es absolutamente propio y natural, no solamente de la democracia, sino de la naturaleza humana, y el gran reto como sociedad está en entendernos a través del diálogo, de una buena comunicación, del entendimiento amigable, y sobre todo de una capacidad que nos sostenga, para construir acuerdos sobre lo fundamental y lo que nos beneficia como sociedad.

Principalmente, en el papel no parecería un mayor reto, no parece nada complejo, pero a Colombia se le ha dificultado construir una nación que trasciendan a los presidentes, que trascienda a los políticos, ya sea alcalde o gobernador; y ha apostado mucho por políticas caudillistas, por poner en pedestales a los hombres, por hacer hordas, multitudes que en volandas los defienden, los apoyan y sobre todo se creen espectros sectarios que no permitan ver con objetividad y con absoluto apego la realidad o lo que acontece en el país y que nos debería importar a todos por igual.

El primer llamado en este editorial es al sentido común, es invitar al colombiano que se va a disponer para votar el día de hoy, a que no se traicione a sí mismo, a que no sea infiel, asimismo con el voto; a que realmente tenga la capacidad de mirarse, de entender que es lo que cree, sentirlo y vivirlo, lo cual lo llevará a defenderlo posteriormente. A revisar sus creencias, sus postulados, lo que le ha ayudado a ser alguien en la vida o quizá los errores que ha cometido que lo llevan hoy a no ser absolutamente nada, un cero a la izquierda para la sociedad. En virtud de eso, ejercer un derecho al voto que sea coherente, le permita tener tranquilidad mental y le dé suficiente certeza de que hizo las cosas bien.

Le puede interesar:  Asamblea de accionistas de Grupo Sura reprogramó la elección de nueva junta directiva

LEER TAMBIÉN: A votar masivamente, a conciencia y con convicción

Acá no se trata de mencionar un nombre, decir que votar por Federico Gutiérrez es lo correcto o por Gustavo Petro, el ingeniero Rodolfo Hernández, Sergio Fajardo, Enrique Gómez Martínez. Por respeto a todos nuestros lectores, nos abstendremos de sugerir nombres, lo que sí haremos sin temor a represalias y a equivocarnos es hacer un llamado a que votemos libremente, con tranquilidad, a que no le sigamos el juego a algunos medios de comunicación, a las encuestas, a la manipulación, porque lo único que buscan es que las personas voten por una o dos opciones. El colombiano debe votar por quien crea que es el mejor candidato y la primera vuelta nos permite tener esa libertad y hacer ese ejercicio ciudadano.

Es claro que si una persona piensa que es mejor la opción que tiene 0% con la opción que tiene el 47%, 50% o 36%, está en todo su derecho de hacerlo y nadie lo debe criticar ni cuestionar.

Es muy necesario y absolutamente elemental que la persona que va a depositar su voto mire las hojas de vida de los candidatos, y no tengan tachas en su experiencia tanto profesional como académica, que puedan mirar a los ojos a los colombianos, sean coherentes en una línea de tiempo con lo que han dicho y han hecho, además que tengan propuestas fácticamente aplicables. Asimismo, que sean personas que tienen un sentido alto de patriotismo, apuesta por la esencia, la responsabilidad, las convicciones; por entender que un mejor país se construye con acuerdos fundamentales.

LEER TAMBIÉN: Registrador señala que estas serán las elecciones más observadas internacionalmente

Le puede interesar:  El silencio cómplice con la dictadura

Para finalizar, creemos que la democracia y la economía colombiana sí está en peligro y que el país tiene muchísimas cosas por mejorar, pero no está destruido como algunos quieren hacer ver. Elegir gobernantes mediocres no puede ser una opción, elegir en contra de las convicciones tiene que ser castigado por la mente y por la misma tranquilidad del alma. Lo único que nos va a cambiar como sociedad es hacer una diferencia el día de las elecciones. Que gane ojalá el mejor y que los colombianos queden tranquilos con su elección.

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=”74432″]