Alcaldes y gobernadores, les quedan 18 meses

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EDITORIAL


Nuestro editorial para hoy martes 12 de julio quisiera hacer una amable invitación a los actuales alcaldes y gobernadores de todo el país. Se centra en invitarles a ser mucho más eficientes, productivos, mejores ejecutores y sobre todo pedirles que den un último esfuerzo en este año y medio que les queda en el poder.

En estos 18 meses van a tener aproximadamente seis o siete meses que no van a poder gobernar en toda su capacidad por cuenta de la ley absurda, innecesaria y nefasta de garantías, la cual no sirve para nada, por cuenta de los empalmes que tendrán el otro año y por las campañas políticas que tendrán el otro en Colombia si es que se sigue respetando el orden democrático en este país.

Las obras, las que hablan por los gobernantes y se traducen en mejor calidad de vida para los ciudadanos, no se hacen solas. Hemos visto con preocupación desde este medio de comunicación cómo algunos gobernantes se centraron en hacer diseños y anunciar con bombos y platillos toda clase de proyectos, de mega obras, de mega inversiones pero a la hora de la verdad poco o nada se ha avanzado y pasa en todo el país: desde los municipios más pequeños hasta las grandes ciudades porque hubo una pandemia retadora y compleja, pero que no puede ser la excusa de todos los gobernantes, estos tienen que construir sobre lo que hay, tienen que perfeccionar lo que funciona bien, eliminar lo que no funciona, mejorar lo que es regular o mediocre.

En este caso, queremos poner la lupa sobre los sistemas de transporte público, que algunos han tenido mejorías leves, otros no han tenido ni un solo avance. Es muy llamativo lo que ocurre con los centros de espectáculo, deportivos, las obras viales, aeropuertos que se prometieron y ninguno se ha adelantado, líneas de transporte alternativas; en ninguno se avanza.

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Ni qué decir sobre los alcaldes que han dejado caer la infraestructura existente tanto en materia de seguridad como infraestructura física. Han descuidado el patrimonio público y eso sí que se ha traducido en el perjuicio a la calidad de vida de los ciudadanos, las vías abandonadas, andenes destruidos, semáforos que no funcionan, cámaras de seguridad que se roban y nunca se vuelven a instalar, cámaras de fotodetección que no sirven, barandas sucias, jardines abandonados, ciudades que poco a poco se han ido invirtiendo en escenarios soviéticos.

A nivel municipal, donde la mayoría de los esfuerzos tendrían que estar concentrados en mejorar las vías terciarias, en recomponer el sector turístico en cada uno de los rincones que tiene Colombia que son tan encantadores, en volver productivas sus tierras, en reactivar la cultura y el patrimonio autóctono de cada uno de los municipios de Colombia, algunos alcaldes se quedaron en hacer la placa polideportiva, el columpio y el farol. 

Muchos de los gobernantes, pobres de ellos, se concentraron en administrar pobreza. De manera que tienen un año y medio para tratar de cerrar bien sus gestiones, sus administraciones, hacerlo de la mejor manera, pensar en el ciudadano; la historia los va a juzgar aunque no con justicia porque en Colombia no existe, qué bueno que todos quedaran tranquilos en su conciencia sobre lo que hicieron como gobernantes cuando estuvieron en el poder. No dejen caer las ciudades, apuesten por la cultura, por la educación, por la seguridad, por la infraestructura, por el embellecimiento del patrimonio público, por mejorar la calidad de vida de las personas; construyan ciudades para todos.

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