EDITORIAL
Como medio de comunicación estamos obligados a revisar lo que nuestra línea editorial defiende y ha decidido desde su fundación observar, y es todo lo que le afecta a la gente en su calidad de vida, lo que se puede hacer por mejorarla, analizar las coyunturas económicas, sociales, de gobierno, políticas; siempre propugnando porque Colombia tenga un mejor presente y futuro.
Lastimosamente en las últimas semanas las noticias económicas no son buenas para el país, acá no se trata de hablar acerca de la política, de las ideologías, de partidos, se trata de hablar de los hechos fácticos, puntuales, reales que están para la vista y quien no quiera creer que no crea.
Ahora bien, queremos destacar con suma preocupación el valor al cual el día de hoy ha cerrado la relación del peso colombiano con el dólar: $4.573. Llegó hasta los $4.575 a tan solo $25 de los $4.600, una cifra histórica, nunca antes vista con incrementos superiores de $120 por día, lo que no tiene otra traducción en cualquier gráfica, y es que hoy Colombia es mucho más pobre que el viernes, mucho más pobre que hace una semana, y mucho más pobre que hace un año.
Esto no es como muchos creen que solo perjudica a quienes van a Estados Unidos a conocer Disney, o a quienes tienen que importar cualquier producto; un dólar tan alto como lo está viviendo el país es cierto que beneficia a muy pocos sectores exportadores que hoy saltan en una pata pero que pronto pueden estar bastante preocupados por la recesión de Estados Unidos, un país en recesión no consume flores, ni vestidos de baño.
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Colombia importa casi el 70 % de lo que consume entre bienes, productos y servicios. Un dólar a ese valor solamente hace que el ciudadano, sin importar su estrato social, pierda poder adquisitivo ante el mundo globalizado como el de hoy, con tiendas y almacenes que van a encarecer sus productos.
Todo le está costando más a los colombianos, eso sumado a una inflación cercana a los dos dígitos, a un desempleo que sigue siendo considerablemente alto, a una tasa de informalidad que es la más alta de todos los países de la OCDE y desdeluego a una desconfianza hacia el peso colombiano.
Insistimos que solo queremos llamar la atención de un problema que es muy grande, de una ola que ya hace carrera en el mar y no sabemos cuándo tocará costa y solamente una persona puede tratar de parar momentáneamente la ola: el presidente electo Gustavo Petro. El presidente saliente Iván Duque cuenta los días para irse y prácticamente ya poco o nada ejerce, influencia dentro de la coyuntura económica actual.
Así no se haya posesionado como presidente, esta responsabilidad recae en Gustavo Petro, quien tiene que salir de inmediato a una comparecencia de prensa junto con su ministro de Hacienda, junto con su ministro de Minas, junto con su ministro de Defensa y ser absolutamente claros en las líneas que van a gobernar hoy el país.
Tenemos que ser absolutamente contundentes en las líneas de las reformas venideras. El presidente Gustavo Petro trinó -en su cuenta de Twitter- a las 3:29 de la tarde de este lunes 11 de julio lo siguiente: «A quienes hoy están comprando dólares en Colombia con el mayor respeto tengo que anunciar que cuando los pongan de nuevo a la venta valdrán menos en ese momento. ¡Ojo! No pierdan sus dineros».
Presidente Petro, ojalá esto sea cierto, ojalá nos equivoquemos, pero para esto hay que actuar rápido.