En un mundo cada vez más enfocado en la transición hacia fuentes de energía limpia, América Latina destaca como una región pionera en generación de energía renovable. A partir de 2024, el promedio mundial de electricidad generada a partir de fuentes renovables será de aproximadamente el 29%. Sin embargo, varios países latinoamericanos han alcanzado o incluso superado este umbral, lo que posiciona a la región como líder en energías limpias.
América Latina y su rol protagónico en la energía renovable
Los datos de la Agencia de Información Energética de EE.UU. (EIA) muestran que en 2022 países como Paraguay, Costa Rica y Uruguay han logrado niveles de generación de energía renovable muy altos, superando en algunos casos el 90% del total de su producción eléctrica. Otros países, como Brasil y Colombia, también registran porcentajes sobresalientes (88% y 72%, respectivamente), situándolos muy por encima del promedio global.
Uno de los factores que impulsan esta tendencia es la abundancia de recursos naturales en la región. Ríos caudalosos, alta irradiación solar y potencial eólico son activos que han permitido que los países latinoamericanos exploten diversas fuentes de energía, principalmente hidroeléctrica, pero también solar y eólica.
Líderes en energía 100% renovable
Paraguay y Costa Rica son ejemplos claros de países que han consolidado redes eléctricas casi totalmente renovables. Paraguay, en particular, basa el 100% de su generación eléctrica en fuentes hidroeléctricas, principalmente a través de la represa binacional de Itaipú, que comparte con Brasil. Costa Rica, por su parte, también ha logrado una infraestructura de generación 100% renovable, con una matriz diversa que incluye hidroeléctrica, geotermia, eólica y solar.
Este éxito demuestra que la riqueza económica no es el factor determinante para el éxito en energías renovables, sino más bien un enfoque estratégico en políticas energéticas y la voluntad de invertir en tecnologías sostenibles.
Desafíos y propuestas: acelerando la transición en países rezagados
A pesar de estos logros, no todos los países de América Latina han alcanzado altos porcentajes de generación de energía renovable. México, con un 22% de su matriz eléctrica basada en renovables, enfrenta desafíos tanto económicos como regulatorios que han frenado una transición más acelerada hacia energías limpias. Argentina, que se encuentra en un 30%, también presenta una lenta transición debido a políticas energéticas fluctuantes y la falta de infraestructura suficiente para aprovechar su inmenso potencial eólico y solar en zonas como la Patagonia y el Noroeste.
La variabilidad en los niveles de desarrollo de energía renovable entre países subraya la necesidad de políticas regionales de colaboración y el acceso a financiamiento internacional para proyectos de infraestructura energética. También son clave las políticas regulatorias que incentiven la participación del sector privado y la inversión extranjera.
Perspectivas futuras: América Latina hacia el 2030
De cara al futuro, América Latina tiene el potencial de convertirse en una de las regiones con mayor porcentaje de generación de energía renovable en el mundo. Si bien aún existen desafíos significativos, como la dependencia de recursos hídricos que pueden verse afectados por el cambio climático, la diversificación hacia otras fuentes como la eólica y la solar se perfila como una solución viable.
Países como Chile han realizado avances notables en la incorporación de energía solar y eólica, logrando alcanzar un 57% de generación renovable en su matriz para 2022. Este tipo de esfuerzos son una inspiración para la región y representan un camino hacia una transición energética que pueda asegurar la sostenibilidad ambiental, económica y social en las próximas décadas.
Países latinoamericanos en generación de energía limpia como porcentaje de su matriz energética:
El liderazgo de América Latina en generación de energía renovable es un componente clave para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones planteados en el Acuerdo de París. Con su potencial y compromiso, la región puede desempeñar un papel importante en la mitigación del cambio climático y en la construcción de un futuro energético limpio y sostenible.
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