La aprobación de los presidentes de Estados Unidos durante sus primeros 100 días de mandato es un indicador clave del respaldo ciudadano inicial. Este periodo, aunque simbólico, suele marcar el tono de una administración y su capacidad para implementar políticas.
En este contexto, Donald Trump destaca negativamente al registrar las calificaciones más bajas en ambos mandatos, según datos de Gallup y el American Presidency Project.
El origen de los 100 días: una vara de medir presidencial
La relevancia de los primeros 100 días se remonta a 1933, cuando Franklin D. Roosevelt, enfrentando la Gran Depresión, impulsó una serie de reformas legislativas sin precedentes.
En ese corto periodo, logró la aprobación de 15 leyes clave, incluyendo el Acta de Emergencia Bancaria y la creación de programas como el Civilian Conservation Corps. Esta actividad legislativa sentó un precedente, convirtiendo los 100 días en un estándar para evaluar el inicio de una presidencia.
Comparativa histórica: del liderazgo de Kennedy al rezago de Trump
Históricamente, presidentes como John F. Kennedy han disfrutado de altos índices de aprobación al inicio de sus mandatos.
Kennedy alcanzó un 83% de aprobación en 1961, mientras que Dwight D. Eisenhower registró un 73% en 1953.
En contraste, Donald Trump obtuvo un 41% en 2017 y un 44% en 2025, siendo los más bajos desde que se tienen registros comparables .
Factores que influyen en la aprobación inicial
Varios elementos afectan la aprobación de los presidentes de Estados Unidos en sus primeros 100 días:
Contexto político y económico: Crisis económicas o conflictos internacionales pueden elevar o disminuir la aprobación. Por ejemplo, Barack Obama, en medio de la crisis financiera de 2008, alcanzó un 65% de aprobación en 2009.
Polarización política: La división partidista puede limitar el respaldo inicial. Trump, por ejemplo, mostró un apoyo del 90% entre republicanos, pero solo del 4% entre demócratas en 2025.
Acciones ejecutivas: La cantidad y naturaleza de las órdenes ejecutivas pueden influir en la percepción pública. En su segundo mandato, Trump firmó 137 órdenes ejecutivas en 100 días, generando controversia y múltiples demandas.
Controversias que han marcado el segundo mandato de Trump
El segundo mandato de Donald Trump ha estado plagado de decisiones polémicas y controversias que han impactado su aprobación:
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Recorte de fondos para refugiados: La administración Trump suspendió el Programa de Admisión de Refugiados de EE.UU., lo que llevó a despidos masivos en organizaciones de reasentamiento y dejó a muchas familias en situación precaria.
- Aranceles y guerra comercial: los constantes anuncio de nuevos aranceles para productos de otros países han generado incertidumbre comercial y tensiones en relaciones diplomáticas
Acusaciones infundadas contra figuras públicas: Trump solicitó investigaciones sobre celebridades como Beyoncé y Bruce Springsteen, alegando sin pruebas que recibieron pagos ilegales para apoyar a la campaña de Kamala Harris en 2024.
Política migratoria restrictiva: Se reinstauró el programa «Quédate en México», obligando a los solicitantes de asilo a esperar en ese país mientras se procesan sus casos en EE.UU., lo que ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos.
Propuesta para Gaza: Trump propuso que EE.UU. tomara el control de la Franja de Gaza y reubicara a la población palestina en otros países, una idea que ha sido calificada de «limpieza étnica» por el Secretario General de la ONU.
Regalo de Qatar: Aceptó un lujoso avión de $400 millones de parte del emir de Qatar, lo que generó críticas bipartidistas y acusaciones de corrupción.
Filtración de planes militares: Un error en las comunicaciones internas llevó a la filtración de planes militares clasificados sobre Yemen, lo que generó preocupaciones sobre la seguridad nacional.
La importancia de los primeros 100 días
Aunque no existe una obligación legal para lograr ciertos objetivos en los primeros 100 días, este periodo es crucial para establecer prioridades y aprovechar el capital político. Un inicio fuerte puede facilitar la aprobación de reformas y consolidar el liderazgo presidencial.
Por el contrario, una baja aprobación inicial puede dificultar la implementación de políticas y generar resistencia tanto en el Congreso como en la opinión pública.
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