Así se está transformando el desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca: economía, tecnología y sostenibilidad

El desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca impulsa la economía regional con tecnología, alianzas empresariales y sostenibilidad, generando empleo y abastecimiento para la capital en 2024.

Compartir

El desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca ya no se limita a ser un factor de crecimiento local, sino que se ha convertido en un catalizador que impulsa la economía regional, ofreciendo oportunidades para la generación de empleo, la innovación tecnológica y el abastecimiento alimentario. Este especial de regiones explora cómo los proyectos de desarrollo rural están transformando la economía de Bogotá y Cundinamarca, analizando sus impactos, desafíos y perspectivas futuras.

En el contexto de una creciente urbanización, la autosuficiencia y la sostenibilidad se vuelven cruciales para garantizar la estabilidad económica y alimentaria de una región. Bogotá, como epicentro económico y político de Colombia, depende en gran medida de la producción rural de Cundinamarca. Según el DANE, más del 30% de los productos agrícolas que abastecen los mercados de la capital provienen de esta región. Por lo tanto, el fortalecimiento del desarrollo rural es esencial para asegurar un flujo constante de alimentos, generar empleo y dinamizar la economía regional.

El impacto económico del desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca

Los proyectos de desarrollo rural han generado un impacto notable en la economía de Cundinamarca y, por extensión, en la de Bogotá. El PIB agrícola de Cundinamarca experimentó un crecimiento del 6.2% en 2023, cifra que superó las expectativas y reflejó un incremento en la producción y comercialización de productos agrícolas, ganaderos y forestales. Este crecimiento fue resultado de la implementación de programas de modernización agrícola, infraestructura de riego y asistencia técnica, así como la adopción de prácticas sostenibles.

El impacto económico del desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca
Foto: Redes sociales

En Bogotá, el impacto se traduce en un abastecimiento constante de productos frescos y de calidad, estabilizando precios y garantizando la seguridad alimentaria. La relación entre ambas regiones es simbiótica: mientras Cundinamarca proporciona alimentos y recursos, Bogotá ofrece un mercado amplio y constante, impulsando la economía regional.

Un factor decisivo en el éxito de los proyectos de desarrollo rural en Cundinamarca ha sido la participación activa del sector empresarial. Empresas de la agroindustria, tecnología y servicios han invertido recursos significativos en mejorar la infraestructura y productividad de las zonas rurales. En 2024, las inversiones empresariales alcanzaron los 200 mil millones de pesos, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Ana Bernal jefe corporativa de Sostenibilidad de Parque Arauco habla del desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca
Foto: Cortesía

Ana Bernal jefe corporativa de Sostenibilidad de Parque Arauco destacó que “Las iniciativas enfocadas en el desarrollo rural, como el Mercado Campesino del Outlet Arauco Sopó, buscan generar impactos directos en la economía de Bogotá y la Sabana al fortalecer la cadena de suministro de productos agrícolas y artesanales. Facilitan el acceso a productos frescos y de alta calidad para los habitantes de la capital, creando puentes que promueven una mayor circulación económica entre las zonas rurales y urbanas. Además, mejoran las oportunidades de ingresos para los campesinos de Cundinamarca, respondiendo a la creciente demanda de productos sostenibles y locales en Bogotá, lo que crea una sinergia económica beneficiosa para ambas regiones”.

Por su parte Jaime Rojas, líder del Centro de Investigación en Análisis de Datos Económicos y Sectoriales del Politécnico Grancolombiano señaló que “Gracias a que las empresas ubicadas en Bogotá se proveen en una cuantía significativa de los productos provenientes de la región, están participando activamente en proyectos de financiamiento para el desarrollo rural de Cundinamarca. Muchas empresas ven oportunidades de responsabilidad social corporativa (RSC), así como beneficios fiscales al apoyar iniciativas que fomentan la producción agrícola, infraestructura y tecnología en áreas rurales.”

Jaime Rojas, líder del Centro de Investigación en Análisis de Datos Económicos y Sectoriales del Politécnico Grancolombiano habla de la relevancia del desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca
Foto: Cortesía

También señalo que “A su vez, estas empresas se benefician con el acceso a insumos frescos, precios más competitivos, y la creación de cadenas de valor que permiten consolidar su operación y competitividad. Por ejemplo, empresas como Nutresa y Alpina, han implementado programas de apoyo a pequeños productores de leche y cacao en Cundinamarca. Estas empresas proporcionan capacitación técnica y recursos para mejorar la calidad de los productos. Como resultado, las empresas aseguran su provisión de materia prima y mejoran su competitividad.” Señaló.

Laura Andrea Cristancho, coordinadora del Programa de Economía del Politécnico Grancolombiano expresó que “Algunas empresas ubicadas en la Capital del país, especialmente del sector agroindustrial y energético, se han involucrado en proyectos de desarrollo rural en Cundinamarca a través de alianzas público-privada, las cuales, les permiten colaborar con el gobierno y organizaciones locales en el financiamiento de iniciativas en infraestructura, que fomentan desarrollo social regional”. Expresó.

Laura Andrea Cristancho, coordinadora del Programa de Economía del Politécnico Grancolombiano habla de los mecanismos que han impulsado el desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca
Foto: Cortesía

De igual forma hizo mención del esfuerzo de las empresas en Bogotá y la región por invertir en programas sostenibles, manifestando que “Empresas de Bogotá están invirtiendo en programas de RSE que apoyan proyectos rurales en Cundinamarca, como el acceso a tecnología agrícola, prácticas sostenibles y la mejora de condiciones laborales; inversiones que mejoran la relación de las empresas con las comunidades rurales y refuerzan su reconocimiento como actores responsables del desarrollo social y económico del territorio”.

Le puede interesar:  Susana Muhamad se presentaría como candidata a la Alcaldía de Bogotá 

Las alianzas estratégicas entre empresas, gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales han impulsado proyectos que abarcan desde la implementación de tecnologías agrícolas avanzadas hasta la capacitación y empoderamiento de pequeños agricultores. La participación empresarial ha permitido la creación de cadenas de valor que conectan a los productores rurales directamente con los mercados de Bogotá, reduciendo intermediarios y asegurando precios más justos.

Uno de los ejemplos más destacados es la alianza entre la empresa de tecnología agrícola AgroTech y la Asociación de Productores de Cundinamarca (APC). AgroTech ha proporcionado drones y sensores de monitoreo para mejorar la eficiencia en la producción, reduciendo las pérdidas en un 15% durante la última cosecha de hortalizas. Este tipo de inversiones tecnológicas ha generado un impacto positivo no solo en la productividad, sino también en la calidad de vida de los agricultores.

La conectividad entre las zonas rurales y urbanas es un elemento fundamental para el desarrollo regional. En 2023 y 2024, se realizaron importantes inversiones para mejorar la infraestructura vial y de transporte entre Cundinamarca y Bogotá. La adecuación de más de 500 km de vías rurales ha facilitado el acceso de los productos agrícolas a los mercados urbanos, reduciendo el tiempo de transporte en un 30% y los costos logísticos en un 20%.

El proyecto de tren de carga y pasajeros que conectará Bogotá con las zonas rurales más productivas de Cundinamarca es otro ejemplo del compromiso con la mejora de la conectividad. Se espera que este tren reduzca los tiempos de transporte y contribuya a la reducción de emisiones de CO₂, impulsando la sostenibilidad del transporte rural.

La implementación de tecnologías avanzadas ha revolucionado la agricultura en Cundinamarca. La adopción de sistemas de riego por goteo, uso de drones para monitorear cultivos, y la implementación de aplicaciones móviles para la gestión agrícola han permitido a los agricultores maximizar la producción y reducir costos.

Uso de la Inteligencia Artificial (IA) en la Agricultura: Una de las innovaciones más recientes es el uso de IA para predecir patrones climáticos y optimizar los ciclos de cultivo. Agricultores de la región están utilizando aplicaciones que les permiten anticipar cambios en el clima, optimizando el riego y la fertilización de los cultivos. Esto ha incrementado la productividad en un 18% en los últimos dos años, según la Secretaría de Agricultura de Cundinamarca.

La sostenibilidad factor clave en el desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca

Sostenibilidad y conservación del medio ambiente: El enfoque sostenible en los proyectos de desarrollo rural es un componente esencial para asegurar el impacto a largo plazo de estas iniciativas. En Cundinamarca, la agroforestería ha ganado popularidad como una práctica que combina la agricultura con la conservación de bosques y suelos, reduciendo la erosión y mejorando la fertilidad del suelo.

La sostenibilidad factor clave en el desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca
Foto: Redes sociales

Bernal expresó que “Parque Arauco busca impulsar el emprendimiento en los territorios donde están ubicados sus activos, reconociendo su impacto positivo en la economía formal y el empleo local. Por ello, a través de iniciativas como los Mercados Campesinos del Outlet Arauco Sopó, proporcionamos espacios exclusivos para la comercialización de productos campesinos, conectando a los productores rurales con clientes urbanos. Esto no solo apoya a los pequeños agricultores, sino que también beneficia a las empresas al atraer a un público que valora productos frescos, sostenibles y locales. De esta manera, se crea un entorno comercial más dinámico y alineado con las tendencias de consumo responsable”.

“Empresas de Bogotá están invirtiendo en programas de RSE que apoyan proyectos rurales en Cundinamarca, como el acceso a tecnología agrícola, prácticas sostenibles y la mejora de condiciones laborales; inversiones que mejoran la relación de las empresas con las comunidades rurales y refuerzan su reconocimiento como actores responsables del desarrollo social y económico del territorio”. Señaló Laura Cristancho

Según la Federación Nacional de Cultivadores, el uso de fertilizantes orgánicos y la rotación de cultivos han contribuido a la reducción de la huella de carbono de la actividad agrícola en un 15% en 2024, en comparación con años anteriores. Esto demuestra un compromiso tangible con la protección del medio ambiente, garantizando que el desarrollo rural no sea un agente de deforestación, sino un aliado para la conservación.

Le puede interesar:  La transformación social y económica en el Pacífico y el Valle del Cauca a través de la Economía Naranja

Programa «Cosechas Sostenibles»: Este programa, implementado por la Gobernación de Cundinamarca en alianza con la Universidad Nacional, ha capacitado a más de 2,000 agricultores en prácticas sostenibles y manejo de recursos naturales. La iniciativa ha logrado la reforestación de 500 hectáreas de bosques y ha introducido métodos de cultivo que reducen el uso de pesticidas y fertilizantes químicos.

Acciones conjuntas entre Bogotá y Cundinamarca: La articulación entre Bogotá y Cundinamarca ha sido crucial para garantizar el éxito del desarrollo rural. El acuerdo de cooperación firmado en 2023 entre ambas administraciones busca fortalecer la conexión comercial y económica, con un fondo de inversión que alcanza los 300 mil millones de pesos para los próximos cinco años.

Este fondo está destinado a mejorar la infraestructura vial, promover la capacitación y el empoderamiento de agricultores, y fomentar la adopción de tecnologías que hagan más eficiente la cadena de suministro entre las zonas rurales y Bogotá. Además, se están desarrollando estrategias para impulsar el turismo rural como una forma de diversificar la economía de Cundinamarca, integrando a Bogotá como un mercado natural para el turismo de experiencia rural.

Para Jaime Rojas “Si bien Bogotá realiza y recibe flujos económicos de gran parte de los municipios del país, el Distrito Capital depende de la Región Cundinamarca para gran parte de su consumo. De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo de la ciudad, cerca del 45% del transporte de carga, que tiene como destino la ciudad, proviene de los municipios de Cundinamarca y el 55% de los municipios del resto del país.” Expresó.

En este sentido, la mejora en la infraestructura vial ha sido clave para mejorar, reducir los costos de transporte y aumentar los índices de eficiencia y competitividad de la región. Proyectos como la modernización de la vía Bogotá ha mejorado la conectividad con las zonas productoras de frutas y verduras del sur de Cundinamarca.

Con la reducción de los tiempos de tránsito, los productores han logrado aumentar la frecuencia de sus envíos a Bogotá, lo que ha dinamizado el comercio de estos productos en la ciudad. Así mismo, la vía perimetral de oriente, que conecta a la ciudad con los municipios de La Calera, Guasca y Sopó, ha facilitado el transporte de productos lácteos y hortalizas, permitiendo que los productores amplíen sus mercados.

Impacto en la generación de empleo: Los proyectos de desarrollo rural han contribuido a la generación de más de 50,000 empleos directos e indirectos en Cundinamarca durante 2024, según el DANE. La producción agrícola, la infraestructura, el turismo rural y la innovación tecnológica han sido los sectores que más han generado empleo, impulsando el crecimiento económico de la región.

Desafíos y oportunidades futuras: A pesar de los avances, existen desafíos importantes que deben ser superados para asegurar el éxito a largo plazo del desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca. La falta de acceso a financiamiento, la necesidad de modernizar la infraestructura de almacenamiento y la incorporación de más pequeños agricultores en las cadenas de valor siguen siendo retos pendientes.

Sin embargo, las oportunidades para el desarrollo rural son vastas. La implementación de tecnologías de la cuarta revolución industrial, como la agricultura de precisión y la biotecnología, puede abrir nuevas posibilidades para aumentar la productividad y eficiencia en las zonas rurales. Asimismo, la expansión del turismo rural ofrece un potencial sin explotar que puede diversificar la economía de la región y generar ingresos adicionales para las comunidades rurales.

El desarrollo rural en Bogotá y Cundinamarca está transformando la economía regional, creando oportunidades de crecimiento, empleo y sostenibilidad. La implementación de tecnologías avanzadas, la participación empresarial y la colaboración entre los gobiernos locales son factores que han contribuido al éxito de los proyectos rurales, asegurando un abastecimiento constante y de calidad para la capital.

En el futuro, es crucial seguir invirtiendo en innovación, sostenibilidad y conectividad para garantizar que el desarrollo rural continúe siendo un pilar fundamental en el crecimiento económico de la región. Con un enfoque en la inclusión, la sostenibilidad y la adopción de nuevas tecnologías, Bogotá y Cundinamarca tienen el potencial de convertirse en un referente nacional e internacional en desarrollo rural sostenible.

Lea también: Procuraduría y Contraloría critican baja ejecución presupuestal en el Ministerio de Igualdad

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=»74432″]