El Auckland City FC, un equipo semiprofesional de Nueva Zelanda, sorprendió al mundo al empatar 1-1 con Boca Juniors en el Mundial de Clubes 2025. Este resultado no solo fue un hito deportivo, sino que también les otorgó un premio económico sin precedentes para este modesto club: un millón de dólares.
Para jugadores que ganan apenas 93 euros por partido, esta inyección financiera representa un cambio drástico en sus vidas.
Le puede interesar: ¿Cuánto podría ganar Richard Ríos en el Manchester United?
El Auckland City, formado por jugadores que trabajan medio tiempo en otras profesiones, empató con uno de los equipos más importantes del continente americano. El gol lo marcó Christian Gray, profesor de educación física en una escuela pública. El centro vino de Jerson Lagos, barbero de oficio.
🏟️ Empate en el Geodis Park de Nashville. #FIFACWC
— Mundial de Clubes FIFA 🏆 (@fifaworldcup_es) June 25, 2025
Este empate, conseguido en Nueva Jersey, les otorgó un millón de dólares, equivalentes a 3.800 millones de pesos colombianos. A esta cifra se suman 2,5 millones de dólares (más de 9.500 millones de pesos colombianos) recibidos por su sola participación en la fase de grupos, elevando el total acumulado a 13.300 millones de pesos.
Para los jugadores del Auckland City, que cobran un promedio de 93 euros (alrededor de 391.000 pesos colombianos) por partido, esta suma es, sin duda, la más grande que han recibido en su carrera.
Sebastián Ciganda, arquero suplente y limpiador de jacuzzis y piscinas en Auckland, relató que tuvo que pedir vacaciones en su empleo para viajar a Estados Unidos: “Si no me daban los días, renunciaba”. También afirmó que el premio “se va a repartir entre todo el staff y el plantel”, una decisión que refleja el espíritu colectivo del club.
Le puede interesar: Las consecuencias para Millonarios y Falcao tras declaraciones en entrevista
¿A qué se dedican los jugadores del Auckland City?
Lo más fascinante de esta historia es la diversidad de profesiones dentro del equipo. Jerson Lagos corta el cabello en un pequeño local de Auckland. Christian Gray, el héroe del empate, enseña educación física en la Mount Roskill Grammar School.
El defensor Mario Ilich, capitán del equipo, es asesor de ventas. Alfie Rogers, mediocampista titular, trabaja como representante comercial.
El equipo entrena solo tres veces por semana, fuera del horario laboral. Cam Howieson, uno de los más experimentados del plantel, divide su tiempo entre la cancha y su trabajo como consultor en seguros. Otros jugadores son estudiantes universitarios, agentes inmobiliarios o técnicos en informática.
Sus ingresos como futbolistas no superan los 84 euros semanales (aproximadamente $352.800 COP), cifra que palidece frente a los salarios de los clubes profesionales. Para ponerlo en perspectiva, un jugador del Auckland FC —el club profesional de la misma ciudad, que participa en la A-League australiana— puede ganar 65.000 euros anuales, es decir, cerca de 273 millones de pesos colombianos, mientras que un jugador del Auckland City no supera los 4 millones de pesos al año en ingresos futbolísticos.
El empate ante Boca Juniors es más que un punto en la tabla: es un testimonio de resiliencia, disciplina y trabajo colectivo. El Auckland City llegaba al encuentro tras durísimas derrotas: 10-0 contra el Bayern Múnich y 6-0 frente al Benfica. Sin embargo, se repusieron emocionalmente y jugaron uno de los partidos más dignos de su historia.
Este logro toma aún más valor si se considera que, a partir de 2029, la FIFA exigirá que los equipos participantes en el Mundial de Clubes tengan una plantilla completamente profesional. Eso significa que el Auckland City podría estar viviendo su última participación en el torneo, convirtiendo este empate en un capítulo dorado e irrepetible para la institución y para el fútbol oceánico en general.
¿Qué harán con el dinero?
Con un premio de 3,5 millones de dólares en total (más de $13.000 millones de pesos colombianos), las expectativas sobre cómo se distribuirá el dinero son altas. Aunque el club no ha emitido un comunicado oficial detallando el reparto, el propio Ciganda afirmó que el monto beneficiará directamente a los jugadores y al cuerpo técnico.
Para un equipo que sobrevive con subsidios municipales, patrocinios menores y la voluntad de su comunidad, este ingreso representa la oportunidad de profesionalizarse parcialmente, mejorar su infraestructura, invertir en formación juvenil y estabilizar las finanzas por varios años.
La historia del Auckland City en el Mundial de Clubes 2025 es la historia del fútbol que todavía cree en los sueños. No se trata de millonarios superestrellas, sino de profesores, barberos, agentes de seguros y vendedores que, con pasión y disciplina, lograron lo impensado: empatarlos en la cancha y superarlos en el corazón de la audiencia mundial.