El aeropuerto más transitado de Sudamérica ahora tiene un nuevo punto de encuentro para quienes buscan algo más que un vuelo. Bavaria, en alianza con su reconocida marca Corona, inauguró Vista Corona en la zona de salidas nacionales del Aeropuerto El Dorado, una propuesta que combina gastronomía, diseño y experiencia para transformar la espera en una pausa memorable.
De acuerdo con la Aeronáutica Civil, en 2024 El Dorado movilizó más de 45,8 millones de pasajeros, consolidándose como el aeropuerto más importante de América Latina. En este escenario, Bavaria apuesta por acercar su universo de marca a millones de viajeros que cada día cruzan por sus pasillos.
Bavaria y la expansión del estilo de vida Corona
La apertura de Vista Corona no es un hecho aislado. Hace seis años, Bavaria lanzó este formato en el Parque de la 93, buscando ofrecer espacios donde las personas pudieran reconectarse con la calma y la naturaleza en medio del entorno urbano. Hoy, el concepto se extiende a lugares estratégicos como Plaza Claro y Cartagena, consolidando una red de experiencias que reflejan el estilo de vida relajado que promueve la marca.
“El objetivo es que los viajeros sientan la frescura y tranquilidad que definen a Corona. Este nuevo espacio refleja ese espíritu: un lugar donde la buena comida y una cerveza fría marcan el inicio del viaje”, comentó Álvaro de Luna, vicepresidente de Mercadeo de Bavaria.
El nuevo restaurante destaca por su ambientación inspirada en la playa: materiales cálidos, vegetación natural y una iluminación que invita al descanso. Su carta incluye opciones ligeras y frescas —desde brunches hasta comidas rápidas— que pueden acompañarse con una Corona tradicional o Corona Cero, pensadas para quienes buscan disfrutar sin afán.
Con Vista Corona, la compañía refuerza su estrategia de crear experiencias más allá del consumo tradicional. Cada espacio diseñado bajo esta marca se convierte en un punto de encuentro para quienes desean reconectar con lo esencial: la pausa, la naturaleza y el disfrute consciente.
La llegada de esta marca a El Dorado no solo amplía la oferta gastronómica del aeropuerto, sino que también introduce un concepto que encarna el valor de detenerse y respirar antes de despegar. Un recordatorio de que, incluso en el lugar más transitado del país, siempre hay espacio para desconectarse.