Las autoridades confirmaron que ya lograron identificar plenamente al segundo presunto responsable de la brutal golpiza que le costó la vida a Jaime Esteban Moreno, estudiante de la Universidad de los Andes, durante la madrugada del 31 de octubre en el norte de Bogotá. El joven, de 19 años, fue atacado en la calle 64 con carrera 15 después de salir de una fiesta de Halloween, en un caso que ha conmocionado al país.
La Policía identificó al segundo agresor en la muerte de Jaime Esteban Moreno
Videos de cámaras de seguridad y testimonios recopilados por el CTI y la Policía Metropolitana de Bogotá permitieron identificar al segundo agresor, conocido hasta ahora como el “hombre de negro”. En las imágenes analizadas, se observa cómo este sujeto patea a Moreno, haciéndolo caer al suelo, y posteriormente se une a Juan Carlos Suárez Ortiz ya capturado para propinarle golpes en la cabeza y el rostro, los cuales resultaron mortales.
De acuerdo con las investigaciones, el “hombre de negro” sería un joven de aproximadamente 23 años, de nacionalidad venezolana, que trabaja como vendedor ambulante de perros calientes en el sector de San Victorino. Tras la agresión, las cámaras muestran que el individuo se aleja del lugar caminando junto a Suárez Ortiz y una mujer vestida con un disfraz azul, mientras la víctima permanecía tendida en la vía, gravemente herida.
La Fiscalía General de la Nación informó que este miércoles 5 de noviembre continuará la audiencia de imputación de cargos y la solicitud de medida de aseguramiento contra Suárez Ortiz, el primer capturado en el caso. Según las pruebas recolectadas, el ataque no fue producto de un simple altercado, sino de una agresión violenta y sostenida que terminó con la vida del estudiante.
Mientras tanto, el paradero del “hombre de negro” sigue siendo materia de investigación, y las autoridades ya emitieron una orden de captura en su contra. Las imágenes divulgadas en El Reporte Coronell fueron claves para su identificación, y se espera que en los próximos días la Policía entregue información sobre su ubicación.
Un punto que ha generado controversia en el proceso es la demora en la recolección de las grabaciones de las cámaras de seguridad del Before Club, sitio en el que se encontraba Moreno antes de ser atacado. Según reveló El Reporte Coronell, dichas cámaras todavía no han sido retiradas por las autoridades, pese a ser una prueba esencial para reconstruir los hechos previos a la agresión.
En entrevista con ese medio, la dueña del establecimiento, María del Mar Pizarro, reiteró que los videos están a disposición de los investigadores. “Nos solidarizamos completamente con la familia de Jaime Esteban. Lamentamos profundamente lo sucedido”, aseguró, al tiempo que aclaró que los hechos ocurrieron a cinco cuadras del local.
Las investigaciones preliminares han permitido establecer que la riña se inició por una discusión aparentemente trivial entre varios asistentes a una fiesta de Halloween. Testigos aseguran que Jaime Esteban trató de calmar los ánimos, pero terminó siendo atacado de forma brutal por los dos hombres. La golpiza fue tan violenta que el joven quedó inconsciente y murió minutos después por trauma craneoencefálico severo.
El caso ha generado indignación nacional y ha reavivado el debate sobre la violencia en las noches de celebración y el consumo de alcohol en eventos masivos. En redes sociales, compañeros y amigos de Moreno han exigido justicia y el esclarecimiento total del crimen, pidiendo que los responsables enfrenten las penas más altas contempladas por la ley.
Las autoridades continúan recopilando testimonios, videos y elementos probatorios para consolidar el expediente que permita llevar ante la justicia a todos los involucrados. La Fiscalía ha insistido en que no habrá impunidad en un hecho que enluta al país y a una de las universidades más prestigiosas del país.
Mientras tanto, la familia de Jaime Esteban Moreno espera que el proceso avance con celeridad y que el “hombre de negro”, ya plenamente identificado, sea capturado en los próximos días. La investigación sigue su curso, y Colombia espera justicia para un joven que, según sus allegados, “solo quería celebrar y terminó siendo víctima de una noche de violencia sin sentido”.
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