El inicio de las obras del proyecto Canal del Dique, adjudicado en junio de 2023 y considerado clave para la restauración ambiental y el desarrollo regional de la Costa Caribe, se aplazará hasta mediados de 2026 debido a la necesidad de un nuevo estudio de impacto y restauración ambiental. Así lo confirmó Carlos Rosado, director de relaciones públicas de Sacyr, empresa a cargo del megaproyecto.
Panorama general: El proyecto, que busca beneficiar a más de 1,5 millones de habitantes y tiene un área de incidencia de 435.000 hectáreas en Bolívar, Sucre, Atlántico y Cartagena, está enfocado en cumplir con el 57% de la meta de restauración ambiental nacional. Sin embargo, los requerimientos de un estudio más profundo y especializado han generado el retraso.
“Este nuevo estudio está muy enfocado en la protección y restauración del ecosistema. Los términos de referencia son los mismos que aplican a cualquier proyecto de infraestructura, pero se requieren mediciones en diferentes épocas climáticas, lo que toma un tiempo importante”, explicó Rosado.
Canal del Dique: retrasos y nuevos estudios ambientales prolongan el inicio del proyecto
El nuevo estudio ambiental comenzará en enero de 2025 y se prolongará durante 14 meses. Posteriormente, se necesitarán otros 4 meses para su aprobación por parte del Gobierno, lo que pospondrá el inicio de las obras hasta 2026.
Por qué es importante: Inicialmente, la etapa de preconstrucción, que incluye los estudios de gestión social, predial y ambiental, tenía un plazo de 18 meses. Esto proyectaba el inicio de las obras para diciembre de 2024. Sin embargo, con el nuevo cronograma, el proyecto acumula más de un año de retraso.
Otro factor crítico es la ausencia de una licencia ambiental, un proceso que, según Sacyr, podría tardar 18 meses. Esta licencia es fundamental para alcanzar el cierre financiero del proyecto, un punto que aún no se ha concretado.
Aunque Rosado aseguró que el costo del nuevo estudio ambiental no es significativo, no se han presentado cifras sobre posibles sobrecostos relacionados con los retrasos. Este aplazamiento podría implicar desafíos financieros y logísticos para las partes involucradas, mientras se mantiene el compromiso de cumplir con los objetivos ambientales y sociales del proyecto.