La más reciente edición del Barómetro petrolero, elaborado por Arteaga Latam con el apoyo de la Andi, Campetrol y la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), reveló qué, aunque la industria energética mantiene una amplia aceptación entre los colombianos crece la preocupación por la dependencia de gas importado y el futuro de la seguridad energética del país.
El estudio, realizado entre julio y agosto de 2025, encuestó a 2.427 personas en distintas regiones del país y a 194 directivos de compañías del sector. Los resultados muestran un aumento en el respaldo de la exploración y producción de hidrocarburos, el 60 % de los ciudadanos apoya la ejecución de estos proyectos en sus municipios, frente al 57 % registrado en el año anterior.
Se trata del nivel más alto de aceptación desde el inicio del Barómetro en el 2019, lo que evidencia una mayor confianza en la industria como motor económico del país.
Colombianos alertan sobre el aumento del gas importado y piden fortalecer la autosuficiencia energética
Sin embargo, este respaldo no es uniforme. En los municipios donde ya existen operaciones petroleras, el apoyo se redujo del 70 % en 2023 al 64 % este año, reflejando una diferencia entre la percepción nacional y la realidad local. “Los colombianos respaldan esta industria y reconocen su aporte. Sin embargo, el debate sobre gas, seguridad energética y fracking muestra que tenemos conversaciones pendientes como país para garantizar una industria ordenada y sostenible”, señaló Jaime Arteaga, director del Barómetro Petrolero.
El gas natural continúa consolidándose como una fuente estratégica en el desarrollo nacional. Según la encuesta, el 89 % de los consultados lo considera importante o muy importante para el progreso económico, mientras el 78 % reconoce que los ingresos derivados del sector son esenciales para financiar programas sociales y proyectos de inversión pública. Además, tres de cada cuatro colombianos creen que las operaciones de gas y petróleo pueden coexistir con actividades agrícolas y turísticas, siempre que se cumplan los estándares ambientales y de seguridad.
Colombianos preocupados
Aun así, el informe advierte sobre una creciente preocupación relacionada con la insuficiencia energética, el 59 % de los encuestados manifestó inquietud por la posibilidad de que Colombia tenga que importar más gas en los próximos cinco años, lo que equivale casi seis de cada diez colombianos con esta inconformidad. De ellos, el 31 % se declaró “muy preocupado” y el 28 % “preocupado”, mientras que el 8 % aseguró no tener ninguna inquietud. La cifra refleja un temor creciente a que el país pierda capacidad para sostener la demanda interna y dependa cada vez más de fuentes externas que puedan encarecer este recurso natural reflejándose en las facturas de los hogares colombianos.
En cuanto al fracking, la percepción pública ha comenzado a transformarse. El 28 % de los colombianos apoya la implementación de la técnica en su municipio, frente a un 56 % que desaprueban esta práctica en su municipio. Aunque el rechazo sigue siendo mayoritario, el nivel de aprobación aumentó respecto a años anteriores, especialmente en regiones productoras, donde el 42% respalda su uso con el fin de ampliar las reservas de gas natural.
El optimismo también se extiende en el sector empresarial. La proporción de directivos que creen que deberán reducir sus operaciones en los próximos cinco años cayó del 43% en 2024 al 27% en 2025, lo que sugiere una recuperación en la confianza en el sector energético del país. Aun con los desafíos que plantea la transición energética, la industria parece estar consolidando su papel en la economía nacional, mientras que los colombianos esperan respuestas que garanticen independencia y sostenibilidad.
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