El CEO de Celsia, empresa de energía del Grupo Argos, también envió un mensaje al nuevo Gobierno encabezado por Gustavo Petro, señalando que “el reto es tener las señales por parte del Gobierno, de estabilidad regulatoria; que permita una estabilidad macroeconómica que hoy no la hay».
Este contenido hace parte de la séptima edición de Revista 360 y cuenta con la participación de más de 70 invitados de todos los principales sectores económicos, productivos y políticos de Colombia. Ministros, líderes gremiales, líderes en áreas de la construcción, sectores bancarios, logística e infraestructura, telecomunicaciones, gobernantes regionales, analistas, economistas, entre otros.
360 Revista: ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar tan fuertemente en un departamento como el Valle?
Ricardo Sierra (R.S.): Hoy podemos decir orgullosamente que Celsia tiene su corazón en el Valle del Cauca, el 70 % de nuestros colaboradores son de esa región; es la región que nos ha permitido no solamente desarrollar un modelo de negocios muy exitoso sino también poder desarrollar todos los laboratorios, todos los centros de investigación y desarrollo, toda la operación, el centro de control, todo, absolutamente, está operando desde el Valle del Cauca.
Así que ese es nuestro corazón, allá está en Yumbo y gran parte de nuestros colaboradores más exitosos, ha sido una experiencia maravillosa. Una experiencia que nos ha permitido exportar un modelo de negocio, un modelo en donde enriquecemos la vida a los clientes, a otras regiones del país como Tolima, a operaciones de generación como en Córdoba, como de transición en la Costa Caribe. Tenemos muchas expectativas de poder seguir convirtiendo el Valle del Cauca en una región muy competitiva.
360 Revista: ¿Qué le sigue faltando a corto y mediano plazo en ejecución para seguir expandiendo esta ola en la que Colombia ya se encuentra en transición energética?
R.S.: Colombia es hoy privilegiada, pues tiene una matriz para la generación de energía eléctrica como lo dijimos en Cartagena, es decir, el 80 % de la energía que se produce en el país es energía renovable. Eso se sueñan todos los países que hablan de transición energética, se sueñan tener una matrícula colombiana.
Creo que ese reto está en el crecimiento de Colombia, que es un país aún muy poco intensivo en el uso de electricidad, es un país muy poco industrializado; el consumo per cápita de kilovatio, es como en muchos temas de consumo per cápita de Colombia por ser un país que está en vías de desarrollo, le falta, tiene mucho potencial y el reto es tener las señales por parte del Gobierno, de estabilidad regulatoria. Que permitan, sobre todo, una estabilidad macroeconómica que hoy no la hay.
En la actualidad tenemos un problema de tasas de interés completamente desfasado, un tema de tasa de cambio muy alta. En todas las transiciones energéticas, el 70 – 80 % del material que se usa para nuevas plantas solares eólicas, para todo lo relacionado en transición, es importado. Entonces necesitamos una estabilidad macroeconómica y señales claras desde el punto de vista regulatorio y de lo que se quiere hacer con el sector, por el crecimiento que necesita Colombia anualmente.
Para mantener limpia la generación de energía eléctrica se necesitan entre 500 y 600 megavatios anuales de nueva energía, es vital y estamos muy comprometidos en seguir haciendo inversiones, sobre todo en el negocio solar y en el negocio eólico.


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360 Revista: ¿Qué le diría al político, al ciudadano, a otro colega, sobre la importancia que tiene una empresa en Colombia?
R.S.: Los empresarios tenemos que salir del closet, es decir, tenemos que ser muchos más vocales para poderles contar no solamente a nuestros grupos de interés sino a toda la comunidad la importancia de lo que hacemos las empresas. No hay mejor política social que un empleo digno, formal, con buenas condiciones como las que brindamos cientos o miles de empresas en Colombia.
Tenemos que ser muy vocales y contarle a nuestro ecosistema cercano la importancia de que las pequeñas, medianas y grandes empresas existamos, porque somos las que pagamos los impuestos, somos las que creamos la innovación para seguir creciendo con eficiencia, somos las que traemos nuevas tecnologías, somos ideales para proveer servicios públicos, el Estado es pésimo empresario. Los empresarios tenemos que salir a contar esta historia, creo que la gente la tiene tergiversada.
Unos días después del estallido social en el Valle del Cauca -abril 2021-, se hizo la encuesta entre jóvenes y los datos eran apabulladores en el sentido que la gente no sabía describir qué era una empresa, y eso es un llamado muy grande a los empresarios porque tenemos que hablar de la importancia de nuestras empresas, de la libertad económica, con nuestros clientes, con nuestro entorno, entre otros. Sin amor por las empresas, por los creadores de riqueza y de empleo las economías tienden a ser fracasadas.

360 Revista: ¿Qué hace usted como líder de Celsia en el departamento del Valle para seguir comprometiéndose con mejorar no solamente las condiciones sociales sino ese clima entre todos los ciudadanos?
R.S.: La tarea más importante de todos los empresarios es seguir enriqueciéndoles la vida a los clientes, con eso hacemos una labor social enorme porque de 100 pesos que nos llegan a las empresas, los accionistas se quedan con 6 pesos; el Estado se queda con 8 pesos, los financieros se quedan con 8 pesos, las comunidades y los colaboradores se quedan con cerca de 11 pesos; los proveedores de servicios se quedan con 48 pesos y con 21 pesitos se queda todo el ecosistema de inversión y reinversión en el sistema. Esa es la distribución.
Lo más importante es seguir haciendo la buena tarea. También, comunicar sobre la importancia de las empresas pequeñas, medianas y grandes; el 98 % de las empresas son pequeñas y son las que generan el 90 % del empleo. Hay que desmitificar que el empresario es un ser abominable; ¡no, no, no!, ¡por Dios!
En Celsia tenemos unos programas que nos ilusionan mucho de generación de empleo, de calidad en servicio. Hay uno en particular: unos meses antes de la pandemia lanzamos un negocio que se llama Celsia Internet, que es de fibra óptica en hogar. No estamos compitiendo en la milla de oro de Cali, le estamos compitiendo en la milla de oro de Palmira y en los barrios más difíciles de todos esos cascos urbanos en donde atendemos el servicio de energía eléctrica.
Tenemos más de 40.000 clientes en Valle y Tolima con Celsia Internet, con el mejor servicio de internet en el país en términos de calidad medido por un actor independiente y fuera de eso a unos precios que, de verdad, son de locura. Con un componente muy bonito, y es que vamos tendiendo la fibra óptica y escuela pública por la que pasamos la conectamos completamente gratis a un servicio entre 500 y 800 megas con velocidad sincrónica. Lo hacemos porque en la pandemia nos dimos cuenta del problema de la brecha digital, del problema de la diferencia entre quienes tenían un buen servicio de internet y entre quienes no lo tenían.
Con esto ya tenemos más de 110 colegios públicos conectados, estamos llegando a los 60.000 niños impactados y la promesa es que todos los colegios públicos de cascos urbanos de Valle y Tolima van a tener internet gratis de Celsia, van a ser cientos de escuelas y colegios. A eso estamos jugados también, a tener un muy buen negocio de internet con un componente de creación de valor social, pues en una o dos generaciones vamos a ver la diferencia.
