Colombia es un país de contrastes geográficos, climáticos y culturales que ofrece una vasta gama de destinos ideales para escaparse un fin de semana. Ya sea que busques la tranquilidad de una ciudad colonial, la energía de una metrópoli moderna o la conexión con la naturaleza en un entorno montañoso o costero, Colombia tiene opciones para todos los gustos.
En este artículo, te presentamos algunas de las mejores ciudades colombianas para una escapada corta, pero memorable.
La historia y el encanto colonial de Villa de Leyva

Ubicada a poco más de tres horas de Bogotá, Villa de Leyva es uno de los destinos favoritos de quienes desean desconectarse del ajetreo citadino. Sus calles empedradas, su arquitectura colonial bien conservada y su impresionante Plaza Mayor —una de las más grandes de América Latina— la convierten en un sitio ideal para descansar y retroceder en el tiempo.
Los visitantes pueden disfrutar de caminatas relajadas por el pueblo, explorar el Museo del Fósil o el Monasterio del Santo Ecce Homo, y degustar platos típicos boyacenses como el cocido o la trucha al ajillo. Además, los alrededores de Villa de Leyva ofrecen actividades como senderismo, visitas a viñedos y baños termales.
Un viaje al pasado en Santa Fe de Antioquia
A solo 80 kilómetros de Medellín se encuentra Santa Fe de Antioquia, una joya arquitectónica del siglo XVII declarada Monumento Nacional. Su clima cálido, su ambiente tranquilo y su rico patrimonio histórico la hacen perfecta para una escapada corta. Caminar por sus calles adoquinadas, visitar iglesias como la Catedral Basílica Metropolitana o cruzar el famoso Puente de Occidente son algunas de las actividades más populares.
Los fines de semana, el pueblo cobra vida con mercados artesanales y pequeños festivales locales. También es un buen lugar para los amantes de la fotografía, gracias a sus detalles arquitectónicos y paisajes montañosos.
Salento, entre cafetales y paisajes únicos
En pleno corazón del eje cafetero, Salento ofrece una combinación perfecta entre tradición, naturaleza y aventura. Este pintoresco municipio del Quindío es la puerta de entrada al Valle de Cocora, hogar de la palma de cera —árbol nacional de Colombia— y uno de los paisajes más impresionantes del país.

Además de caminar entre gigantescas palmas, los visitantes pueden hacer recorridos por fincas cafeteras, disfrutar de la gastronomía local y recorrer las coloridas calles del pueblo. La cercanía a Armenia y Pereira lo convierte en un destino accesible para quienes buscan una experiencia auténtica sin alejarse demasiado de las grandes ciudades.
Barichara: el pueblo más lindo de Colombia
Conocido como “el pueblo más lindo de Colombia”, Barichara, en el departamento de Santander, es otro de esos lugares que parecen detenidos en el tiempo. Su arquitectura colonial impecablemente conservada, sus miradores naturales y su ambiente pausado lo hacen perfecto para una escapada romántica o para quienes simplemente buscan desconectar.
Una de las actividades más recomendadas es recorrer el Camino Real hasta el pequeño pueblo de Guane, un sendero empedrado de unos 5 kilómetros que ofrece vistas espectaculares del Cañón del río Suárez. También se pueden visitar talleres artesanales, galerías de arte y disfrutar de la cocina santandereana.
Cartagena: romance, sabor y mar
Aunque muchos piensan en Cartagena como destino para largas vacaciones, también es ideal para una escapada corta. Sus murallas, su centro histórico, sus sabores caribeños y su energía contagiosa se disfrutan al máximo en solo un par de días. De hecho, si se planea con algo de anticipación, es posible encontrar tiquetes más baratos, lo que convierte este destino en una joya accesible incluso para una salida exprés. Basta un fin de semana para caminar por el centro amurallado, cenar en Getsemaní o ver caer el sol sobre el mar desde las murallas.
Popayán, tradición blanca en el sur
Conocida como la Ciudad Blanca por el color de sus fachadas coloniales, Popayán es uno de los centros históricos mejor conservados de América Latina. Además de su belleza arquitectónica, ofrece una rica tradición religiosa y cultural, especialmente durante la Semana Santa, cuando sus procesiones atraen visitantes de todo el país.
Los fines de semana son ideales para recorrer el centro, visitar el Museo de Arte Religioso, probar la gastronomía local —como el empanadado, el tamal de pipián o las carantantas— y disfrutar del ambiente tranquilo. Además, desde Popayán se pueden hacer excursiones al Parque Natural Puracé, donde habita el majestuoso cóndor de los Andes.
San Gil: aventura para todos
Si lo tuyo es la adrenalina, San Gil es el destino ideal. Este municipio santandereano se ha consolidado como la capital colombiana de los deportes extremos. Canotaje, parapente, espeleología, torrentismo y rappel son solo algunas de las actividades que se pueden practicar en sus alrededores.
Además, San Gil está rodeado de bellos pueblos como Curití, Páramo y el mismo Barichara, que lo convierten en una base ideal para explorar la región. Al estar relativamente cerca de Bucaramanga, es una escapada viable incluso con poco tiempo.
Mompox: un rincón mágico junto al río
Santa Cruz de Mompox, conocida simplemente como Mompox, es una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un destino ideal para quienes buscan un fin de semana lleno de historia y tranquilidad. Ubicada a orillas del río Magdalena, su atmósfera detenida en el tiempo y su legado colonial la convierten en un sitio único.
Sus iglesias, cementerios antiguos, plazas silenciosas y su tradición orfebre hacen de Mompox una experiencia inolvidable. Es, sin duda, uno de los secretos mejor guardados del Caribe colombiano, y cada vez más viajeros la incluyen en sus rutas alternativas.
Medellín, innovación y cultura urbana
Aunque Medellín es una gran ciudad, también puede ser perfecta para una escapada urbana de fin de semana. Su clima primaveral, su red de transporte público eficiente —incluyendo el icónico metro y metrocables—, y su vibrante oferta cultural la convierten en una excelente opción para quienes quieren un plan más cosmopolita.
Entre los sitios que no te puedes perder están el Parque Arví, la Comuna 13 con sus coloridos murales, el Jardín Botánico y el Museo de Antioquia. La vida nocturna en zonas como El Poblado y Laureles también es parte del encanto.
Bucaramanga y sus alrededores
Finalmente, Bucaramanga, la capital de Santander, es otro destino que combina ciudad y naturaleza. Aunque muchas veces es subestimada, ofrece una amplia gama de planes para el fin de semana: desde caminatas por el Parque Nacional del Chicamocha (Panachi), hasta paseos por los parques urbanos de la ciudad, como el Parque del Agua.
La ciudad también es un excelente punto de partida para explorar pueblos cercanos como Girón, Floridablanca y Piedecuesta, cada uno con su propia identidad y atractivos.
Escapar un rato para volver distinto
En un país como Colombia, donde cada región parece contar una historia diferente, un fin de semana basta para reconectar con lo esencial. No es necesario planear grandes vacaciones para cambiar de paisaje, respirar otro aire o dejarse sorprender por lo inesperado. A veces, una simple escapada basta para despertar sentidos que la rutina adormece.
Ya sea entre cafetales, murallas coloniales, montañas que cortan el aliento o calles empedradas que invitan a caminar sin rumbo, hay algo profundamente sanador en salir, aunque sea por poco tiempo, del lugar de siempre. Y lo mejor: muchos de estos destinos están a pocas horas, con rutas accesibles y experiencias listas para descubrir.
En Colombia, cada rincón ofrece la posibilidad de parar el reloj, mirar alrededor con otros ojos y volver —quizá el mismo lunes— siendo una versión un poco más libre, más inspirada, más viva de uno mismo.
Porque a veces no necesitas más que dos días, un mapa y un poco de ganas para reencontrarte contigo.
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