Las claves para una convivencia armoniosa en Propiedad horizontal

Sandra Villanueva, gerente General de Metrocuadrado, da los 10 puntos clave para asegurar una buena convivencia en propiedad horizontal.

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Vivir en una propiedad horizontal en Colombia representa mucho más que compartir un espacio. La vida en conjunto implica acuerdos y un sentido de comunidad, donde la paz y el respeto son esenciales para un entorno agradable y funcional.

En ese sentido, Metrocuadrado ha señalado diez principios clave que, además de fortalecer las relaciones entre vecinos, contribuyen a una mejor calidad de vida y a la revalorización de las propiedades. En palabras de Sandra Villanueva, Gerente General de Metrocuadrado, “la convivencia en propiedad horizontal es mucho más que cumplir normas; es una oportunidad para crear entornos sostenibles, seguros y colaborativos”.

A continuación, se presentan algunos de estos principios esenciales para asegurar una convivencia en armonía en las propiedades horizontales de Colombia.

Principios fundamentales para la convivencia en propiedad horizontal

Las claves para una convivencia armoniosa en Propiedad horizontal (1)
Cortesía Metrocuadrado
  1. Respeto y tolerancia
    La base de cualquier relación saludable es el respeto. La Ley 675 de 2001, que regula las propiedades horizontales, enfatiza la importancia de la dignidad humana en estos espacios compartidos. El respeto no se limita a mantener niveles de ruido bajos o evitar conflictos, sino que también involucra el uso adecuado de las áreas comunes y el respeto por la privacidad de los demás. Este principio es fundamental para evitar fricciones y mantener un ambiente de paz.
  2. Uso responsable de bienes comunes
    En una propiedad horizontal, las áreas comunes son responsabilidad de todos. Las zonas verdes, ascensores y pasillos deben ser utilizados de manera consciente, evitando daños y manteniéndolos limpios. Este uso responsable no solo protege la infraestructura, sino que también permite un aprovechamiento óptimo de los recursos, lo cual es una obligación tanto legal como ética para quienes habitan estos espacios.
  3. Participación en las asambleas
    La asamblea de copropietarios es el espacio donde se toman decisiones fundamentales para el bienestar de la comunidad. La Ley 675 de 2001 exige que la asamblea ordinaria se realice durante el primer trimestre del año, en la que se discuten temas esenciales como el presupuesto y el costo de administración. Es vital la presencia y el voto de los propietarios, ya que sin el quórum requerido, las decisiones no tendrán validez. Además, se designa un consejo de administración, un órgano elegido por los propietarios que supervisa la gestión de la copropiedad y asegura el funcionamiento adecuado de los bienes comunes.
  4. Pago puntual de cuotas de administración
    Mantener las cuotas de administración al día es esencial para la estabilidad económica de la copropiedad. Estas cuotas permiten el mantenimiento y el funcionamiento de los servicios comunes. La Ley 675 también establece que, en caso de mora, los administradores pueden aplicar medidas que van desde el cobro de intereses hasta la limitación de acceso a ciertas áreas, como salones o gimnasios. En situaciones graves, la administración puede iniciar un proceso de cobro judicial.
  5. Cumplimiento de normas internas
    Cada propiedad horizontal tiene sus propios reglamentos, diseñados para preservar la armonía. Aunque estos reglamentos deben alinearse con la Ley 675 y con normativas distritales y ambientales, los propietarios tienen la responsabilidad de conocer y cumplir con ellos, contribuyendo así a una convivencia ordenada y respetuosa.
  6. Resolución pacífica de conflictos
    Los conflictos entre vecinos pueden surgir en cualquier comunidad, pero su resolución pacífica es clave para la armonía. La Ley 675 de 2001 fomenta la creación de comités de convivencia y el uso de mecanismos alternativos para resolver disputas, lo cual reduce la posibilidad de fricciones permanentes. Aunque estos comités no son obligatorios, muchas propiedades horizontales los implementan para facilitar la comunicación y mediar en las diferencias.
  7. Cuidado de las mascotas
    Las mascotas, cuando se tienen en propiedad horizontal, deben ser gestionadas con responsabilidad para evitar molestias a los demás residentes. Esto incluye el manejo adecuado en áreas permitidas y el cumplimiento de normas de higiene. En el marco de la Ley 675, se espera que los reglamentos no prohíban la tenencia de mascotas, pero sí pueden regular los espacios en los que estas se permiten.
  8. Gestión de residuos
    La correcta disposición de los residuos es esencial en cualquier conjunto residencial. La separación de desechos y el cumplimiento de horarios de recolección mejoran la salubridad y la apariencia del conjunto. Con una correcta gestión, se reduce el impacto ambiental y se promueve un espacio saludable para todos los habitantes.
  9. Seguridad de la copropiedad
    La seguridad es una prioridad compartida. Entre 2018 y 2023, se reportó una disminución significativa de incidentes delictivos en propiedades horizontales que implementaron sistemas de control de acceso y registro de visitantes. Colaborar con estas medidas de seguridad no solo protege el conjunto, sino que también crea un ambiente de tranquilidad para los residentes.
  10. Buena vecindad
    La buena vecindad es el pilar invisible de cualquier comunidad. Pequeños gestos como saludar, ofrecer ayuda y participar en actividades comunitarias fortalecen la solidaridad y la cooperación entre vecinos. Una comunidad donde todos se apoyan contribuye a una convivencia agradable y sostenible.
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