Colombia necesita invertir en defensa

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La defensa de un país es estrictamente necesaria en cualquier momento. Quienes están en contra de esto, algunos por ingenuidad y otros con una esperanza pacificadora admirable, deberían estudiar un poco al respecto.


Por: Redacción 360 Radio

Toda nación tiene distintos riesgos y con debilidad en determinados flancos. Por ejemplo, Colombia tiene nada más y nada menos una guerra frontal contra el narcotráfico y las bandas delincuenciales que operan violando todo el código penal colombiano, y fuera de eso tiene unos vecinos bastante inquietos con temas antiaéreos y de defensa, pues han comprado aviones, misiles, baterías antiaéreas, entre otros. No podemos negar que somos un aliado de Estados Unidos que nos convierte en un posible blanco en cualquier momento.

Colombia históricamente ha tenido una inversión en defensa muy precaria, solamente en el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe se hizo alguna inversión en este sector. Se compraron algunos aviones, se hicieron gestiones para recibir algunos helicópteros y se dotó de mejor armamento tanto a las fuerzas policiales como militares.

Normalmente, los países tienen sistemas de misiles, cañones, armas antiaéreas y también escuadrones aéreos de defensa para garantizar no solamente superioridad aérea y ejercer una defensa de la soberanía.

Colombia ha sido experta en hacer la guerra contra las guerrillas, y eso nos ha dado un know how importante, una astucia y capacidad muy superior a la de otros países. Hemos hecho una guerra muy rudimentaria y nos hemos quedado seriamente descuidados en cuanto a lo que es el orden político internacional y la estrategia de defensa. Conservamos vehículos blindados de combate ligero que tienen más de 70 años; también contamos con transportes blindados de personal adquiridos entre 2012 y 2014 que pueden ser los más modernos.

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Respecto a los sistemas de artillería, hemos quedado bastante retrasados. No solamente de artillería de cohetes y autopropulsada, sino también artillería antiaérea. A nivel portátil, somos supremamente vulnerables. Hace poco se habló de adquirir defensa antiaérea, algo que causó gran revuelo en el Congreso de la República y encontró gran oposición.

El general José Mauricio Mancera en su momento jefe de planeación estratégica de la fuerza colombiana había aclarado que era una necesidad defensiva y no una carrera armamentística; dijo que se buscaba tener un elemento mínimo para defender la nación, pues Colombia no lo tenía.

Claramente esto no encuentra eco ni buena recepción en los sectores de la izquierda, y también se ha hablado desde hace varios años de renovar la flota aérea, pues los aviones K-fir están viejos; son aviones que tienen más de 40 años y ha habido pilotos muertos por cuenta del mal estado de los mismos. Si no se cambian, vamos a llegar a un punto de no retorno sin margen de maniobra en donde los aviones no van a poder volar y vamos a quedar totalmente desprotegidos ante cualquier amenaza externa.

Colombia tiene que encontrar en Estados Unidos un verdadero aliado para librar estas amenazas para garantizar la defensa, y esa nación siempre ha tenido las mejores intenciones con Colombia, que debe establecer un plan ajeno a toda disputa política e ideológica, sino con un plan donde se pone a Colombia por encima de todo.

Invertir en la defensa aérea del país, sobre todo en la adquisición de aviones de combate y de nuevos helicópteros, es un requerimiento indispensable que no se puede echar para atrás en ningún momento.

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