A cinco años de que el COVID-19 pusiera al mundo de cabeza, las secuelas que dejó en el entorno laboral colombiano siguen siendo objeto de análisis. Un reciente estudio elaborado por THT, multinacional especializada en comportamiento humano, da cuenta de cómo evolucionaron las habilidades blandas en el país entre 2019 y 2025.
La transformación de las competencias laborales en Colombia post-COVID
La investigación, basada en la evaluación de entre 3.000 y 5.000 personas, refleja tanto avances notables como retrocesos preocupantes en las habilidades clave para el desempeño profesional.
El informe identifica un crecimiento significativo en competencias como el aprendizaje continuo, la planeación, el pensamiento sistémico, el manejo de información y la capacidad para construir relaciones.
Estas habilidades se han consolidado como pilares del nuevo entorno laboral, marcado por la digitalización acelerada y la colaboración remota. Sin embargo, no todo es positivo: se registró una caída preocupante en aspectos como la autoconfianza, la creatividad, la innovación y la orientación hacia el cliente o ciudadano.
“La pandemia nos obligó a reinventarnos a la fuerza. Hoy, más que nunca, se valora el aprendizaje permanente y la habilidad de aplicar el conocimiento en tiempo real”, afirmó Juan David Gómez, CEO de THT.
Para el directivo, los cambios en la salud, la familia y el trabajo han sido profundos, pero es en el ámbito laboral donde más se evidencian los efectos transformadores de estos últimos cinco años.
Nuevas competencias para un nuevo mundo: Los datos coinciden con las proyecciones del Foro Económico Mundial, que advierte que para 2027 las habilidades más valoradas serán profundamente humanas: pensamiento analítico, liderazgo, resiliencia y creatividad. En un entorno donde la tecnología avanza a ritmos vertiginosos, la conexión entre lo humano y lo digital será clave para la sostenibilidad de las empresas y la empleabilidad de los individuos.
En este contexto, las llamadas “habilidades blandas” han dejado de ser vistas como un complemento y han pasado a ser el eje central del desempeño. La adaptabilidad, la autogestión y las competencias digitales —antes consideradas opcionales— ahora se posicionan como requisitos indispensables para navegar en un entorno incierto y en constante cambio.
Del trabajo remoto al modelo híbrido: La transformación de las formas de trabajo es uno de los legados más tangibles de la pandemia. Según MinTIC, en 2022 más de 1,5 millones de colombianos ya trabajaban desde casa. La implementación de la Ley 2121 de 2021, que regula el teletrabajo, fue clave para consolidar este modelo que sigue vigente hoy, aunque en evolución constante hacia esquemas híbridos.
En efecto, el estudio de THT revela que el 56% de las organizaciones encuestadas considera que el trabajo remoto y los modelos híbridos son los factores que más han modificado la dinámica laboral actual. Más que una moda pasajera, se han convertido en opciones preferidas por su flexibilidad, incluso por encima del salario.
Qué dicen las empresas: De las 41 organizaciones encuestadas, el 98% coincidió en que surgieron nuevas competencias clave desde el inicio de la pandemia. Entre ellas se destacan la capacidad analítica, la planificación estratégica, la gestión del cambio y la autogestión. Además, el 78% de las empresas afirmó que el mundo laboral no volverá a ser el mismo de antes.
Esta percepción se alinea con datos regionales: antes de la pandemia, menos del 5% de los trabajos en América Latina eran remotos. Durante los picos de confinamiento, esta cifra superó el 30% en entornos urbanos. Hoy, se mantiene estable entre el 15% y el 20%, confirmando que la flexibilidad llegó para quedarse.
Los colaboradores, por su parte, valoran cada vez más la posibilidad de decidir dónde y cuándo trabajar. Esta preferencia por la autonomía en la gestión del tiempo y el lugar de trabajo está transformando los modelos tradicionales de liderazgo, gestión del talento y cultura organizacional.
Brechas y retos a futuro: Pese a los avances, el estudio también alerta sobre brechas significativas entre las competencias que exige el mercado y las que poseen muchos trabajadores. La pérdida de creatividad y confianza en uno mismo es un síntoma de la sobrecarga digital, el estrés prolongado y la incertidumbre que marcaron los últimos años.
Para cerrar esas brechas, THT plantea la necesidad de invertir sostenidamente en el desarrollo de habilidades socioemocionales y digitales. Las instituciones de educación superior también deben adaptar sus programas, incorporando estas competencias en sus currículos para preparar a los estudiantes ante un mercado laboral cada vez más competitivo y cambiante.
“Si queremos construir entornos laborales más éticos, empáticos y resilientes, debemos seguir apostando por el desarrollo integral de las personas. Solo así lograremos adaptarnos a los desafíos del presente y del futuro”, concluyó Gómez.
Lea también: Así quedó el aumento salarial para profesores y docentes 2025-2026