Donald Trump, el futuro mandatario, ha anunciado medidas para reforzar los controles fronterizos, incrementar las deportaciones y endurecer los requisitos para programas clave como las visas H-1B y los beneficios de DACA y TPS. Sin embargo, en medio de un escenario desafiante, se abren ventanas de oportunidad para quienes apuestan por el emprendimiento y los programas especializados de inmigración.
Oportunidades y desafíos para emprendedores latinos bajo las nuevas políticas migratorias de Trump
De acuerdo con Joaquín Rosales, abogado experto en leyes de inmigración y socio fundador de Amerigo Legal Group PLLC, las políticas de Trump podrían cerrar algunas puertas tradicionales, pero también fortalecen opciones estratégicas como las visas orientadas al talento y la inversión, incluyendo las categorías O-1 y E-2.

Estas herramientas ofrecen caminos viables para quienes desean residir legalmente en Estados Unidos, siempre que puedan demostrar aportes significativos al desarrollo económico y cultural del país.
Endurecimiento de las políticas migratorias tradicionales
Las primeras declaraciones de Trump han dejado en claro que su administración se centrará en limitar aún más las opciones de regularización para los inmigrantes. Programas como DACA, que protege a los jóvenes indocumentados que llegaron al país en su infancia, enfrentan un futuro incierto, mientras que el estatus de protección temporal (TPS) podría ver restricciones adicionales.
Además, las visas H-1B, populares entre profesionales en áreas tecnológicas y científicas, podrían estar sujetas a mayores controles, tiempos de espera extendidos y costos más elevados.
Para los inmigrantes con espíritu emprendedor o habilidades excepcionales, las visas O-1 y E-2 se posicionan como opciones clave. La visa O-1, diseñada para quienes poseen logros destacados en áreas como las artes, los negocios o las ciencias, ofrece una ruta estratégica para quienes pueden demostrar su talento y reconocimiento internacional.
Según Rosales, “aunque Trump promueve un discurso antiinmigrante, su administración también busca atraer a individuos que aporten al desarrollo del país. Esto convierte la O-1 en una herramienta poderosa”.
Por otro lado, la visa E-2 permite a los inversionistas extranjeros establecer negocios en Estados Unidos, siempre que realicen una inversión significativa y contribuyan a la generación de empleo. Este programa ha ganado popularidad entre latinos que ven en el emprendimiento no solo una forma de regularizar su estatus, sino también de integrarse al mercado estadounidense.
Los latinos y el poder del emprendimiento
El impacto de los emprendedores latinos en la economía de Estados Unidos es innegable. Según datos de la Cámara de Comercio Hispana, los negocios propiedad de latinos crecieron un 44 % en la última década.
Industrias como la restauración, los servicios tecnológicos y los sectores tradicionales, como la construcción, destacan entre las áreas donde los inmigrantes latinos están dejando su huella.
Para muchos, estas iniciativas representan no solo una oportunidad de crecimiento económico, sino también una vía para superar las barreras migratorias impuestas por la administración Trump. “El emprendimiento se está convirtiendo en la clave para acceder al sueño americano”, destaca Rosales.

A pesar de las restricciones anunciadas, Trump ha mostrado interés en atraer inversiones extranjeras y promover iniciativas que favorezcan a los empresarios internacionales. Aunque estas medidas pueden parecer contradictorias con su retórica antiinmigrante, reflejan una realidad: Estados Unidos sigue necesitando el talento y la innovación que los inmigrantes aportan.
Para los colombianos y otros latinoamericanos que buscan oportunidades en Estados Unidos, adaptarse al nuevo escenario es crucial. “Planificación, asesoría legal adecuada y un enfoque estratégico en emprendimiento son esenciales para superar los desafíos actuales”, concluye Rosales.
En definitiva, el regreso de Trump representa un panorama migratorio complejo, pero no insuperable. Para los latinos con visión y determinación, el camino sigue abierto. Como enfatiza Rosales: “El sueño americano no está cerrado, solo requiere más preparación y creatividad. Los latinos tienen todo para enfrentar este reto y triunfar”.
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