Contradictores de la paz son los menos indicados para hablar de ella: Rocío Arias

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La excongresista Rocío Arias pasó por los estudios de 360 Radio Colombia para hablar sobre temas relacionados con Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe Vélez, sobre los acuerdos de paz con las Farc y cómo han sido sus denuncias contra el accionar de las bandas criminales.


Por: Redacción 360 Radio

360 Radio Colombia: La institucionalidad del país hoy está en entredicho. ¿Usted cree que esto ha sido así siempre o cree que el problema ha empeorado?

Rocío Arias: En Colombia se han dado unos diagnósticos y ha sufrido unos cambios notablemente. Creemos que en los últimos años se han revuelto las aguas, pero considero que eso es importante para el desarrollo del país en todo lo que tiene que ver con los temas que lo rodean y también con el desarrollo de toda la problemática política y social que atraviesa el país.

360: Luego de prisión, usted se dedicó a trabajar por las víctimas del conflicto armado y a denunciar el accionar de bandas criminales, ¿sigue en esta actividad o se dedica a algo diferente?

R.A.: Yo salí de prisión y para nadie es un secreto que el proceso de paz con las AUC y la misma ley de justicia y paz arrojaron que toda esa participación política dentro del proceso que realizó el gobierno del presidente Uribe con esas Autodefensas de algún modo mi trabajo político y social se vio afectado. Pagué una condena de dos años, me entregué y cooperé con la justicia. Fui condenada básicamente por un tema del orden político. 

Inmediatamente salí, creamos una fundación que se llama Semillas de Paz y Progreso, la cual comando y trabajamos de la mano con las víctimas, denunciando el tema de bandas criminales y todo lo que le haga daño a la población de Antioquia y del país ya que tenemos nuestro accionar muy fuerte en la región del Bajo Cauca, Medellín y trabajamos en varios sectores del departamento de Córdoba. Estamos dedicados a denunciar toda violación de los derechos humanos.

360:  Usted misma lo ha dicho que cuando uno se mete a trabajar estos temas y a servir de intermediario puede resultar permeado de alguna u otra manera en términos negativos. Usted lo vivió y está pasando en este momento en la ciudad de Medellín con el señor Gustavo Villegas, exsecretario de seguridad de la ciudad. ¿Qué piensa de este escándalo en la alcaldía de Federico Gutiérrez?

R.A.: Lamentable. Todos teníamos una imagen diferente de la alcaldía del doctor Federico Gutiérrez. Proyecta una imagen muy distinta a todos los políticos tradicionales, aunque no deja de ser un hecho lamentable y bochornoso por todo lo que tiene que ver con la captura del señor Gustavo Villegas. Personalmente, de él tengo la mejor referencia. Las actuaciones suyas me parece que han sido claras y responsables. Ha sido un gran conciliador, comprometido con la paz desde las ocupaciones que ha desempeñado.

Quienes nos dedicamos a hacer trabajos de paz muchas veces nuestras actuaciones pueden caer en circunstancias que conlleven a tipificarse como delitos, pero pienso que más que una mirada del orden jurídico hay que darle una mirada desde lo político y social. Personalmente, yo creo en la inocencia del señor Gustavo Villegas.

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360: Usted infortunadamente sufrió un atentado contra su vida que para su fortuna no fue logrado. ¿Usted cree que ese trabajo con las víctimas desde su fundación y las declaraciones que ha dado a la justicia fueron el móvil para que usted fuese blanco de ese ataque?

R.A.: Sí, claro; indiscutiblemente  el trabajo que realiza uno no le gusta a todo el mundo. Incomoda sobre todo a las bandas criminales mafiosas. He denunciado a nivel nacional, para nadie es un secreto que tengo muchos enemigos, yo cooperé con la justicia, hablé de varios personajes que en el pasado estuvieron vinculados con el tema de las Autodefensas. También, he denunciado las violaciones a los derechos humanos que se comenten en la región del Bajo Cauca, en Medellín, Urabá y el Oriente, por lo que es posible que ese trabajo fastidia e incomoda a quienes no quieren la paz, a los intolerantes de este país y desde luego ese atentado que me hicieron está relacionado con mi actuar dentro de mis actividades en la fundación Semillas de Paz.

360: Se ha cumplido con el punto clave de los acuerdos de paz con las Farc, la dejación de armas, ahora le corresponde al gobierno cumplir y resolver los demás puntos. ¿Cómo ve el proceso de paz hasta ahora? ¿está de acuerdo con que participen en política?

R.A.: Históricamente en el mundo después de que una organización alzada en armas deja sus armas, se quiere ganar esos espacios de participación política y comenzar a trabajar ahí. Es importante ahora que ellos ya han dejado sus armas tengan ese tipo de participación porque solo se verán sus convicciones y propuestas las que finalmente atrapen y seduzcan a las poblaciones y a las comunidades.

Veo muy importante la participación política de las Farc, ese es el camino; no hay otro, porque reitero, después de dejar las armas el siguiente paso es esa participación en la vida política y dentro de esa organización hay hombres con un gran bagaje y conocimiento, con formación académica; hay intelectuales, y pienso que eso le haría bien al país, pues finalmente el país es el que debe decidir si votan por un miembro de las Farc o no. Lo considero un hecho muy importante para el fortalecimiento de la democracia en el país.

360: ¿Por qué cree usted que hay tanto interés de sectores políticos en minar lo alcanzado con la guerrilla de las Farc en La Habana?

R.A: Uno de los sectores políticos contradictorios al proceso de paz con las Farc es el partido Centro Democrático. Pienso que deberían ser los menos indicados para lanzar todos esos dardos y acusaciones que obedecen a lo más bajo de la condición humana en contra del proceso de paz con las Farc, es más, quien lo dirige, el senador Álvaro Uribe Vélez, es el menos indicado para decir que el proceso de paz está mal hecho, por su condición política, por el pasado. Si hubo un proceso de paz mal hecho fue el que se realizó con las Autodefensas.

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Comparativamente, uno de los errores más grandes del proceso de paz con esas Autodefensas es que no se dio la oportunidad de que sus integrantes participaran en política. Y ahora, con el caso de las Farc, considero que es relevante que ellos sí lo hagan.

360:  Usted pasó de ser muy cercana al presidente Uribe y ahora defiende la política de paz de Juan Manuel Santos. ¿Por qué ese giro? ¿Qué la separa de Álvaro Uribe?

R.A.: Me separan de Álvaro Uribe los odios por la paz y ese deseo de ser intolerante, reconociéndole también que es un hombre con grandes virtudes. Yo sufrí situaciones del orden político muy duras por haber apoyado un proceso de paz, en ese momento creo que no hubo el respaldo para quienes participamos activamente de un proceso que fue iniciado por el gobierno y que a la hora de asumir las responsabilidades políticas salió por la puerta de atrás y no las asumió. Creo que fue un gobierno con poca autoridad moral para hacer esa negociación.

Ahora, puntos positivos del gobierno del presidente Santos con las Farc: tiene toda la condición moral y política para hacer un proceso de paz con esa guerrilla y con cualquier otra organización armada que se presente en el camino, el gobierno de Santos es sin pasado, él es un hombre sin pasado, por lo que es muy bueno acercarse a ese tipo de gente, que esté limpia, honesta, transparente; es nuestro premio Nobel de Paz. Orgullosamente como defendí en el pasado el proceso de paz con las Autodefensas hoy estoy más que comprometida con el que se hizo con las Farc y con la construcción y consecución de la paz nacional.

360: ¿Cree usted que el gobierno debería negociar también con bandas criminales o debe combatirlas de frente con las autoridades?

R.A.: Considero que el gobierno del presidente Santos tiene que abrir espacios. Primero, dejar muy en firme la negociación con el Eln, no permitir que grupos disidentes de las Farc se dejen atrapar por bandas mafiosas y criminales como el ‘Clan del Golfo’, que son muy poderosas en el departamento de Antioquia en cuanto a lo militar, económico y político. 

La Fiscalía y el gobierno del presidente Santos tienen que presentar una política de sometimiento, debido a que como son bandas criminales desde luego no van a haber procesos de paz, pero sí esa política de sometimiento ambiciosa que los motive a ellos a reconciliarse con el país y a que definitivamente dejen los asesinatos, extorsiones, secuestros y todo tipo de actividades en contra de la condición humana que viene ejerciendo con mucha fuerza, maldad y con una perversidad en muchas regiones del país.

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