El Indicador de Producción de Obras Civiles (IPOC) registró un crecimiento del 3,8 % en el primer trimestre de 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior, una cifra que refleja una recuperación parcial de la inversión en proyectos estratégicos, pese a las caídas en otros frentes.
Este incremento se da en términos constantes, es decir, descontando el efecto de la inflación, y responde principalmente al buen desempeño de dos grupos de obra clave, las construcciones en minas y plantas industriales, y los proyectos relacionados con infraestructura hidráulica, como presas, canales, acueductos y sistemas de riego.
Obras civiles: minería e infraestructura hidráulica impulsan el crecimiento
El grupo de obras civiles relacionadas con la industria minera y la construcción de plantas industriales lideró el crecimiento sectorial con una impresionante variación positiva del 61 %, lo que se tradujo en un aporte de 8,4 puntos porcentuales (p.p.) al resultado anual del primer trimestre.

Este repunte está estrechamente relacionado con el aumento de inversiones en sectores estratégicos de extracción y procesamiento de minerales, especialmente en regiones como La Guajira, Antioquia y el Cesar.
A su vez, el grupo de obras hidráulicas que incluye proyectos de presas, canales, sistemas de riego y redes de acueducto creció un 9,4 % y contribuyó con 1 p.p. a la variación anual, consolidándose como otro pilar del repunte en infraestructura.
Este tipo de iniciativas ha cobrado especial relevancia en el contexto del cambio climático, que ha puesto en evidencia la urgencia de modernizar y expandir los sistemas de abastecimiento y control hídrico en varias zonas del país.
Sin embargo, no todas las áreas del sector corrieron con la misma suerte. Tres grupos de obra registraron caídas que afectaron el desempeño global.
En particular, la construcción de instalaciones deportivas al aire libre y otras obras de ingeniería civil se redujo en un 10,5 %, restando 0,8 p.p. al crecimiento anual.
Esta contracción podría atribuirse a la disminución de recursos asignados a proyectos de recreación y espacio público por parte de gobiernos locales.
El grupo de obras viales que incluye carreteras, puentes, túneles, pistas de aterrizaje y vías férreas también mostró una variación negativa de 2,8 %, lo cual significó una pérdida de 1,5 p.p. en el índice general.
Esta cifra genera preocupación, dado que las obras de movilidad son consideradas fundamentales para mejorar la competitividad del país y conectar regiones apartadas.
Más alarmante fue la caída del 24,3 % en la producción de infraestructuras de servicios públicos como gasoductos, líneas de comunicación y cables de poder.
Este descenso restó 3,3 p.p. al total anual y sugiere una desaceleración en los proyectos de expansión energética y telecomunicaciones, sectores clave en la transición energética y digital que atraviesa Colombia.
De acuerdo con el Dane, el panorama general no es del todo negativo: de las 15 subclases que componen el IPOC, diez presentaron incrementos frente al mismo periodo del año pasado. Esto indica una dinámica de recuperación heterogénea, pero con sectores específicos que están jalonando el desempeño de la infraestructura civil.

Expertos en economía y obras públicas señalan que este comportamiento mixto refleja la necesidad de políticas más focalizadas que estimulen la inversión pública y privada en los sectores más rezagados, sin descuidar los avances en minería e infraestructura hidráulica.
El informe del Dane deja sobre la mesa varios desafíos para el segundo trimestre y el resto del 2025. Las autoridades deberán enfocar esfuerzos en reactivar obras de transporte y redes de servicios públicos, que son fundamentales para el desarrollo regional, la productividad y la calidad de vida de millones de colombianos.
Además, el contexto fiscal restrictivo y los trámites administrativos siguen siendo barreras importantes para una ejecución más eficiente de los proyectos. Pese a ello, el desempeño positivo del primer trimestre permite un margen de optimismo en medio de un entorno económico retador.
El crecimiento del 3,8 % en la producción de obras civiles es una señal alentadora, pero también un llamado a fortalecer los sectores que aún muestran rezago. La infraestructura, como columna vertebral del desarrollo, sigue siendo una apuesta clave para la transformación económica y social de Colombia.
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