Después de terminar la cubre mundial de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), en su reunión anual de Boston, Estados Unidos, uno de los pronunciamientos fue sobre Colombia y las demoras en el despegue en el aeropuerto El Dorado de Bogotá.
Por: Redacción 360 Radio
El vicepresidente de Iata para las Américas, Peter Cerda, afirmó que “operacionalmente enfrentamos inconvenientes en el aeropuerto de Bogotá debido a la implementación de programas de demora en tierra casi a diario y la ineficiencia del ATC (control de tráfico aéreo, servicio del que se encargan los controladores de trafico en las terminales). Si bien las razones de esto son múltiples, las autoridades responsables deben comenzar a implementar medidas para aliviar esto”.
De acuerdo con las aerolíneas, las compensaciones a los pasajeros por efectos ajenos al servicio de ellas cuestan más de US$1.000 millones en la región. Las empresas son las que finalmente deben asumir los costos, ya que, ante menores controles que generan demoras en las salidas son las compañías las que deben solucionar los inconvenientes con los clientes.
“Como industria, hemos hecho una variedad de propuestas a corto y mediano plazo para mejorar la situación actual, sin embargo, aún estamos esperando su implementación. Las soluciones deben hacerse con urgencia ya que las demoras impiden que las aerolíneas ofrezcan un servicio confiable a los clientes y dañan la posición de Bogotá como un aeropuerto central regional”, dijo Cerda.
El gremio afirmó que las iniciativas legislativas sobre diferentes proyectos de ley de protección al consumidor siguen siendo discutidas en el Congreso, por lo que les preocupa que las sanciones propuestas por retrasos en los vuelos obligarían a las aerolíneas, en muchos casos, a compensar a los pasajeros por retrasos que estaban fuera de su control, como los problemas operativos en El Dorado.
Finalmente, instaron al Congreso de la República a ser un “socio estratégico” de la industria, con el fin de garantizar que la aviación brinde su contribución económica a la reconstrucción del país, en vez de “tratarnos como un adversario”.