Doble materialidad: conecta la sostenibilidad con la gestión de riesgo empresarial

Por: Eduardo Atehortua, socio de Sostenibilidad y Cambio Climático para la Región Andina de Deloitte Spanish Latin America. 

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Las empresas pueden mejorar sus resultados económicos y su contribución al desarrollo sostenible al comprender su situación financiera, su rendimiento operativo y su riesgo, así como su impacto sobre el medioambiente y la sociedad.

El mundo empresarial enfrenta desafíos y crisis constantes, desde fluctuaciones en las tasas de interés, altos niveles de inflación e interrupciones en las cadenas de suministro a causa de eventos globales. Sin embargo, y a pesar de esta coyuntura compleja, no se puede ignorar la creciente importancia de la sostenibilidad en este contexto.

En este sentido, la evaluación de la doble materialidad en la gestión de la sostenibilidad es un concepto fundamental que todas las empresas deben conocer e implementar. Se trata de un ejercicio para integrar la sostenibilidad en los procesos generales de gestión de riesgos, facilitando así la comprensión de los riesgos y las oportunidades de sostenibilidad que afectan a la empresa a corto y largo plazo. 

Un ejemplo de esto es la posibilidad de informar sobre riesgos financieros y oportunidades relacionadas con el cambio climático, de acuerdo con las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD). 

Entre los aportes más significativos de la evaluación de doble materialidad se encuentran los siguientes: evaluar qué tipo de impacto financiero pueden tener los riesgos de transición relacionados con el clima (por ejemplo, riesgos de política o tecnología), los físicos y las oportunidades en el estado de resultados (como la eficiencia de los recursos), el estado de flujo de efectivo y el balance general de una empresa.

Un poco de historia, conceptos de materialidad y sostenibilidad

Al hablar de materialidad y sostenibilidad es necesario regresar a 2014, cuando se lanzó la metodología GRI G4, la cual revolucionó la manera de percibir la gestión de sostenibilidad, pues colocó sobre la mesa el concepto de materialidad y la necesidad de identificar asuntos relevantes sobre los estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). A la vez que logró pasar de un enfoque de cumplimiento a poner en el eje central la gestión de la sostenibilidad.

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En la actualidad, la importancia de la gestión en temas ASG confirma la necesidad de profundizar en el proceso de identificación de asuntos cruciales, y así aparecen términos como la materialidad de impacto, la materialidad financiera y la doble materialidad.

La primera corresponde a las repercusiones significativas que tiene una organización en la economía, el medio ambiente y la sociedad, así como aquellos que influyen sustancialmente en las evaluaciones y decisiones de los grupos de interés. 

Por su parte, la materialidad financiera aborda aquellos temas que afectan la capacidad de la empresa para generar flujos de efectivo futuros. En otras palabras, su valor empresarial.

En cuanto a la doble materialidad, se refiere a los impactos significativos que tiene una organización en la economía, el medio ambiente y la sociedad, y el que ocasionan la sociedad y el medio ambiente en la organización. 

Fases para su implementación

Para avanzar en un ejercicio de doble materialidad, se requiere considerar las siguientes cuatro fases: 

Es importante tener en cuenta que no existe una sola evaluación de doble materialidad para todas las empresas, se necesita una adaptación. Es clave este enfoque para que se ajuste a las necesidades y limitaciones del propio negocio, pero a la vez a las de los grupos de interés. 

Los ejercicios de doble materialidad permiten que las implicaciones financieras de las compañías sobre los asuntos de sostenibilidad sean cada vez más accesibles y tangibles para los inversores. Por lo tanto, informar sobre la doble materialidad puede tener impactos directos en el capital que atrae la empresa. De lo contrario, las organizaciones pueden ser ignoradas por sus socios comerciales y financieros al no cumplir con sus requisitos y expectativas de sostenibilidad. 

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¿Por qué hacer un ejercicio de doble materialidad?

En primer lugar, mejora la comprensión del rendimiento total de la empresa y su impacto ASG (panorama general), también optimiza la estrategia empresarial para que sea más sostenible (transformación). A su vez, amplía la relación con los grupos de interés (aceptación) y demuestra a los empleados que la empresa está comprometida con la sostenibilidad (retención y contratación).

La doble materialidad también abre nuevas vías de cooperación para el negocio y sus grupos de interés. Por último, la próxima regulación CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive), a partir del año fiscal 2024, requerirá informes de doble materialidad para las grandes empresas en la UE. 

Ante este escenario, es fundamental que las empresas logren establecer proyectos de evaluación de doble materialidad, comenzando con la identificación de temas materiales, desde una perspectiva de impacto y financiera hasta la evaluación de su prioridad. Considerar este nuevo enfoque les permitirá conectar la sostenibilidad con la gestión de riesgos y las oportunidades de la organización. 

Este contenido hace parte de la octava edición de Revista 360 que cuenta con la participación de más de 70 invitados de todos los principales sectores económicos, productivos y políticos de Colombia. Ministros, líderes gremiales, líderes en áreas de la construcción, sectores bancarios, logística e infraestructura, telecomunicaciones, gobernantes regionales, analistas, economistas, entre otros.

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