El 29 debe cesar la “horrible noche”…

0
252
Armadillos

El 29 debe cesar la “horrible noche”… «Hoy el mundo no se deja manipular tan fácil y aunque el inepto de Duque se preocupa más por Ucrania que por Arauca, en el patio trasero de EEUU el caldo no da para cocción de aventuras golpistas…»


Por: Wilmar Vera Zapata

La historia de Colombia ha estado llena de golpes de Estado en el siglo XIX. Para el siglo pasado, las intentonas fueron más pocas (contra Alfonso López Pumarejo y Ernesto Samper, por ejemplo) pero la única que sí triunfó fue la del general Gustavo Rojas Pinilla, con el apoyo de una facción de los partidos Conservador y Liberal, así como de la prensa y los industriales.

El desconocimiento que de la institucionalidad ha exhibido el gobierno (¿?) de Iván Duque no solo es una muestra evidente de su talante dictatorial (igual a Maduro, pero ese sí es malo), ignorancia de cómo funciona el Estado y, además, de jugar con fuego abriendo una puerta antidemocrática con incalculables consecuencias.

Los mensajes amenazadores del comandante del Ejército, las “jugaditas” en el Senado para beneficiar a futuros acusados de crímenes de guerra y su mínimo sentido de la gravedad, han llevado en las últimas semanas a que las elecciones presidenciales del 29 de mayo sea más una lucha entre la democracia y la dictadura reinante.

WhatsApp Image 2022 05 10 at 3.23.02 PM 2
El 29 debe cesar la “horrible noche”… Foto: 360 Radio

“Dejar muchos Zapateiros” o “en caso de perder empezar un golpe de Estado blando” son señales preocupantes de una banda delincuencial y antidemocrática que, desde hace dos décadas, se enquistó en la vida republicana nacional y se convirtió en un cáncer que será difícil extirpar. Pero por el bien de la sociedad hay que curar.

Le puede interesar:  Congreso de Colombia aborda la crisis de agua en La Guajira: debate de control político al director de la UNGRD

Del mismo autor: ¿Tiene usted madera para títere?

Los que sueñan con mantener “ese maldito papel” hecho trizas temen que con un gobierno progresista los colombianos veamos que sí es mejor vivir bajo la “maldita paz de Santos” que la “buena guerra de Uribe”.

Volver trizas la guerra implica, sin dudas, retirar de las fuerzas militares y de la sociedad esos elementos que sueñan con una patria representada por sólo blancos, majos, estratos 6 (eugenéticamente sólo falta que digan que deben ser conductores de carros de gama alta blancos y con cuentas en paraísos fiscales o 1.000 hectáreas mínimo en haciendas) para autodenominarse la “gente de bien”.

Gente que en 200 años han “pordebajiado” a millones de colombianos humildes que, luego de Uribe Uribe, Gaitán, Galán o Jaramillo (entre otros), tienen en Gustavo Petro y Francia Márquez la esperanza de un verdadero cambio para todos (incluidos por supuesto a ellos, los “buenos” y “decentes”).

Es el momento de los “nadie”, de los “zarrapastrosos”, de “los arrastrados”.

Hoy el mundo no se deja manipular tan fácil y aunque el inepto de Duque se preocupa más por Ucrania que por Arauca, en el patio trasero de EEUU el caldo no da para cocción de aventuras golpistas. Un ataque a la débil democracia colombiana con la defenestración de un gobierno progresista no tendría respaldo latinoamericano, por más apoyo superficial de neofachos de Vox, Trump, Bolsonaro pueda tener los de la tercer y cuarta letra.

Un golpe liderado por el peor presidente de la historia de Colombia y su terroríFICO sucesor, apoyado por sus áulicos y corruptos (desde empresarios, ganaderos, clanes del golfo u oficinas) se enfrentaría al rechazo mundial e interno, configurándolo como el entierro de quinta que merece ese proyecto mafioso y criminal, genocida y despojador, como fue la mal llamada política de “seguridad democrática”.

Le puede interesar:  Reforma Agraria: ¿Y de esto qué?

Del mismo autor: Hay que desnazificar a Colombia

El problema es que estamos en Polombia y aquí si algo puede empeorar, empeorará. Por eso, el 29 de mayo, de forma masiva y contundente tenemos una cita con la Historia. Sabremos si por fin, con urnas y alegría, confianza y esperanza en el futuro habremos desterrado el reino del terror y “cesó la Uribe noche” por fin.

Ñapa: Cinco meses del asesinato del periodista Eliécer Santanilla y la Justicia como todo en este país marcha lento. Siguen las irregularidades y sus familiares y amigos no dejaremos apagar su recuerdo. #JusticiaParaEliecerSantanilla