Es por eso qué el domingo es un plebiscito para Colombia, un día trascendental para la democracia colombiana.
Por: Nicolás Ordoñez Ruiz
Las elecciones regionales de Colombia, este domingo, son el primer round de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Ya lo vivimos en el pasado, cuando en los comicios de 2019 la victoria de alcaldes del progresismo en Bogotá, Medellín, Cali, Santa Marta, Manizales, Villavicencio, entre otras ciudades, permitieron la victoria de Gustavo Petro como presidente de Colombia.
Es por eso qué el domingo es un plebiscito para Colombia, un día trascendental para la democracia colombiana, donde elegiremos entre legitimar las actuales políticas qué nos rigen, dándole una victoria en estas primarias al actual mandatario, o les partiremos el espinazo escogiendo a candidatos qué representen todo lo contrario, y qué en mi concepto darían garantías de qué se mantenga el Estado de Derecho.
Ya lo vimos en Venezuela, cuando después de la elección de Chávez (QEPD), 22 de los 23 estados federales del vecino país fueron elegidos candidatos de la corriente chavista. Lo mismo sucedió en las alcaldías locales, donde solo Antonio Ledezma fue el único mandatario con una posición distinta; lo cual con el paso del tiempo le costó el exilio y persecución.
¿Queremos qué esto pase en Colombia? NO. Por eso, este 29 de octubre más allá de quién sea su candidato de preferencia, es clave determinar en su programa de Gobierno, pero sobre todo en sus alocuciones públicas, qué expresa querer para su territorio y Colombia. Infatigablemente tenemos qué salir a las calles y rechazar todo lo que hoy está mal en Colombia, desde el Gobierno Nacional hasta lo qué mandatarios locales han venido haciendo.
Cada vez son más graves las denuncias en todo el país. Alarma ver qué en las ciudades más grandes como Bogotá, las maquinarias políticas se están disputando el futuro, como si la capital fuera el patio de su casa. Del mismo modo, estos hechos irregulares se están presentando hasta en los pequeños municipios, como el caso del Líbano-Tolima, donde el joven candidato Joan Urrego ha denunciado que arrumes de dinero corren en favor de algunos candidatos del establecimiento. Esto no puede seguir pasando, es hora de decidir.
Insisto, es el primer round y no podemos perderle chance. Dice el adagio popular, el qué pega primero pega dos veces. Esperemos que la abstención, qué en promedio es del 50%, este año sea distinto y qué el inconformismo, qué hoy es del 70% según algunas encuestas sobre satisfacción de las políticas nacionales, se exprese también en las urnas.
Salvemos a Colombia y pongámonos la camiseta, no solo por defender a nuestros municipios, sino por resguardar la democracia del país, hoy nublada por un gobierno fallido y las indefendibles maquinarias políticas que buscan favorecer intereses particulares a como dé lugar. El camino es nuestro, hagámoslo bien este domingo.
Las elecciones regionales de Colombia, este domingo, son el primer round de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Ya lo vivimos en el pasado, cuando en los comicios de 2019 la victoria de alcaldes del progresismo en Bogotá, Medellín, Cali, Santa Marta, Manizales, Villavicencio, entre otras ciudades, permitieron la victoria de Gustavo Petro como presidente de Colombia.
Es por eso qué el domingo es un plebiscito para Colombia, un día trascendental para la democracia colombiana, donde elegiremos entre legitimar las actuales políticas qué nos rigen, dándole una victoria en estas primarias al actual mandatario, o les partiremos el espinazo escogiendo a candidatos qué representen todo lo contrario, y qué en mi concepto darían garantías de qué se mantenga el Estado de Derecho.
Ya lo vimos en Venezuela, cuando después de la elección de Chávez (QEPD), 22 de los 23 estados federales del vecino país fueron elegidos candidatos de la corriente chavista. Lo mismo sucedió en las alcaldías locales, donde solo Antonio Ledezma fue el único mandatario con una posición distinta; lo cual con el paso del tiempo le costó el exilio y persecución.
¿Queremos qué esto pase en Colombia? NO. Por eso, este 29 de octubre más allá de quién sea su candidato de preferencia, es clave determinar en su programa de Gobierno, pero sobre todo en sus alocuciones públicas, qué expresa querer para su territorio y Colombia. Infatigablemente tenemos qué salir a las calles y rechazar todo lo que hoy está mal en Colombia, desde el Gobierno Nacional hasta lo qué mandatarios locales han venido haciendo.
Cada vez son más graves las denuncias en todo el país. Alarma ver qué en las ciudades más grandes como Bogotá, las maquinarias políticas se están disputando el futuro, como si la capital fuera el patio de su casa. Del mismo modo, estos hechos irregulares se están presentando hasta en los pequeños municipios, como el caso del Líbano-Tolima, donde el joven candidato Joan Urrego ha denunciado que arrumes de dinero corren en favor de algunos candidatos del establecimiento. Esto no puede seguir pasando, es hora de decidir.
Insisto, es el primer round y no podemos perderle chance. Dice el adagio popular, el qué pega primero pega dos veces. Esperemos que la abstención, qué en promedio es del 50%, este año sea distinto y qué el inconformismo, qué hoy es del 70% según algunas encuestas sobre satisfacción de las políticas nacionales, se exprese también en las urnas.
Salvemos a Colombia y pongámonos la camiseta, no solo por defender a nuestros municipios, sino por resguardar la democracia del país, hoy nublada por un gobierno fallido y las indefendibles maquinarias políticas que buscan favorecer intereses particulares a como dé lugar. El camino es nuestro, hagámoslo bien este domingo.
Del mismo autor: Monastery, de Colombia pa’l mundo