La Emergencia económica anunciada por el Gobierno Nacional abrió un nuevo frente de discusión en el país, esta vez con fuertes reparos desde el sector constructor. La Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) expresó su desacuerdo con la medida al considerar que no se cumplen los requisitos constitucionales para declarar un estado de excepción y que su uso puede generar más incertidumbre que soluciones.
Desde la perspectiva del gremio, la Emergencia económica no responde a un hecho inesperado o extraordinario que justifique acudir a este tipo de herramientas. Por el contrario, aseguran que la situación fiscal del país obedece a problemas estructurales conocidos, debatidos y advertidos desde hace años, lo que debilita el argumento de una urgencia excepcional.
Camacol sostiene que recurrir a la Emergencia económica para enfrentar estos desafíos implica un riesgo institucional. El gremio advierte que esta figura no debería utilizarse como un reemplazo de los mecanismos ordinarios de discusión y decisión fiscal, especialmente cuando el país cuenta con instrumentos legales claros para ajustar el gasto público y manejar el presupuesto de manera responsable.
En su análisis, la organización señala que el ordenamiento jurídico colombiano permite medidas como la reprogramación del gasto, el aplazamiento de inversiones y el recorte presupuestal, sin necesidad de acudir a estados de excepción. Saltarse estos caminos, aseguran, puede afectar el equilibrio institucional y generar dudas sobre la estabilidad de las reglas económicas.
Camacol se refiere al decreto de Emergencia Económica
Más allá del debate jurídico, Camacol pone el foco en los efectos económicos de la Emergencia económica. Para el sector constructor, la decisión envía una señal negativa a los inversionistas y complica la planeación de proyectos de vivienda e infraestructura, actividades que requieren reglas claras, previsibilidad y confianza de largo plazo.
La construcción, recuerdan desde el gremio, ha sido históricamente uno de los principales motores del empleo formal y del crecimiento económico en Colombia. Cualquier medida que introduzca incertidumbre institucional puede frenar decisiones de inversión, retrasar proyectos y afectar miles de puestos de trabajo directos e indirectos.
Camacol también advierte que la Emergencia económica puede tener efectos en cadena sobre la economía real. Menor dinamismo en sectores intensivos en inversión impacta el consumo, el crédito y la actividad productiva en general, en un contexto en el que el país ya enfrenta señales de desaceleración.
En su pronunciamiento, el gremio hace un llamado a las autoridades para preservar el orden constitucional y fortalecer los canales institucionales existentes. A su juicio, enfrentar los retos fiscales exige soluciones estructurales y responsables, no atajos que puedan debilitar la confianza de los ciudadanos y del sector productivo.
