Empieza la temporada de huracanes: así podría afectar al caribe en Colombia

Aunque Colombia no suele recibir el impacto directo del ojo de los huracanes, los departamentos costeros sufren efectos colaterales significativos. Este es el panorama.

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Con la llegada oficial de la temporada de huracanes 2025 —del 1.º de junio al 30 de noviembre— la costa Caribe de Colombia entra en un periodo de vigilancia máxima. Las autoridades pronostican lluvias intensas, vientos sostenidos y riesgos de inundaciones y deslizamientos que podrían alterar la vida de miles de habitantes en La Guajira y el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Este año, la combinación de aguas más cálidas y un ciclo ENSO neutro aumenta la probabilidad de eventos extremos, por lo que la preparación temprana será decisiva.

Un arranque intenso para la temporada de huracanes 2025

Empieza la temporada de huracanes: así podría afectar al caribe en Colombia

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, 2025) prevé entre 13 y 19 tormentas nombradas, de las cuales 6 a 10 podrían transformarse en huracanes y 3 a 5 alcanzar categoría mayor. Las cifras coinciden con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), que advierte además que cinco sistemas podrían impactar directamente las cuencas del Caribe occidental.

El calentamiento global juega un papel clave. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático calcula que por cada grado adicional de temperatura media, los ciclones tropicales pueden intensificar su fuerza en 7 % (IPCC AR6, 2021).

Este incremento energético se traduce en huracanes con mayor potencial destructivo y lluvias torrenciales más prolongadas, un escenario crítico para regiones que ya enfrentan déficit de infraestructura resiliente.

“Los huracanes no solo amenazan vidas y medios de subsistencia, sino también ecosistemas como manglares y arrecifes. Instamos a reforzar el Plan Nacional de Respuesta”, declaró la ministra de Ambiente, Lena Estrada Añokazi, durante la presentación de la agenda climática 2025.

La Guajira y San Andrés, en la línea de fuego

Empieza la temporada de huracanes: así podría afectar al caribe en Colombia
Foto: Redes sociales

Aunque Colombia no suele recibir el impacto directo del ojo de los huracanes, los departamentos costeros sufren efectos colaterales significativos: marejadas, crecidas repentinas y vendavales que derriban techos livianos. La Guajira, con su frágil suministro hídrico y altos índices de vulnerabilidad social, encabeza la lista de preocupaciones gubernamentales.

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En el archipiélago, la huella del huracán Iota (2020) sigue fresca: destruyó el 98 % de la infraestructura de Providencia y dejó sin techo a más de 5 000 personas. Aun con planes de reconstrucción en marcha, muchos hogares continúan en proceso de refuerzo estructural, lo que eleva la exposición ante nuevos eventos.

La Dirección General Marítima (Dimar) y la Fuerza Aeroespacial Colombiana ya despliegan boyas y patrullajes para medir oleaje y corrientes, mientras la Aeronáutica Civil ajusta protocolos para cierres preventivos de aeropuertos insulares.

Prepararse para la temporada: lecciones de Iota y otros ciclones

La temporada de huracanes pasada dejó 18 tormentas, once huracanes y cinco de categoría mayor. Aunque ninguno tocó tierra colombiana, las bandas externas causaron inundaciones en zonas bajas de Magdalena y Atlántico. La experiencia demostró que el daño no depende solo de la trayectoria del vórtice, sino de la gestión local del riesgo.

La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) recomienda:

  • Asegurar techos con amarres metálicos y revisar anclajes.

  • Almacenar agua potable y víveres para mínimo 72 horas.

  • Solicitar la poda de árboles que amenacen tendidos eléctricos.

  • Identificar rutas de evacuación hacia terrenos elevados.

La Mesa Técnica de Alerta por Ciclones Tropicales —Ideam, Dimar, UNGRD y Aerocivil— emite boletines cada seis horas cuando se detecta una perturbación en el Atlántico. Sus datos satelitales de alta resolución permiten anticipar marejadas y comunicar alertas tempranas a las autoridades municipales.

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Impacto económico y ambiental del paso de los huracanes

sanandres
Foto: iStock.

Más allá del costo humano, la temporada de huracanes altera sectores productivos clave. El turismo insular depende de aeropuertos y muelles operativos; cada día de cierre representa pérdidas cercanas a 1,5 millones de dólares en San Andrés, según la Cámara de Comercio local. La pesca artesanal también sufre, ya que los vientos obligan a suspender faenas y dañan artes tradicionales.

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En términos ambientales, las corrientes ciclónicas erosionan playas, incrementan la turbidez y estresan los arrecifes coralinos. El Instituto de Investigaciones Marinas (Invemar) advierte que la recuperación de los corales puede tardar hasta un lustro si la temperatura del mar se mantiene por encima de 28 °C. Con pronósticos de anomalías cálidas persistentes, la ventana de resiliencia ecológica se reduce.

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