En video: Así fue la tragedia de Armero hace 40 años

A 40 años de la tragedia de Armero, Colombia recuerda el devastador desastre causado por la erupción del volcán Nevado del Ruiz, que en 1985 sepultó al municipio tolimense y dejó cerca de 25.000 muertos, marcando para siempre la historia del país.

El 13 de noviembre de 1985, la erupción del volcán Nevado del Ruiz provocó la tragedia de Armero, en el departamento del Tolima, considerada la catástrofe natural más devastadora en la historia de Colombia. Cerca de 25.000 personas perdieron la vida cuando una avalancha de lodo, piedras y ceniza sepultó por completo al municipio.

Cuarenta años después, este hecho sigue siendo una herida abierta en la memoria nacional. Aquella madrugada de noviembre, mientras los habitantes descansaban, el volcán que llevaba meses en alerta hizo erupción y arrasó con los sueños y familias enteras de los armeritas.

Tragedia de Armero: 40 años después, Colombia recuerda el desastre del Nevado del Ruiz

Como en el libro de Gabriel García Márquez «Crónica de una muerte anunciada», los armeritas ya habían sido advertidos de los sucesos que ocurrieron aquella tarde noche de noviembre, cuando una leve caída de ceniza empezó a pronosticar lo que más tarde se avecinaría.

Tragedia de Armero: 40 años después, Colombia recuerda el desastre del Nevado del Ruiz

Sobre las seis de la tarde, los residentes de Armero presenciaron una leve llovizna, que no los alertaría a ellos, pero sí a los organismos de control, que una hora más tarde activaron el plan de evacuación del municipio, junto a Mariquita y Honda.

Misma que fue obviada por el presidente Belisario Betancourt y el entonces ministro de Minas, Iván Duque Escobar, a quienes meses anteriores y días antes de la tragedia de Armero, se les había solicitado la reubicación de los armeritas en otro lugar.

La tragedia de Armero llegaría a las 9:29 p.m. cuando el volcán Nevado del Ruiz hizo su erupción y con ella el desprendimiento del 2% de la corona de hielo, lo que influiría en la avalancha que se avecinaría horas después.

A las 11:30 p.m. llegaría el infortunio para los armeritas, cuando al menos 350 millones cúbicos de lodo y piedras arrasan con el municipio hasta dejarlo sepultado por completo. El caos, la desesperanza se sentía en los aires de aquella noche y madrugada del 14 de noviembre, personas sobrevivientes buscando a sus familiares, avionetas sobrevolando el espacio aéreo para reportar el suceso y un recuerdo que vive presente en miles de personas que tuvieron que vivir una noche oscura en Armero.

Los niños armeritas: Un recuerdo de dolor y esperanza de volver a sus hogares

Han pasado 40 años de la tragedia de Armero y, aunque muchos se quedan con la imagen de Omayra Sánchez, la niña que durante tres días luchó y se aferró a las esperanzas de seguir con vida, su luz se apagó aquel 16 de noviembre ante la vista de cientos de personas y millones de televidentes que aguardaban la ilusión de que siguiera viva, la convierte hoy en una de las figuras más recordadas de aquella dura vivencia para el país.

Sin embargo, la historia no se queda allí, pues en aquel entonces se rumoraba, y al pasar de los años se ha ido comprobando, que cientos de niños armeritas que sobrevivieron a la avalancha fueron llevados a albergues, muchos con la esperanza de tener un lugar donde esperar la recuperación o información de sus seres queridos, sin saber que muchos de ellos terminarían en el extranjero con una nueva familia y sin saber qué sucedió con sus seres queridos.

Una de esas historias es la de Claudia y Andrés, que 40 años después esta madre aguarda la esperanza de reencontrarse con su hijo. Se han hecho intentos, algunas desilusiones causadas por falsas esperanzas no la hacen desistir de encontrar a su pequeño hijo, quien hace 4 décadas atrás fue vendido a una familia en un país europeo y desde entonces no supo más de él.

En conversación con la FM, Claudia aseguró que sigue esperando poderse reencontrar con su hijo y darle ese tan anhelado abrazo que desde hace 40 años y como sobreviviente de una catástrofe natural que dejó a muchos en ruina, un abrazo de su hijo Andrés sería su premio más gratificante.

La tragedia de Armero seguirá presente como la historia de una «tragedia anunciada», a la que nadie prestó atención, y hoy el lugar es catalogado como un campo santo, visitado por cientos de curiosos que quieren conocer la historia de este lugar y comprobar por sus medios cómo una tragedia enterró uno de los municipios más icónicos de la época.

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