No de una entrevista más, por favor, porque lo único que ha logrado últimamente es someter su gestión a un mayor número de críticas y a deducciones que debilitan aún más su presidencia.
Por: Cecilia López
Escuchar consejos de alguien que no es parte del equipo gubernamental es una especie de suicidio político.
Si el presidente Duque escuchara este consejo se le haría un gran favor personalmente a él y sin duda a la posible salida a esta inmensa crisis. No de una entrevista más, por favor, porque lo único que ha logrado últimamente es someter su gestión a un mayor número de críticas y a deducciones que debilitan aún más su presidencia. La que Caracol anunció con gran despliegue no solo lo dejó muy mal, sino que periodistas como el director Juan Roberto Vargas perdieron parte de ese prestigio ganado con mucho esfuerzo. Y el resumen del mensaje que dejaron las respuestas del presidente, las resumió El Espectador en ese apartado donde señala lo malo: «Ya lo hice» lo que significa que nada cambiará desde la presidencia. Desconsolador y pésimo mensaje para un país en llamas, que prendió el mismo gobierno con su Reforma Tributaria.
Pero los famosos audios de fin de semana, donde uno de ellos empezó a circular el sábado en la tarde, ya es la demostración de que el presidente se desesperó acompañado por un equipo que subestima la inteligencia de los colombianos y aunque no lo crean, aún más la del mundo que mira aterrado lo que está sucediendo en Colombia. Como ya se sabe, no fue una entrevista con ningún medio, entre otras porque es un largo discurso sin preguntas ni pausas, ni siquiera pestañeos del presidente Duque. Daniel Coronell la describió muy bien: se trató de una auto entrevista. Con qué fin ¿descrestar calentanos? Definitivamente como era de esperarse esto no lo logró, sino que por el contrario se ganó calificativos negativos muy fuertes.
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Se afirma que detrás de esta última salida en falso está Luigi Echeverry, quien no ostenta ningún cargo público y definitivamente tampoco tiene el menor sentido político en medio de este caos. Ya había sorprendido que en ese viaje a media noche a Cali del presidente Duque, este personaje estuviera presente cuando se estaban discutiendo temas exclusivos del manejo de las autoridades; es decir, temas obviamente de naturaleza secreta para alguien que no tiene ningún cargo público. Que delicia la de Luigi, manejar al presidente sin ningún costo político.
Todo esto, las salidas en falso de estas entrevistas presidenciales, lo que confirman es lo peor de lo que puede suceder en un país presidencialista enfrentado a semejante crisis: un equipo gubernamental que no tiene la menor idea de cómo manejar esta situación y con todo respeto, un presidente perdido en medio de la situación. Por ello, en aras de no seguir profundizando la ingobernabilidad que enfrenta el gobierno y que le impide que el más mínimo anuncio se convierta en realidad, ni una entrevista más señor presidente, porque lejos de mejorar la imagen, de generar credibilidad en su manejo, lo que está logrando es todo lo contrario. Ni entrevistas amañadas y menos aún las reconocidas como falsas, por favor. La gente aquí y en el mundo es más inteligente de lo que sus novatos asesores creen. Además, escuchar consejos de alguien que no es parte del equipo gubernamental es una especie de suicidio político.