El país no puede seguir en un columpio, en donde la única fuerza que lo está moviendo son los escándalos cotidianos. Se hace necesario un parón y una reflexión para el cambio y tener estabilidad.
Por: Redacción 360 Radio
Es bien sabido que en un país como Colombia difícilmente una persona del común, un periodista o hasta un político se pueden aburrir. Hace parte del patriotismo diario de enterarse de una gran cantidad de escándalos que ocupan las principales planas de los diarios y que suscitan debates, todos efímeros y volcados en un dilema del fin del mundo sobre lo terrible que puede ser para el país ese suceso, pero es tan terrible que al otro día ya estará olvidado.
Colombia es un país que tiene muy poca memoria y eso lo saben bien quienes provocan los escándalos, pero así se nos haya vuelto paisaje, es importante saber que no es una buena señal para quienes nos observan desde afuera.
Normalmente en cualquier variable básica de la economía, negocios, inversión y sobre todo el desarrollo. Una de las principales características que se valoran es la estabilidad, la cual tiene que ver con la capacidad de un país que pueda ofrecer unas garantías y unas condiciones que no estén alteradas cada cierto tiempo, especialmente cada 48 horas y cada mes.
En este aspecto Colombia va muy mal y en el último tiempo hemos tenido más chismes, escándalos, amarillismo y sucesos que nada aportan al país que noticias positivas que nos permitan deslumbrar algunos hechos claves para el progreso del país.
Siendo realistas sin caer en lo trágico, preocupa que Colombia se esté acostumbrando a ese espacio y forma de vivir en el lodo del escándalo, que para muchos puede ser divertido pero que es una bicicleta estática y que honestamente no le representan nada de confianza a una persona que este por fuera del país y que tenga un mínimo interés de hacer algo acá.
Esto no se trata únicamente de una responsabilidad de los políticos, empresarios, o Gobiernos. Acá hay una responsabilidad conjunta como sociedad que tienen que ser asumidas y honradas en el día a día.
Acá los medios de comunicación tienen un papel muy importante junto con las autoridades judiciales del país. Todo se tiene que perseguir, investigar y condenar si es el caso. Tenemos que pasar de vivir de lo mediático, el chisme y la primicia para que luego no termine en nada todo el escándalo que se armó.
Hay que ser más responsables con la arena que se levanta. Entiendo que aunque no puede ser atractivo y emocionante un país que me mantenga de escándalo en escándalo, para nada será beneficioso en el mediano o largo plazo.
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