La economía se desvincula de la política

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Es una noticia altamente positiva para Colombia que este fenómeno de la economía este sucediendo, y el gran reto es poder mantenerlo.

Editorial

Algunas economías del mundo, no solo en los países de primer nivel y con más pertinencia y necesidad en los lugares subdesarrollados, las economías han tomado una posición bastante lejana, independiente y autónoma con los Gobiernos de turno.

Este suceso, que cada vez lo estamos viendo con más frecuencia, se da por muchas razones pero la principal de ellas es la fuerza, el tamaño y el protagonismo de la economía en la vida de las personas tan fuertemente ineludible por parte de la ciudadanía que se convierte en un “monstruo” que los Gobiernos no quieren tocar, pue la situación económica puede, y lo ha hecho, tumbar presidentes, tanto democráticamente como por otros métodos.

Si pensáramos de manera egoísta; ¿Qué más le conviene a un mandatario que gozar de una economía sana en donde sus gobernados tengan más posibilidades? Hay que ser idiota para querer lo contrario. En Colombia se ha analizado ampliamente con intervención de calificadoras, inversionistas y bancos internacionales, que ante la debilidad de Gustavo Petro la economía se ha fortalecido, en buena hora por cuenta de la confianza hacia las instituciones de que los temores sobre unos cambios sustanciales en este ítem sean espantado por completo.

Esto ha hecho que las personas confíen nuevamente en el país en dos vías: que dejen de sacar dólares y que vuelvan a enviarlos a Colombia, que se reactiven negocios, inversiones, proyectos, desarrollos en donde la economía vuelva y se dinamice logrando alegar aún más ese fantasma desastroso de una recesión económica.

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Hoy nuestro país tiene un valor del dólar considerablemente alto. Nosotros creemos que celebrar, y así lo hemos dicho, dólar por encima de los $3.600 es un error garrafal. Es la muestra de una mediocridad sin cura y confirma lo conformista que podemos ser los colombianos en varias ocasiones. Si este Gobierno dejara tranquilo sus relaciones con el sector minero energético podría gozar de una mejor taza de cambio.

Pese a que la inflación viene mejorando, tampoco puede ser motivo de una celebración desbordada porque aún nos falta mucho para cantar victoria. Sucede que la economía colombiana requiere, sin condicionante alguno, ser atractivo para la inversión extranjera para que no duden ni un solo segundo en traer dólares y en abrir negocios en Colombia. Esto en parte está en la cancha del Gobierno.

Por último, es importante que esta separación de la política y de la economía perdure en el tiempo sin importar quien este gobernando y a que corriente ideológica pertenezca. Lo mejor que se puede hacer es que la economía se deje sola en manos de los empresarios, gremios y que las decisiones sean la creación de empleo estable, con todas las prestaciones legales y que aporten al crecimiento del país. Hasta ahí debe llegar el Estado y que se encarguen de su responsabilidad sin afectar el curso de la economía.

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