En su última actualización de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado sus proyecciones de crecimiento económico global, manteniendo un pronóstico de 3.2% para 2024 y ajustando al alza la cifra para 2025, de 3.2% a 3.3%. Estas cifras muestran un ligero optimismo respecto a las proyecciones de abril, reflejando una mejoría en las expectativas a medio plazo.
Las economías emergentes se destacan con una previsión de crecimiento del 4.3% tanto para 2024 como para 2025, lo que representa una mejora del 0.1% para ambos años en comparación con los datos anteriores. Dentro de este grupo, las economías asiáticas son las más dinámicas, con un crecimiento proyectado del 5.4% en 2024 y del 5.1% en 2025. Estas cifras subrayan el papel central de Asia como motor de crecimiento en la economía global, marcando las tasas más altas entre todas las regiones analizadas.
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En contraste, América Latina y el Caribe enfrentan perspectivas más moderadas. El FMI ha ajustado ligeramente a la baja su previsión para 2024, situándola en un 1.9%, mientras que la proyección para 2025 ha sido revisada al alza, alcanzando un 2.7%. Esta región muestra una recuperación desigual, con economías como Brasil y México presentando crecimientos de 2.1% y 2.2% en 2024, y 2.4% y 1.6% en 2025, respectivamente. Sin embargo, estas cifras representan una ligera disminución del 0.1% para 2024 en ambos países en comparación con los datos anteriores.
En el análisis comparativo con otras economías en desarrollo, América Latina y el Caribe presentan las tasas de crecimiento más bajas. Asia Central y Oriental, por ejemplo, proyectan un crecimiento del 2.4% en 2024, mientras que las economías emergentes de Europa y África Subsahariana anticipan crecimientos del 3.2% y 3.7%, respectivamente. Este desempeño destaca los retos específicos que enfrenta la región latinoamericana, marcada por diversos factores estructurales y coyunturales.
Para las economías avanzadas, el FMI prevé un crecimiento estable del 1.7% en 2024 y del 1.8% en 2025, sin cambios respecto a las cifras de abril. Dentro de este grupo, Estados Unidos se destaca con una proyección de crecimiento del 2.6% para 2024, aunque esta cifra ha sido ajustada ligeramente a la baja en un 0.1%. Por otro lado, Canadá se proyecta como el líder de crecimiento en 2025, con un 2.4%, manteniendo inalterada la previsión anterior.
Junto con estas proyecciones de crecimiento, el FMI también ha lanzado advertencias sobre los desafíos inflacionarios. La persistencia de la inflación en los precios de los servicios está dificultando la desinflación, lo que podría complicar los esfuerzos de normalización de la política monetaria. «La perspectiva de tipos de interés aún más altos, en un contexto de escalada de tensiones comerciales y mayor incertidumbre política, plantea desafíos significativos,» señala el informe del FMI. Para enfrentar estos retos, el organismo recomienda una combinación de políticas que gestionen los riesgos y preserven el crecimiento, asegurando al mismo tiempo la estabilidad de precios.
Por qué es importante: Las proyecciones del FMI son cruciales porque sirven de guía para las políticas económicas y decisiones empresariales a nivel global. Estas estimaciones permiten a los gobiernos y empresas planificar sus estrategias, ajustar políticas fiscales y monetarias, y anticiparse a posibles cambios en el entorno económico. Además, las revisiones del FMI influyen en la confianza de los mercados financieros y en las expectativas de inversores internacionales, afectando el flujo de capitales hacia diversas regiones.
Una mirada detallada a las proyecciones de crecimiento económico global por regiones y economías
Detalles: El reporte del FMI destaca que las economías asiáticas, particularmente China e India, continúan siendo los motores de crecimiento más importantes a nivel global. Con tasas de crecimiento proyectadas del 5.4% en 2024 y del 5.1% en 2025, estas naciones superan ampliamente las tasas de crecimiento de otras regiones emergentes y avanzadas. Este dinamismo se debe en gran parte a la rápida urbanización, la expansión de la clase media y las políticas gubernamentales favorables al crecimiento económico.
Por otro lado, América Latina y el Caribe enfrentan desafíos significativos que limitan su crecimiento. Factores como la inestabilidad política, la baja inversión en infraestructura y educación, y la dependencia de exportaciones de materias primas afectan negativamente las perspectivas de crecimiento. Las proyecciones del FMI para esta región reflejan estos retos, con un crecimiento modesto del 1.9% en 2024 y del 2.7% en 2025.
Contexto: El contexto global en el que se realizan estas proyecciones es complejo y dinámico. La pandemia de COVID-19 ha dejado una marca indeleble en la economía mundial, con efectos persistentes en las cadenas de suministro, la movilidad laboral y las finanzas públicas. Además, la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales entre las principales economías del mundo, como Estados Unidos y China, han añadido capas adicionales de incertidumbre y volatilidad.
En este entorno, las políticas económicas y monetarias juegan un papel crítico. Los bancos centrales de todo el mundo están lidiando con el dilema de controlar la inflación sin sofocar la recuperación económica. Las decisiones de aumentar las tasas de interés, por ejemplo, pueden ayudar a frenar la inflación, pero también pueden limitar el acceso al crédito y ralentizar el crecimiento económico.
Panorama general: El panorama general que presenta el FMI es uno de crecimiento moderado, con significativas disparidades regionales y una serie de desafíos persistentes. Mientras que Asia parece estar en una trayectoria de crecimiento robusto, América Latina y otras regiones en desarrollo enfrentan obstáculos que limitan su potencial de crecimiento. Las economías avanzadas, por su parte, muestran estabilidad, pero están sujetas a los impactos de las políticas monetarias y las tensiones geopolíticas.
La inflación sigue siendo una preocupación central. El FMI advierte que la inflación de los precios de los servicios está obstaculizando los esfuerzos de desinflación y complicando la normalización de la política monetaria. En este contexto, el FMI recomienda una combinación de políticas que gestionen los riesgos y preserven el crecimiento, asegurando al mismo tiempo la estabilidad de precios.
En resumen, las nuevas proyecciones del FMI subrayan un panorama económico global con variaciones significativas entre regiones y una serie de desafíos que requieren atención cuidadosa. Las decisiones tomadas por los gobiernos y las instituciones financieras en los próximos años serán cruciales para navegar este entorno complejo y asegurar un crecimiento sostenible y equitativo a nivel global.
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